Si buscamos una autora que haya sabido cambiar la realidad de los animales de su época, sin duda ésa es Anna Sewell, que gracias a su lucha consiguió que cambiaran las leyes en torno a los derechos de los animales, específicamente, al cuidado brindado a los caballos.
Anna Sewell nació en Great Yarmouth (Reino Unido) el 30 de marzo de 1820, en el seno de una familia cristiana con convicciones cuáqueras. Su madre era una escritora de cuentos infantiles de reconocido prestigio, y fue la responsable de inculcar en Anna la pasión por la lectura y el oficio de la escritura. La situación económica de la familia siempre fue delicada. A tal punto que Anna y su hermano Phillip, tuvieron que vivir algunas temporadas con sus abuelos porque los padres no podían mantenerlos.
Cuando Anna tenía 12 años tuvo un accidente que la dejó lisiada para siempre. Se resbaló y se lesionó ambos tobillos. Desde entonces no pudo volver a caminar sin la ayuda de un acompañante o un par de muletas. Esta situación la llevó a verse obligada a moverse siempre en carruaje, y fue a través de esta experiencia que conoció de cerca la situación de explotación de los caballos. Esto despertó en ella la empatía a tal punto, que escribió una novela en la que denunció los maltratos a las que eran expuestas estas hermosas criaturas.
Además, junto con su madre, Anna estuvo involucrada en trabajos sociales, entre los que se podrían mencionar un grupo de alcohólicos anónimos (cuando todavía ni siquiera existía el concepto) y otro que difundía ideas de libertad y se expresaba contra la esclavitud, pidiendo su abolición.
La obra de Anna Sewell
Anna Sewell sólo escribió una novela en su vida, pero es al día de hoy una de las historias juveniles más leídas en todos los idiomas, Azabache. Seguramente todas nuestras infancias se encuentran llenas de imágenes y frases extraídas de este libro.
Azabache narra la historia de un caballo que ha trabajado durante años y que ahora pasa los últimos años de su vida en un prado verde. Desde allí va rememorando las diversas experiencias que ha debido atravesar, entre las que se destacan numerosas situaciones de violencia y esclavitud.
La novela sirvió para poner en evidencia el trato discriminatorio entre las personas y asimismo para rebelarse contra el maltrato animal. Es, de hecho, una de las lecturas animalistas más recomendables para nuestros niños.
Al día de hoy se le considera un clásico de la literatura juvenil, sin embargo, según lo expresó la propia autora, su intención era crear una guía para el cuidado de los caballos, que son criaturas amables que requieren de especiales atenciones.
Lamentablemente, Anna Sewell no pudo disfrutar del éxito descomunal que le trajo su obra, porque falleció cinco meses después de su publicación, el 25 de abril de 1878. Nos queda esta maravillosa novela que nos ayuda a ver a los demás animales como amigos y no como objetos de los que disponer a nuestro antojo.
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