
Es imposible pensar en la literatura de terror y, nos atrevemos a decir, en el género de la ciencia ficción, sin pensar en Ann Radcliffe, toda una verdadera pionera del género gótico.
Ann Radcliffe nació en Londres el 9 de julio de 1764, en el seno de una familia de clase alta. Como era común en aquella época entre las familias nobles, sus padres se hallaban rodeados de gente del mundo artístico, siendo este un ingrediente que colaboró con el nacimiento de la pasión de Ann hacia las artes y la ciencia.
A causa de la época en la que le tocó vivir Radcliffe no tuvo acceso a los estudios académicos a los que podían recurrir sus contemporáneos del sexo opuesto; no obstante, esta no fue razón suficiente para que la joven Radcliffe desistiera de su pasión intelectual: se abocó a la lectura con fascinación y responsabilidad y formó así una mente brillante.
Pero Ann no pudo ir tan contra las normas de su tiempo y en 1787 se casó con William Radcliffe, un estudiante de derecho que se ganaba la vida como periodista. Pero la suya fue una relación conyugal sin descendencia, otra cosa poco frecuente en la época. Si a esto le sumamos que William supo apreciar el talento de su mujer y que la animó a continuar escribiendo, podríamos decir que Ann decididamente supo tomar buenas decisiones y llevar las riendas de su vida.
Radcliffe murió a los cincuenta y ocho años de edad a causa de una neumonía, el 7 de febrero de 1892. Llevaba un tiempo deprimida: la muerte de sus padres y la repentina enfermedad y fallecimiento de su marido la habían sumido en una profunda melancolía que fue cebando sus ganas de vivir y de escribir. Al día de hoy Radcliffe es una de las escritoras más destacadas e influyentes de la literatura gótica; tanto es así que algunos la denominan la reina de lo gótico. ¿Todavía no la has leído? Te recomendamos que no te la pierdas.
La obra de Ann Radcliffe
Entre las obras ineludibles de Radcliffe debemos mencionar Los misterios de Udolfo, que le sirvieron para darse a conocer a toda la sociedad y convertirse en una de las escritoras más importantes de la literatura inglesa. Después vendrían títulos como El Italiano o el confesionario de los penitentes negros, Gastón de Blondeville y El castillo de Oranto de Horace Walpole.
Su trabajo fue sumamente influyente para artistas posteriores. Tanto es así que Jane Austen la convierte en personaje o hace numerosos guiños a su obra en sus novelas. Otros artistas que fueron influenciados por ella son Maria Edgeworth, Charles Dickens y Victor Hugo, entre muchos otros.
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