En la literatura francesa del siglo XIX el nombre de Paul Valéry destaca porque fue uno de los responsables del asentamiento de la corriente de la poesía pura, con la que se vincularían autores como Charles Baudelaire, Andrew Cecil Bradley y Henri Bremond.
Paul Valéry nació el 30 de octubre de 1871 en Séte. Pasó la infancia muy ligado al Mediterráneo. Y esa pasión por el mar le llevó a soñar con convertirse en marinero. Pero por alguna razón nunca llegó a concretarlo. La literatura fue un refugio en el que depositó esa añoranza hacia el mar.
Durante su juventud entabló amistad con algunas de las figuras más importantes de la literatura francesa, tales como Pierre Louys y André Gide.
En 1900 se casó con Jeannie Gobillard, con quien tuvo tres hijos. Con ella vivió el resto de su vida, aunque mantuvo una relación secreta durante 15 años con Jeanne Loviton, a quien dedicó la gran mayoría de sus poemas amorosos.
Paul Valéry falleció a los 73 años en París, el 20 de julio de 1945.
La obra de Paul Valéry
La obra de Valéry se caracterizó por tener un estilo humanista. Una percepción del mundo intensa y a la vez reflexiva es lo que descubrimos al leerlo.
En lo que respecta al estilo, si bien se apoyó mucho en la literatura clásica, sus obras y su propia forma de entender la poesía contaron con un punto vanguardista, que le ayudó a convertirse en uno de los autores fundamentales de su generación.
Entre sus obras más destacadas habría que señalar Narciso, La joven parca, Cementerio marino y Mi Fausto; Diálogo del árbol. Unas pocas en una amplia y fructífera obra.
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