«Cara de pan» de Sara Mesa (Anagrama)

«Cara de pan» es una novela extraordinaria sobre el dolor de los desclasados. 


Foto: Marta Ailouti
El esfuerzo desmesurado que hace la sociedad por imponernos una visión unilateral de la existencia da sus frutos. En nuestro paso por la familia, sistema educativo y demás instituciones que organizan nuestra vida, vamos aprehendiendo normas y construyendo una escala de valores que reproducen lo que dichos sistemas han decidido normalizar y convertir en pautas de comportamientos válidas. Así, nosotros nos lanzamos a esa experiencia azarosa y conflictiva que es vivir dejando que en nuestro accionar se filtre ese empeño por ajustarnos a la norma. Pero a medida que crecemos, no siempre nos sentimos parte de ese todo que son los otros, y a veces nuestros deseos y nuestras necesidades vitales se oponen a la norma y nos empujan a una búsqueda irreconocible a los ojos de los otros.

Desde el descubrimiento y la implementación del psicoanálisis en el estudio de las sociedades, se ha intentado encauzar el comportamiento humano, y ya no como se hacía hasta ese momento —desplazando físicamente a los inadaptados—, sino poniendo en marcha prácticas más sutiles pero que siguen respondiendo a esa necesidad de normalizar lo que se ha definido estructuralmente como sano o correcto. Estos mecanismos responden a un único objetivo: convertirnos en soldados, en maquinaria útil para un sistema complejo que requiere de brazos y no de cabezas dispuestas a darle una vuelta de tuerca a las cosas. ¿Cómo? Promoviendo una forma estricta de pensar el mundo y a los individuos que lo habitamos, y obligándonos a adoptar necesidades y discursos bien masticados. Sin embargo, cada tanto aparece una persona, un libro, una película, que nos zarandea y nos recuerda que todavía es posible pensarse fuera del sistema. Esta es la luz principal que nos ofrece «Cara de pan», una de las novelas más valientes de Sara Mesa.

 «Cara de pan» es un relato intenso, y de a ratos sobrecogedor, que se centra en la relación entre un hombre de cincuenta años y una niña de trece. Ambos despegados de sus respectivas generaciones. Ambos experimentando profundas dificultades para relacionarse, para socializar. No es un libro con intenciones morales, más bien parece una mirada sobre esos grupos sociales que no tienen visibilidad. Un libro que se lanza con valentía al rescate de preguntas como ¿cuántas personas no cumplen con las características y las exigencias que se pretende de ellas para vivir en sociedad? ¿cuántos tipos de personajes no sociables hay, y dónde viven, con quién se ven, a quién aman? Es decir, es un homenaje a esas criaturas que habitan en las sombras y que han sido olvidados por todos, y esto incluye a la literatura.


Por otra parte, es un libro que permite preguntas en torno al deseo y a su normalización (otra vez), y al castigo moral que ha absorbido nuestros impulsos eléctricos animales y naturales. Y en este delicado punto nos permite hacernos preguntas como ¿cuál es el límite de nuestras acciones? ¿quién determina —y dibuja— la frontera entre lo que sentimos y la realización de nuestro deseo? ¿puede la sociedad, y sus legisladores, determinar qué es lo más conveniente para una persona a la que no comprenden? Y al final, ¿no será que la ley y las convenciones sólo sirven para generar más prejuicios, más miedos, más dificultades en la integración; y por consiguiente, más víctimas, incapaces de adquirir las herramientas para defenderse frente a un mundo que les resulta amenazante?

 En la escritura de Sara Mesa encontramos por un lado un gran control de la técnica narrativa, que se refleja en tramas perfectas que nos atrapan de principio a fin. Mesa nos incomoda pero lo hace sin pretensiones —al menos, manifiestas—; nos invita a observar más allá de lo que conocemos y a creernos que es posible otra mirada sobre las mismas cosas. Esa es una de las cosas más fascinantes de sus libros, y en este lo consigue de una forma contundente.

Me resulta un acto de valentía la publicación de una novela de estas características, en un mundo que nos anima a mostrar la mejor versión de nosotros mismos sin importar lo que deseemos y cuándo. Un libro como éste es un canto a la fragilidad humana y una invitación a desarrollar un pensamiento crítico sobre lo que nos rodea, sobre todo sobre aquello que nos atraviesa. «Cara de pan» es sin lugar a dudas una de las mejores novelas que se han publicado en España en los últimos años.

  CARA DE PAN. SARA MESA. ANAGRAMA. 2018

0 Comentarios