Lo normal es que en la competencia de libros contra películas, los primeros consigan siempre obtengan la mejor puntuación; sobre todo porque quienes somos lectores empedernidos tendemos a preferir las versiones escritas porque nos ofrecen un mejor juego imaginativo y no nos condensan la experiencia en un tiempo preciso. Sin embargo, a veces, las películas superan a sus versiones literarias y son las responsables de la trascendencia de una determinada historia. Esto es lo que ocurre en los tres largometrajes que vamos a recomendarte aquí. Te animamos a leer los libros para poder tener un punto de vista propio, y te invitamos también a dejarnos tu opinión tanto si la nuestra no te convence como si la compartes. ¿Nos vamos al cine?
La chica del tren
Cualquier película que la tenga a Emily Blunt en su elenco contará con nuestra simpatía. Es una actriz absolutamente convincente y comprometida en sus papeles, que ha sabido hacerse un lugar en el mercado americano por su ineludible talento. En «La chica del tren» su trabajo es extraordinario. No sólo consigue convencernos desde el principio, sino que nos lleva en su mar de confusiones a poner patas arriba nuestra propia comprensión de su historia. Así que, la peli empieza muy bien.
Respecto al libro. La chica del tren, de Paula Hawkins (Planeta), es la primera novela de esta autora británica. Hay que aclarar que se halla muy bien escrita y que tiene interesantes ingredientes de suspenso psicológico; no obstante, presenta algunas incoherencias en el ritmo y nunca llega a alcanzar la tensión que se espera de este tipo de narrativa.
Una joven viaja todos los días a la misma hora en el mismo tren. No sabemos hacia dónde se dirige, sólo que va sumida en sus pensamientos y que presta especial atención a un barrio, una casa, un balcón. Allí vive una pareja joven. La protagonista aprovecha ese ratito en el que el tren se detiene delante de esta casa para observar lo que sucede en ella y desarrollar fabulaciones en torno a la vida de estas personas. Debemos aclarar que el comienzo del libro es muy interesante y parece estar bien definido respecto al manejo de la tensión; no obstante, muy pronto comienza a perderse el ritmo y la lectura se vuelve un poco densa; como si la historia misma no pudiera dar más de sí. Por otro lado, los momentos de suspenso se anuncian demasiado y cuando llegan ya no resultan impactantes.
El sonido del tren, el paisaje, la repetición de imágenes: desde que Rachel toma el tren cada mañana hasta que llega a destino; en la película están mucho mejor trabajados que en el libro. Del mismo modo, su relación con esa pareja de desconocidos. Y hay que señalar además que las formas en las que se encastran los conflictos y las reflexiones de Rachel, acerca de la felicidad, de la memoria, del amor, en el libro parecen desprovistos de arte, mientras que en la película parece haber habido un mayor trabajo estético en este aspecto. Así que, por todo esto, no cabe duda de que estamos ante una victoria del cine sobre la literatura.
Jurassic Park
Para muchos de nosotros la película "Jurassic Park" marcó un antes y un después. No existía hasta ese momento —debemos remontarnos al año 1993— una peli de dinosaurios que hubiera conseguido conectar con un público tan diverso. Sin lugar a dudas lo que hizo Steven Spielberg con esta novela de Crichton fue alucinante. De hecho, estamos ante otro caso en el que la película mejora la historia del libro.
De los libros uno espera un poco más que un simple entretenimiento. Quizá esto tenga algo que ver con que ciertas novelas que presentan una buena historia pero no aportan desde su estilo algo innovador, terminen pareciéndonos mediocres. Es posible que sea el caso de Parque Jurásico (Jurassic Park) de Michael Crichton. A decir verdad, es una buena historia: con planteos que están a la altura de las buenas obras de Ciencia ficción; sin embargo, el trabajo artístico y la innovación que supuso la película para el mundo del cine, han superado con creces a la obra literaria.
La película «Jurassic Park» supuso una impactante innovación en el territorio cinematográfico al incorporar de forma artística y cuidada el 3D en un entorno realista. Si bien se utilizaron varios animatronix, algunas de las escenas más impactantes se diseñaron en 3D y el resultado fue verdaderamente sorprendente. Si comparamos esta película con cualquiera de los noventa que haya usado esta tecnología, podemos notar grandes diferencias en el realismo y en la fluidez con la que conversan los estilos dentro de la filmación. Quizás habría que agregar que «Toy Story» (Pixar) fue el primer largometraje realizado completamente en 3D y se publicó dos años más tarde, en 1995.
Steven Spielberg es una de las mentes más brillantes del cine, portador de una gran creatividad que ha enriquecido el universo del séptimo arte. Y seguramente, «Jurassic Park» es su gran obra maestra. Si a esto le sumamos que el guion estuvo desarrollado por el propio autor y por David Koepp (que también trabajó en «Mundo perdido»), podría decirse que es una película que respeta absolutamente las ideas y los planteos presentados en el libro y que los lleva a un estado superior. De hecho, nos atrevemos a afirmar que la película es la versión definitiva de la historia.
«Jurassic Park» tiene un guion muy detallista y un ritmo impecable. Seguramente es de las mejores películas que combinan Ciencia ficción y fantasía. Y aunque después de ésta, el resto de las entregas han sido bastante flojas, se ha sostenido en lo que a efectos se refiere. Habría que destacar que la credibilidad que ofrecen los diseños de los dinosaurios y la selección de actores —en las últimas contamos con el protagonismo de los maravillosos Bryce Dallas Howard y Chris Pratt— son los dos puntos fuertes de la saga.
Yo robot
«No era una máquina. Quiero que vuelva». Estas palabras, de Gloria, exigiendo a su madre que recupere a Robie, su niñera androide, es seguramente uno de los momentos más tiernos del libro de Isaac Asimov. Una lectura deliciosa sobre la vida de los robots y la falta de empatía de nuestra especie. Y por supuesto, no osaríamos decir jamás que la lectura de Yo robot (Nebulae) de Isaac Asimov no vale la pena, puesto que se trata de una de las grandes obras de la literatura. Sin embargo, ¿cómo resistirse a la mirada del Detective Spooner?
Comencemos por el libro. Yo robot es un libro de cuentos que nos presenta diferentes historias donde los protagonistas son robots, en una era futurista. Algunos de las ideas que mejor trabaja Asimov son la lucha por la supervivencia y el enfrentamiento del ser humano con todos aquellos que son diferentes. En el medio de este contundente tema se encuentran la ambición humana, la lucha de poderes y la inocencia de la tecnología. Hay una defensa de los conocimientos y el desarrollo científico: no existen cosas malas, sino intenciones que convierten en negativos los avances de la ciencia; esa podría ser una de las ideas principales. Los relatos se hallan muy bien escritos y tienen un buen ritmo; realmente es una lectura que se disfruta muchísimo.
Ahora pasemos a la película. En primer lugar hay que aclarar que libro y película no tratan exactamente de lo mismo. En el largometraje la historia se centra en el Detective Spooner Will Smith), que por alguna razón que iremos descubriendo a medida que avanza la historia siente un profundo rechazo por los androides. A decir verdad, tiene sentimientos encontrados. El principal científico de U. S. Robotic Corporation, el Dr. Lanning, fallece de forma misteriosa y todo apunta a que ha sido un asesinato. El caso se le asigna a Spooner quien recibirá la ayuda de la psicóloga robótica, la Dra. Susan Calvin (Bridget Moynahan); juntos deberán averiguar si Sony, uno de los robots creados por Lanning ha asesinado a su creador, rompiendo las reglas fundamentales de la robótica.
En ambos casos el tema principal es la dificultad que tenemos las personas de aceptar la diversidad y ambas nos ofrecen una reflexión en torno a nuestra forma de ver la tecnología. Habría que señalar también que en el guion cinematográfico se incorpora un contundente material psicológico y un minucioso trabajo del mundo interior de los personajes, coronado por interpretaciones brutales. Esto le otorga a la obra un carácter trascendente y profundo. Mientras en la obra de Asimov encontramos un conjunto de relatos en los que se pone siempre en entredicho la justicia humana y el discernimiento entre el bien y el mal, en la película han sabido darle homogeneidad al hilo de la historia, reuniendo las ideas principales en una sola, centrando todas las emociones de los robots en uno solo, Sony. Y con esta idea maravillosa han conseguido una obra maestra. Además el trabajo de Smith y Moynahan es realmente impresionante. Por ellos dos, que te convencen de principio a fin, vale la pena quedarse a vivir en esta historia.
4 Comentarios
No he visto la película de La chica del tren pero leí el libro y no me gustó nada. Después de ver que la película parece mejor puede que le dé una oportunidad. ¡Muchas gracias por compartir!
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
Me alegro de no ser la única a la que no le haya gustado el libro. Si ves la peli, cuéntame qué te ha parecido. Es posible que mi amor por Emily Blunt me nuble un poco el juicio, jeje. Un abrazo y muchas gracias por leerme. :)
Eliminar¡Hola! No he leído ninguno de los libros, pero sí que he visto las pelis, excepto La chica del tren, que la empecé y dejé de verla porque me estaba aburriendo D: Yo, Robot sí que me gustó.
ResponderEliminar¡Un besito!
A decir verdad, "Jurassic Park" y "Yo robot" son obras maestras, no pienso lo mismo de "La chica del tren"; pero la he incluido porque verdaderamente la peli es mejor que el libro. ¡Muchas gracias por leerme, Shiane! Un besito de vuelta. :)
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