Aunque no revelo grandes cosas, si no has visto todavía «Terminator. Destino oscuro», te recomiendo que no leas esta reseña, puesto que igual algunas de las cosas que señalo te arruinen un poco la historia. Quiero animarte, sin embargo, a ver esta película porque merece muchísimo la pena: está a la altura de la obra maestra de Cameron, y del cine que fue «Terminator. El juicio final» pero con una interesante vuelta de tuerca. Ideal para amantes de la ciencia ficción que gira en torno a personajes modificados: androides, humanos aumentados y criaturas que se encuentran a mitad de camino entre la pasión animal y la sofisticación tecnológica. Si tuviera que puntuarla, ciertamente la pondría muy por encima de la puntuación que está dándole Fotogramas en España.
Lo que no gustó de la nueva Terminator
En el terreno de la crítica de cine existen dos grandes tendencias: el rechazo absoluto de la nostalgia —se basa en la idea de que cualquier referencia anterior es una excusa ante la falta de creatividad— y la actitud de apego a la nostalgia —consiste en la necesidad de encontrarse con una repetición de los mismos elementos que en las primeras obras—. Ninguna de las dos actitudes contempla una visión integral donde la reforma y la creatividad beban de la tradición, es decir, en la búsqueda de un equilibrio entre ambas posturas.
«Terminator. Destino oscuro» tuvo pésimas críticas, enfocadas desde ambas perspectivas. Todas ellas concentrándose en la ausencia o exceso de nostalgia; ninguna en lo que verdaderamente importa: si es o no una obra que merece la pena. Y creo que lo más justo es citar a los autores de dichas opiniones. Cito:
«"Destino oscuro" vuelve a poner en la palestra esa lacra para la industria contemporánea que es priorizar la búsqueda de la repetición y la referencia, apelando a la añoranza del respetable por largometrajes de hace varias décadas, por encima de dar un tratamiento narrativo sólido y hasta cierto punto original —tampoco hay que pedir peras al olmo— a este tipo de producciones». (Víctor López G. de Espinof.com)
«En realidad, 'Destino oscuro' no ofrece nada que la saga no hiciera mejor en el pasado. (...) Al final, quizá logre mitigar parte del daño causado sufrido por la saga en las últimas dos décadas, pero no ofrece motivos para mantenerla con vida». (Nando Salvà de Elperiódico.com)
Una postura extrema, que ciertamente no contempla el cuidado de los efectos que ha presentado esta nueva película de la saga, bajo la dirección de Tim Miller. A simple vista, parecen opiniones avaladas por el síndrome del consumidor pasivo que opina «lo quiero así y sino no es arte, y sino es que no te has esforzado lo suficiente». Un actitud absolutamente frecuente en el mundo del cine y los videojuegos generalmente creada y alimentada por personas que no han cultivado la pasión creadora, y por ende, que no se han enfrentado al esfuerzo que supone dicho camino.
Y en ese grupo de críticas poco honestas pero que trascienden más que las bien argumentadas, en un mundo donde el consumidor siempre tiene la última palabra, tampoco faltan los argumentistas pro realismo; siempre dispuestos a destruir cualquier fantasía de nuestra ficción con argumentos científicos. ¡Es ficción, amigos: tampoco Hansel y Gretel encontraron esa casa de chocolate en el bosque y bien que ha trascendido e iluminado nuestro crecimiento esta historia!
Reparto y actuaciones de «Terminator. Destino Oscuro»
Dani Ramos es la joven de quien depende el futuro de la especie, es decir, quien asegurará el futuro a través de cumplir con un papel fundamental en la Rebelión contra las máquinas. La interpreta Natalia Reyes, una actriz con muchos matices y que se luce. La vida de Dani cambiará de un día para otro y tendrá que escoger entre la incredulidad de lo que le está ocurriendo y la fortaleza de hacerle frente, ahogando el grito de haberlo perdido todo en el camino. Aquí un poco de nostalgia, pero con interesantes giros, donde no falta una reflexión antiracista que no es nueva en la saga pero que profundiza aún más en el tema de los conflictos sociopolíticos que arrasan con la libertad de los individuos.
Sin duda uno de los personajes destacados y que ha recibido más cariño por parte de los guionistas es Grace, interpretado fabulosamente por Mackenzie Davis. Y digo que ha recibido más cariño porque se nota que ha sido el más trabajado y le ha otorgado un brillo a la interpretación extra. Me parece bastante preocupante este tipo de actitudes en las narrativas audiovisuales, puesto que le quitan equilibrio a la obra e impiden que el resto de los intérpretes, incluso haciendo un muy buen trabajo, se destaquen. En este caso, no obstante, pese a que esta inclinación por parte de los guionistas se deja en evidencia, no resulta tan molesto puesto que estamos ante un personaje fabuloso y una interpretación increíble. Sinceramente, por ver a Davis en la piel de esta guerrera aumentada, sólo por eso ya la película merece la pena.
Nuestro querido Arnold Schwarzenegger en el papel de Terminator, denota más humanidad que nunca y que se presenta como un robot que ha conseguido desprenderse de los mandatos y ha podido evolucionar, es decir, aprender de sus errores y volverse más humano. Como detalle, que lo hayan convertido en vendedor de cortinas me parece un detalle exquisito: ese desmarque de la virilidad y esa elección de la pluralidad tanto en él como en el resto de los personajes es uno de los puntos más destacados del film.
Linda Hamilton ha vuelto gran-diosa en el papel de Sarah Connor. En el trabajo de interpretación podemos apreciar la evolución y la madurez de una criatura que ha ido perdiéndolo y apostándolo todo por un futuro incierto, sintiendo sobre sus espaldas el peso de la supervivencia de la humanidad. Linda Hamilton, Natalia Reyes y Mackenzie Davis hacen un trío extraordinario, donde no faltan la reflexión y el buen humor. Y seguramente la tensión que se da entre la Connor y la aumentada es uno de los puntos fuertes de la película, donde podrán destacarse las mejores líneas del guion.
Terminator Rev-9 será esta vez el enemigo. Una evolución del T.1000, de «Terminator. Día del juicio final», con una capacidad de supervivencia y de recomposición que supera a su antecesor y que pondrá muchas más exigencias a los que lo enfrenten de lo que hemos visto hasta ahora. Esta interpretación está a cargo de Gabriel Luna.
La banda sonora estuvo a cargo de Junkie XL y una vez más nos ha conquistado. Una fiel sucesora de nuestra amada Terminator pero con elementos novedosos y armonías que se acomodan perfectamente a la trama y la tensión de la historia.
En el guion se destaca la presencia de David S. Goyer, Justin Rhodes y Billy Ray, y seguramente la intervención del director Tim Miller, y los productores que han sido James Cameron y David Ellison. Nunca se sabe cuánto ha puesto (o dejado) cada uno en estas producciones. Aquí reside una de las cualidades del cine que lo vuelven más interesante: se trata generalmente de un trabajo colectivo donde muchas personas han tomado decisiones y han puesto su creatividad al servicio de esa pequeña comunidad.
Lo inolvidable de Terminator
Cuando en 1999 salió Sarah Connor el feminismo no le interesaba a nadie. Sin embargo James Cammeron escogió un personaje femenino con una fuerza y una capacidad de liderazgo que nos impactó y nos hizo pensar que otro cine era posible. Quienes hasta el momento habían tenido como mucho a una princesa Leia que casi representa las bases del sistema, de pronto pudimos sentirnos identificadas con una mujer obsesionada con el destino del mundo, un héroe capaz de salvar a la humanidad entera de un final horroroso planeado por una máquina, Skynet. Esta nueva película lleva estos valores a una potencia mayor: feminismo, racismo y ética son algunos de los temas sobre los que nos invita a reflexionar.
Cabe señalar que Linda Hamilton se preparó con exigencias similares al rodaje de hace treinta años. Entonces fue entrenada por un antiguo comando de las fuerzas israelíes, aprendió artes marciales y el manejo de armas para conseguir la mayor credibilidad posible en el personaje. Para la de este año se sometió a ejercicios de más de seis horas diarias, para poder mantener el ritmo del rodaje y volver a sorprendernos como la gran Sarah Connor que todos amamos.
La nueva película de la saga se mete en un campo de reclusión para inmigrantes y levanta una queja en un momento crucial de la historia de la humanidad. No necesitamos de Skynet para entender que estamos viviendo una década durísima en materia de igualdad y de empatía. La alta presencia de personajes e intérpretes latinos y la perspectiva plural que nos ofrece siguen en la línea de una historia que apuesta por la unión de los humanos sin importar sus orígenes. La búsqueda de una historia común, que escribamos entre todos, porque el destino no está escrito.
«Terminator. Destino oscuro» nos ofrece muchos elementos para alimentar la nostalgia, para quienes amamos la serie y siempre hemos deseado el regreso de esa Sarah Connor capaz de enfrentarse a la vida con una ametralladora o lo que le pongan delante. Pero también nos aporta una visión más tecnológica, con nuevos efectos que se usan de forma equilibrada y precisa, y parecen siempre estar ahí por algo, y un giro a la historia, con la presencia de un personaje aumentado que podría aportarnos línea para futuras entregas de la saga. Sin lugar a dudas es una película que merece la pena y que podríamos considerar una perfecta sucesora de su hermana mayor.
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