Biografía de Santa Teresa de Ávila

Una de las grandes prosistas del Siglo de Oro Español.

Biografía de Santa Teresa de Ávila

Si queremos ahondar en la literatura mística, seguramente nos encontraremos con el nombre de Teresa de Ávila, también conocida como Teresa de Jesús, una monja que dedicó gran parte de su vida a la escritura de poesía.

Santa Teresa de Jesús nació en Gotarrendura, un pueblo de la provincia de Ávila, el 28 de marzo de 1515, en el seno de una familia judía conversa. De pequeña sintió una gran atracción por los libros. Su padre era un gran lector y en la casa había romanceros y libros de caballería, que ella leía vorazmente. Este encuentro con la palabra avivó mucho su imaginación. Otra de sus lecturas favoritas eran las hagiografías. La idea de los santos siendo capaces de dar su vida antes que renunciar a su fe producía en ella una profunda conmoción.

Cuando Teresa tenía 13 años su madre falleció. Un hecho que provocó la disolución de las rutinas familiares: casi todos los hermanos de Teresa decidieron abandonar la casa paterna. Ella se quedó allí, hasta que conoció a María de Briceño, una mujer sumamente inteligente que había optado por ordenarse a Dios para evitar tener que casarse. Teresa decidió seguir su ejemplo, para no renunciar a su libertad.

A lo largo de su vida vivió muchas situaciones de malestar. Su frágil cuerpo era aquejado de forma constante por migrañas, dolores musculares y gripes. Incluso llegó a perder el conocimiento y pasó cuatro días postrada. Cuando todos creían que estaba muerta y se decidían a enterrarla, se incorporó y comenzó a recuperarse lentamente. A los cuarenta y tres años experimentó su primer éxtasis: una especie de iluminación mística que la llevaba a sentir vivamente una conexión con Jesucristo, y que podemos conocer a través de su obra.

Se cree que a lo largo de su vida Teresa pudo haber tenido varios amantes: confesores y guías espirituales con quienes supo disfrutar de su cuerpo sin tener que renunciar a su libertad. La relación que más se conoce la mantuvo con Jerónimo Gracián, un fraile, que era mucho más joven que ella. El propio Gracián escribió en sus memorias que había amado a Teresa como a ninguna criatura sobre la tierra.

Teresa de Jesús falleció el 15 de octubre de 1582: después de una larga convalecencia.



La obra de Teresa de Ávila


Debido a las experiencias extremas a las que se sometió, Ávila tuvo una gran predisposición para interpretar sueños y deseos de una forma mística (es posible que las lecturas de su primera infancia le hayan servido para crear su propio universo místico: hay en sus imágenes muchas alusiones a símbolos de las novelas de caballería y elementos tomados de las biografías de santos de las que tan devota había sido). Esta forma de percibir el mundo y su propia imaginación podemos descubrirla a través de la lectura de sus escritos.

Teresa de Ávila escribió durante toda su vida: diarios, extractos, memorias; los cuales fueron sumamente útiles a la hora de desarrollar su biografía, para dejarnos un perfil claro de quién fue realmente esta mística de Ávila. Se la considera una de las grandes prosistas del Siglo de Oro Español.

Algunas de sus obras más importantes son Autobiografía de Teresa de Ávila, Las moradas y Camino a la perfección.

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