«Jane Eyre». La mejor adaptación es una película de televisión

Los amantes del cine y de la literatura no podemos pasar una temporada muy larga sin discutir acerca de las adaptaciones de nuestras obras favoritas. En lo que la mayoría de los biblioamantes coincidimos es en que es imposible desarrollar una película fiel página por página a la historia del libro. Por eso, generalmente, las películas suelen ofrecer miradas lectoras sobre la historia y no tanto una reconstrucción fiel a la misma. Esto me parece muy interesante, por eso disfruto mucho del cine literario; porque no espero fidelidad sino perspectiva. En este artículo hablaremos sobre la adaptación de Jane Eyre de Charlotte Brontë, la gran novela de la Literatura victoriana. Una obra de Robert Young, que tiene como protagonistas a Ciaran Hinds y Samantha Morton.

La adaptación que hizo Robert Young de «Jane Eyre» es rara para su especie. Tratándose de una película para televisión, está bastante por encima de lo que se espera de este tipo de trabajos. Con un trabajo fotográfico y de vestuario exquisito. Sobre todo, porque se respetan los colores que encontramos en la novela: algo en lo que las lectoras nos fijamos muchísimo.

A este trabajo hay que sumarle el de Richard Hawley, Kay Mellor y Peter Wight, como guionistas, y el de John McGlashan en la dirección de fotografía. Se me ocurre que es una fabulosa alternativa para redescubrir una de las historias más hermosas de las hermanas Brontë, Jane Eyre, escrita por Charlotte Brontë en 1847 y publicada bajo el seudónimo de Currer Bell.

La historia comienza en la infancia: en aquel suceso violento que termina con el encierro de Jane en el cuarto rojo, donde ha fallecido su tío y donde todo el mundo cree que ronda su fantasma. La infancia termina con el ingreso de Jane en el hospicio de Lowood, las humillaciones que debe soportar por parte de Mr. Brocklehurst y su amistad sincera con Helen. Luego hay un salto temporal para retomar la historia desde su llegada a Thornfield. En esta última etapa se centra gran parte de la cinta. Acompañaremos a Jane en su llegada a la gran mansión, en su descubrimiento del amor y, sobre todo, en su reconocimiento de la independencia (¡por primera vez en su vida!)

La interpretación de Samantha Morton, como Jane, es uno de los aciertos de esta película. A diferencia de otras adaptaciones que la hacen ver como una niña enfermiza, en este film Jane es una mujer valiente, que indaga, que constantemente demuestra querer ir más allá de lo que se espera de ella. Samantha Morton consigue desarrollar una evolución armoniosa y nos ofrece a una Jane que, pese a los reveses de la vida, siempre consigue reconstruirse. Una Jane Eyre tímida pero llena de fuerza interior: rápida, incisiva, curiosa, apasionada. Es decir, como seguramente todas la imaginamos cuando la descubrimos de la mano de Charlotte Brontë.

En la piel de Edward Rochester encontramos a Ciaran Hinds, cuya interpretación también es fabulosa. Generalmente este personaje es interpretado como un malhumorado con cierta chispa para el humor; pero en verdad, creo que se alejan muchísimo del personaje que es en realidad un hombre que se encuentra herido por la vida y que tiene mucho miedo a la decepción y el maltrato. Creo que la actuación de Hinds es impecable; consigue mostrarnos ese miedo y ese deseo que lo arrasa; además, la evolución interior del personaje, de la aspereza a la dulzura, nos desvela una interpretación totalmente inolvidable. Pero bueno; tampoco necesita Ciaran que ni yo ni nadie lo defienda, una larga carrera de interpretaciones fascinantes son la prueba contundente de su talento y su gran oficio actoral. Pero diré que se me ocurre que este Mr. Rochester es otra grandísima razón para ver esta versión de nuestra novela favorita. De hecho, me temo que, después de ver esta versión, probablemente no querrás a ningún otro Edward.

No falta, por supuesto, la escena más importante e intensa del libro: el clímax, que cualquier amante de la novela puede recitar, seguramente, de memoria. Confieso que he visto casi todas las versiones que se han hecho de esta historia y ninguna me ha conquistado tanto en esta escena clave como ésta. Edward y Jane debajo de un árbol (no es el ciruelo pero sí un rincón de encuentro común a lo largo de la película) discutiendo y confesándose el amor mutuo. Puede resultar empalagoso, sí, pero al menos es una melaza llena de buena literatura.

Respecto al guion, es posible que no sea el mejor de todos; sin embargo, tengo la sensación de que es el que mejor sabe recrear la atmósfera y el interior de los personajes, que es lo que a mí más me interesa de cualquier adaptación. Y señalo esto de la historia porque, comparando las versiones más importantes de la novela, el mejor guion podría ser el de la adaptación de Cary Fukunaga (2011); ya que recoge los hitos más importantes de la novela y cuida mucho más sus detalles. Si os interesa que hable sobre ella en el futuro, hacedmelo saber en los comentarios.

Volviendo a mi adaptación favorita y ya a modo de conclusión. La Jane Eyre de Young consigue mostrarnos a la perfección qué hay en juego a lo largo de la historia y qué puede perder Jane si decide dejarse llevar por la pulsión de su corazón. Por otro lado, también es una de las versiones que primero vi y cuyo visionado me hizo feliz. Mi favoritismo por Ciaran Hinds quizá aporte un ingrediente extra a mi fanatismo pero, no me creo especial por eso: ¿a quién puede no fascinarle este actor irlandés?

Y tú ¿tienes una versión de esta historia que la prefieras por encima de todas? ¡Cuéntame, por favor!

«JANE EYRE».
DIRECCIÓN. Robert Young.
GUION. Charlotte Brontë (novela), Kay Mellor, Richard Hawley y Peter Wight (adaptación).
REPARTO: Ciarán Hinds, Samantha Morton y Gemma Jones.
AÑO. 1997.
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