«Taberna es un despropósito lírico por su intento de versificar diálogos embriagados tal y como acontecieron». Ningún libro que comience citando al inmenso Dalton debería pasar por nuestras manos sin que le prestemos atención. Pero cuando su autor es capaz de llevarnos, con la magia tan propia de la narrativa de Inclán, a través de la historia de las revoluciones más interesantes y despertar en nosotros el interés por otra forma de mirar, la cosa se pone mejor. Esos libros hay que leerlos con ganas, con pasión, y volver a ellos; porque son pocas las lecturas que llegan para quedarse para siempre. De la literatura de viajes, difícilmente sobrevivan unos pocos. Dadas las circunstancias, de Paco Inclán (Jekyll & Jill) es uno de ellos. Que nadie se lo pierda. Mucho menos, en estas circunstancias.
La inmanencia del lenguaje
Paco Inclán trabaja aquí con la capacidad del lenguaje para contaminarse de lo que lo rodea. Esos dialectos surgidos del cruce cultural y que, como el erromintxela, terminan teniendo vida propia, aunque breve, atraviesan todo el libro y nos permiten hacernos interesantes preguntas en torno a la aleatoriedad de lo que sobrevive, y a la naturaleza del lenguaje. La fascinación por esos idiomas casi inexistentes, como el esperanto, que vuelven loca a mucha gente, muchos de los cuales no son capaces de hablarlo, permite también una mirada sobre la melancolía que despierta en nosotros lo que se esfuma. Esos idiomas que surgen con la idea de mezclar, de fundir culturas, de crear lazos de paz entre los hablantes y que trabajan desde lenguajes distintos, le sirven de punto de partida a Inclán para hablarnos de algo mucho más amplio: la necesidad de apoyarnos en algo para sobrevivir a este vacío de mortalidad indeseada. Estamos hablando de las posibilidades de la literatura y del arte.
«El erromintxela, se puede vivir sin saberlo, es la lengua que mezcla el euskera con el romaní que trajeron a cuestas los gitanos que, en el siglo XV, detuvieron su peregrinaje para afincarse en territorios vascos». Detener el peregrinaje es también lo que hace Inclán en cada uno de los lugares que visita en este libro. A través de la lectura nos invita a viajar desde Praga hasta Valladares, pasando por otros puntos geográficos exactos, pero a través de una narración ficcional, lo que los vuelve más reales, más vívidos, más eternos. Detener el ritmo y el ruido interior para escuchar historias, para intentar asirse a una verdad, eso hace Inclán, y a eso nos empuja esta lectura.
Paco Inclán tiene lo mejor del periodismo gonzo y lo mejor de la narrativa oral. Consigue aunar lo meramente anecdótico con una estética de lo turbio, sin llegar a embarrarnos con los clichés a los que tienden a asirse los partidarios del estilo de nuestro padre Hunter Thompson. En la narrativa de Inclán caben la reflexión ácida al lado de un chiste escatológico; pero su empeño está en rescatar de las palabras aquello que la propia convivencia y uso (y desuso) del lenguaje han ejercido sobre las palabras. Y lo hace revisando la obra de autores más o menos desconocidos como el propio Dalton, Arnau de Vilanova, Julián del Casal y Elías Portela. Hasta desembocar en la primera lengua artificial de la historia.
Es decir, estamos ante un libro fascinante que trata sobre viajes, lenguaje, relaciones, enfermedad, y mierda. Porque todo mezclado pero clasificado puede servirnos para comprender mejor el tiempo raro que nos toca vivir. La lectura, asimismo, nos invita a pensar en los cambios que ha vivido el mundo a causa de las revoluciones y la importancia de aferrarnos a los bordes de las cosas, y de la historia, para entenderlas. Parece haber de fondo un interés supremo en lo ordinario que rodea lo útil, aquello que generalmente no cabe en la literatura.
No se puede reducir este libro a las pobres palabras que pueda yo dedicarle. No se puede atrapar en una etiqueta la fábula ni el encanto de la obra de Inclán. Nadie debería dejar de leer Dadas las circunstancias porque es una manera extraordinaria de entrar en la polifacética mirada de un escritor que ha sabido andar y desandar caminos para mostrarnos el afuera de todas esas obras que a muchos nos han provocado verdadera nostalgia de una revolución que no hemos hecho. Y que probablemente no haremos.
DADAS LAS CIRCUNSTANCIAS. PACO INCLÁN. JEKYLL & JILL. 2020
0 Comentarios