Biografía de Hannah Arendt

Si nos situamos en el siglo XX en busca de los personajes más relevantes del mundo intelectual llegaremos al nombre de Hannah Arendt, quien se destacó como filósofa revisando algunas de las ideas más importantes y trascendentes de aquel tiempo.

Hannah Arendt nació en Alemania el 14 de octubre de 1906 en el seno de una familia judía secularizada. Si bien ella nunca practicó la religión siempre se consideró judía, y dedicó gran parte de su trabajo para honrar la memoria de su pueblo.

Su padre falleció cuando Hanna tenía tres años y desde entonces fue educada en casa por su madre, que tenía ideas liberales cerca de la socialdemocracia. Desde pequeña, Hannah se sintió profundamente atraída por la filosofía, siendo algunas de sus primeras lecturas libros de este campo y del terreno de la Psicología.

Cuando tenía 30 años emigró a Estados Unidos para huir de la persecución a la que su pueblo estaba siendo sometido en Europa. Por haber abandonado su patria, el régimen nacionalsocialista le retiró su nacionalidad por lo que durante un tiempo, Arendt fue apátrida. Hasta el año 1951, en el que Estados Unidos le entregó la Ciudadanía.

Hannah Arendt falleció por un infarto de miocardio cuando tenía sesenta y nueve años, el 4 de diciembre de 1975, en la ciudad de New York.

Una de las cosas que más defendió Arendt en su obra es la libertad en las discusiones políticas, que se encuentra incorporada de forma contundente en su concepto «pluralismo». Dicho término consiste en un andamiaje político que se sostiene en un tipo de gobierno más cerca de la asamblea que de la democracia jerárquica en la que vivimos. Una idea muy interesante que vale la pena explorar en sus libros para entenderla de fondo.

En la mayoría de su exploración intelectual encontramos referencias contra el totalitarismo; de hecho, Arendt desarrolló una teoría contundente para explicar sus orígenes y consecuencias. Entre sus libros más destacables podríamos mencionar Los orígenes del totalitarismo, Eichmann en Jerusalén y La condición humana.

Por otra parte, su mirada crítica ha atravesado algunas de las obras circunstanciales de la filosofía universal y ha permitido nuevas reflexiones sobre los mismos temas. Así, leerla es volver a Sócrates, a Kant, a Jaspers, desde una nueva visión. Seguramente es interesante revisar la realidad de la Europa del Siglo XX a través de la mirada lúcida de Arendt.