El género de la fantasía le debe mucho a J. R. R. Tolkien, que supo apoyarse en la tradición y revolucionarlo.
John Ronald Reuel Tolkien nació el 3 de enero de 1892 en Bloemfontein (Sudáfrica).
Se lo identifica con el padre de la fantasía moderna porque cuando publicó El hobbit consiguió llamar la atención del público lo que devino en el resurgimiento de un género que había ido perdiendo popularidad.
Debido a que tenía una salud muy delicada, cuando tenía tres años la familia se mudó a Inglaterra, a fin de que el clima le ayudará a mantenerse saludable. Desde ese momento en adelante su familia se mudaría muchas veces.
Durante sus años de instituto no sólo se destacó llevando la revista de estudiantes, sino que fundó diversos proyectos relacionados con su pasión literaria.
Al terminar sus estudios trabajó de lexicógrafo para la primera redacción de l Diccionario de Oxford. Su trabajo consistió en rastrear el origen y la etimología de las palabras de origen germánico. Esto lo puso en contacto con un legado cultural y literario que le interesaba y que le marcaría para siempre.
Junto con otros escritores entre los que se encuentraba C. S. Lewis, Owen Barfield, Roger Lancelyn Green y Warren Lewis fundo el cenáculo literario de los Inglings, que se reunían periódicamente a debatir asuntos de índole literaria.
Tolkien falleció el 2 de septiembre de 1973, a los 81 años.
La obra de J. R. R. Tolkien
Las ideas antibelicistas y el deseo de la armonía social le llevaron a construir historias donde el eje principal fuera la búsqueda de la justicia.
También se nota en su obra un fuerte compromiso con la naturaleza, siendo un gran defensor de la vida de los árboles, a quienes dio gran protagonismo en sus historias.
Entre sus obras más populares cabe destacar El señor de los Anillos, El Hobbit y Simarillion.
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