En la poesía norteamericana del siglo pasado el nombre de Anne Sexton es uno de los más destacados. Pese a haber tenido una carrera relativamente corta, la contundencia de su voz la ha ayudado a ganarse el cariño de lectores y lectoras de todo el mundo.
Anne Sexton nació el 9 de noviembre de 1928 en Massachusetts, en el seno de una familia de clase acomodada. Durante su infancia tuvo una relación severa con su madre y distante con su padre, lo que la convirtió en una joven arisca y con muchos problemas para vincularse afectivamente con los demás. Vivió casi toda su vida en Boston y sus alrededores. Incluso después de casarse.
La depresión posparto arremetió contra ella después de dar a luz a su primera hija. Fue el detonante de un mal profundo que no había salido a la luz, y que ya la acompañaría para siempre. Su psiquiatra la animó a poner en palabras sus sentimientos, y así Sexton comenzó a escribir poemas. Hasta convertirse en una autora ineludible de su generación.
El acercamiento a la literatura le permitió conocer a dos mujeres que serían fundamentales en su vida: Maxine Kumin y Sylvia Plath. Con quienes compartió vida, obra y amistad.
Después de su primer intento de suicidio fue internada en el hospital Westwood Lodge. Sin embargo, a éste le seguirían otros ocho intentos fallidos de dejar este mundo. El décimo fue el último.
Anne Sexton se quitó la vida el 4 de octubre de 1974 en Boston. Se encerró en su coche encendido dentro del garaje y murió por intoxicación por monóxido de carbono. Ese día había almorzado con Kumin para poner punto final a las galeradas del que sería su último libro El horrible remar hacia Dios.
La obra de Anne Sexton
En una época en la que todavía no había poesía para mujeres, Sexton convirtió en el tema central de su obra las dificultades para ser mujer en un mundo de hombres. Asimismo, su poesía trata acerca de la cualidad anodina de la vida y la pulsión, sin embargo, de vivir intensamente el instante.
Algunas de sus obras más importantes son Vive o muere, Transformaciones y El horrible remar hacia Dios. Es una de las poetas más importantes de su generación.
Si bien se la considera una poeta confesional habría que señalar que toda su poesía es una búsqueda de trascendencia desde lo ordinario de la vida. Sus inquietudes existenciales miradas desde la óptica de una rutina por momentos anodina, son el elemento que vertebra toda su poesía, que es fascinante. Sin duda es una autora a la que todos deberíamos leer.
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