«Fin de semana» de Pilar Tena (Tres Hermanas)

Te invitamos a leer la novela «Fin de semana» de Pilar Tena, publicada por la editorial Tres Hermanas.



Reseña en Bestia Lectora de «Fin de semana» de Pilar Tena (Tres Hermanas)

Luisa se pregunta si el silencio de Toni tendrá un final. Y mira sus rosas. Esas flores que tienen «la virtud de transformar un jardín insulso, sin personalidad, en un lugar lleno de encanto y de vida». Un jardín inglés en una masía catalana. Sobre ese cruce de culturas y miradas se construye Fin de semana de Pilar Tena (Tres Hermanas), una novela fabulosa sobre el amor, la traición y el deseo de seguir adelante. Pilar Tena es una de las pocas escritoras contemporáneas que realmente interpreta el tono victoriano y es capaz de poner en marcha en nosotros las mismas emociones que las grandes autoras inglesas del siglo XIX. No dejen de leerla.


Los secretos y el tiempo


Fin de semana narra la historia de amor y desapego entre Luisa y Toni, una pareja de españoles que atraviesan el clímax de la vida: con toda la dulzura y la carga que eso supone. Después de toda una vida juntos, de los aciertos y mentiras que han crecido en torno a ellos, intentan sostener la relación. Una vida donde no han faltado tampoco la aventura y los cambios. Siendo dos jóvenes recién casados emigraron a Londres en los años ochenta, para vivir una vida distinta. «Salir de España —y más concretamente, vivir en Londres— era el sueño de su generación». En esta ciudad disfrutaron de una existencia colorida y moderna, pero también allí germinó entre ellos un secreto que arrastrarán durante el resto de sus vidas.

La novela comienza con un viaje en coche. Una discusión que asoma la cabeza y que ellos empujan hacia el fondo con malabares retóricos, para poder continuar con esa rutina de quietud, que es un pacto tácito de silencio que los mantiene adormecidos: la prioridad es la calma, cueste lo que cueste. «El perverso ciclo de la pelea a la desolación, de la bronca permanente, ha pasado, y ambos quieren compensar aquel infierno con este tiempo sereno y amable».

¿Cuán profundo se clava el aguijón de la primera infidelidad? Ésta podría ser la gran pregunta que lanza esta novela, introducida por una frase maravillosa de Sir Walter Scott: «¡Ay, qué enmarañada es la red que tejemos cuando engañamos por primera vez!» A lo largo de la historia iremos avanzando sobre la raíz que ha hecho inevitable ese presente de apariencia y tranquilidad que contiene a Luisa y Toni, como una burbuja irrompible (que siempre atenta con estallar). Toda la novela gira y se impulsa en esa relación extraña que los une (y separa).

Precisamente, esa tensión misteriosa que hay entre Luisa y Toni, se ha extendido a la crianza de su hija Flora. La dificultad para tener una sexualidad sana, la necesidad de salirse del mundo en el que se ha criado y de reconstruirse, el deseo de volverse una sombra para que nadie esté esperando algo de ella, son algunas de las emociones que llevarán a Flora a una situación delicada de maltrato que iremos conociendo a medida que avanza la historia. Como bien nos lo dice Tena, «La mayor parte de los seres desgraciados pueden encontrar la clave de su infelicidad en la infancia». Por eso, para entender a Flora tendremos que ir al pasado, donde acampa a sus anchas la mentira.


El paisaje como protagonista

Esta novela tiene muchos planteos interesantes. En el foco de la trama tenemos el deseo femenino y su relación con el sistema patriarcal. Luisa es una mujer con ansias de libertad y aventura que, de pronto, se ve casada y viviendo en un entorno tradicional donde las relaciones sexuales se construyen desde la normalización de ritos y movimientos ya conocidos. El descubrimiento de su libertad alimentará su necesidad de tener experiencias nuevas, que le permitan satisfacer su propio deseo sexual, y será uno de los puntos de inflexión en su vida.

Hay que señalar que Tena aprovecha esta característica del personaje para ofrecernos una interesante pregunta en torno a los métodos de domesticación que ha sufrido la sexualidad femenina a lo largo de los años. «A pesar de que los tiempos iban cambiando, pertenecían a una generación que daba prioridad al placer del hombre sobre el de la mujer», leemos. Pero es importante apuntar algo más. Sin detenerse en largas parrafadas que expliquen esa situación, la autora nos permite intuirlo a través de la opresión del personaje, de su energía reprimida por la situación marital que atraviesa; es decir, la inquietud navega sutilmente por las subterráneas vías que contienen la novela. Pienso que éste no sólo es uno de los grandes temas de la novela, sino que tiene un lucidísimo tratamiento narrativo.

Otra clave que permite que la narración funcione de maravilla es la elección del ambiente como protagonista. Esto, que es tan característico en la novela victoriana, Tena lo trabaja con absoluta precisión. Podría decirse que el campo inglés y la Londres de los ochenta, que el campo catalán y la Barcelona de la primera década del dos mil, son personajes vivos, que colaboran con la tensión y nos sirven para conocer la hondura de los personajes humanos.

Esto, ligado al tema de la sexualidad femenina, le sirve a Pilar Tena para presentar con suma claridad esa oposición cultural a la que se enfrentan Luisa y Toni con la migración. De este modo, desde la gran contradicción que supone para ellos provenir de una familia tradicional española y de pronto enfrentarse a la liberación que estaba viviéndose por aquellos años en Inglaterra, Tena nos permite comprender el contexto, aquello que rodea la historia, y que la condiciona.

También existen interesantísimas preguntas en torno a la obsesión por la fidelidad y a la naturaleza y los límites de la verdad. Pero, sobre todo, es una historia que nos permite reflexionar sobre el ogro de toda relación: la mentira. Y que se detiene en esa forma brutal que tiene la mentira de expandirse y arrasarlo todo. ¿Será suficiente haber amado para detener este alud desesperante que intenta rajar el suelo?

Entre la belleza y el desgarro


Otra de las cualidades a destacar de la narrativa de Tena es la construcción de la psicología de los personajes, como bien lo afirma John Banville. La personalidad de Luisa, tan cambiante y a la vez tan decidida, me parece que es una de las cosas que da fuerza a la narración. Esa necesidad de aferrarse a lo turbio, a lo cotidiano con sus sombras, hacen que nunca se ponga el sol para ella. «Sentía que tanta belleza tenía que combinarse con un poco de desorden para ser perdonada, que en esa búsqueda de la imperfección siempre se ganaba algo, ¿quizá más belleza?» Y en esa visión del personaje me ha hecho sentir emociones parecidas a las experimentadas en la lectura de Luciana, su novela anterior, aunque creo que aquí hay un trabajo de concreción y un cuidado narrativo superior. Tena sigue asombrándonos, con su capacidad de volver a los mismos conflictos para contarnos historias diferentes.

Y ya que he hablado de la belleza, voy a aprovechar para destacar la fabulosa ilustración de cubierta, de Carmen Pinart. Bajo el título "Fragmento de luz" esta imagen nos hace pensar en las chispas de ilusión que animan e impulsan el corazón de Luisa hacia delante. Una hermosa síntesis de una novela deliciosa, tierna y realista, cuyo valor supremo reside en invitarnos a no rendirnos frente a las limitaciones que la sociedad quiere imponer sobre nuestro espíritu libre. Que nadie deje de leer esta bellísima novela.

«Fin de semana» de Pilar Tena

FIN DE SEMANA. PILAR TENA. TRES HERMANAS. 2021

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