Verónica Aranda en nuestro «Lunes de Poesía»

Un poema de Verónica Aranda en nuestro «Lunes de Poesía»

La poesía de Verónica Aranda

«Toda estrategia y lógica / era exclusiva / de los hombres», dice el primer poema de Cobalto oscuro, de Verónica Aranda (Cénlit Ediciones). Una de sus características más interesantes es que se presenta como un poemario pero es en verdad un libro de semblanzas en verso. En él, Aranda recorre vidas y álbumes pictóricos firmados por mujeres desde 1555 hasta 2011. Es una obra de rescate vital y político, que nadie debería perderse. En nuestro «Lunes de Poesía» te invitamos a leerlo.



Poemario reivindicativo


Una reivindicación de las voces que han sido sepultadas en el olvido. Quizá ésa sea la propuesta más contundente detrás de Cobalto oscuro. Verónica Aranda se sumerge en la obra pictórica de cuarenta artistas y a través de su poesía nos invita a conocerlas y reconocer su legado en el mundo que habitamos. Llegamos al primer punto interesante del libro. En lugar de decantarse por una serie de biografías al uso, Aranda decide hablarnos sobre ella y sus trabajos a través de un discurso poético. El resultado es un conjunto de semblanzas en verso que nos sacuden y nos empujan a querer saber más de cada una de las protagonistas.

Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana, Li Yin, Dora Carrington, Maruja Mallo, Leonora Carrington, Remedios Varo y Tracey Emin son tan sólo algunas de las artistas que se pasean por estas páginas. Aranda describe con precisión una obra escogida de cada una y enlaza los trazos de la misma con el camino recorrido por la artista. Se fija especialmente en las severas dificultades que encontraron para dedicarse a lo que amaban, por ser mujeres y, en algunos casos, por ser además lesbianas. Sin duda, es una reivindicación no sólo del trabajo de estas mujeres sino también de la libertad sexual y de expresión.

El tono de los poemas es descriptivo, pero de fondo hay una voz reivindicativa y guerrera que quiere hacernos pensar sobre la importancia de la libertad en todos los planos de nuestra vida. La sensibilidad, la dulzura pero también la voluntad de nombrar lo que el mundo calla, son las tres características de la poesía de Aranda que más me han impactado. Estos poemas cumplen una doble función: son una invitación para acercarnos a las obras y biografías de estas mujeres y, además, nos alientan a mirar mejor el mundo y a estar bien antentos a la censura que campa a sus anchas en el territorio del arte.


En «Cobalto oscuro», Aranda reconstruye el retrato de cuarenta pintoras

Poesía y deseo


«Segura de sí misma, / el motor deportivo despierta su deseo». Una de las cosas más sorprendentes de la poesía de Aranda es que puede trabajar con un registro realista sobre el que superpone imágenes fantasiosas. Esto dota a su poética de un color y una divergencia que la vuelve sumamente atractiva. En este caso, mientras la leemos podemos recorrer los rincones de las obras que nos presenta, imaginar el día a día de la artista que la pintó y disfrutar de una composición poética sumamente pictórica.

Hay una voz sumergida que recoge las voces de estas mujeres, sus aciertos, sus miedos, sus colores: la voz de Aranda, que se eleva y se mezcla con los colores de las obras. Dependiendo del tiempo histórico, Aranda consigue crear un tono que se ajuste a las imágenes y al sonido de esa época: esto es sumamente importante porque nos permite ubicarnos inmediatamente en ese tiempo, rozando esos mismos pinceles, amando el arte desde la visión de estas mujeres.

El deseo, la desesperación, la dificultad de ser mujer en un mundo de hombres, la guerra, la persecución, la violencia, son algunos de los temas que atraviesan estos poemas. Pero también, y sobre todo, el deseo, el amor entre mujeres, la hermandad entre mujeres, la posibilidad de trascender a través del arte una experiencia turbia. Todo ello nos espera al leer Cobalto oscuro: un poemario exquisito, jugoso y escrito con verdadero oficio poético.

Encuentro un gran acierto en el trabajo estético, que persigue lo inmediato: mostrar con el lenguaje como una artista muestra con el pincel. Lo que vemos es lo que existe. Pero además me parece un libro reivindicativo y necesario. Otorga visibilidad a muchas pintoras que han sido olvidadas (o sepultadas a fuerza de violencia patriarcal) y nos da la oportunidad de conocerlas, de acercarnos a su obra y reconocer sus voces.

También he descubierto que una cosa fascinante de la poética de Aranda es que trabaja con un lenguaje roto. La versificación nunca lleva adonde tú crees que irá; se va abriendo camino por senderos insospechados y plantea indómitos giros en su trayecto. Esto vuelve sumamente grata la experiencia de lectura porque, la poesía que nos alimenta es la que nos sacude, la que no nos deja dormir, la que rompe lo predecible con la seguridad de un trazo.



Un poema de Verónica Aranda en «Lunes de Poesía»


«En cada jaque mate / se empoderan, / y hablan de alquimia / y de mitología», leemos en el poema sobre Sofonisba Anguissola. Verónica Aranda ha construido un poemario exquisito, de una voz que se dirige a otras voces, las rescata del olvido y las eleva. Es, en definitiva, un regalo fantástico que nadie debería perderse.

Como hacemos siempre en este ciclo, terminamos dejándote un poema de este maravilloso libro y renovando nuestra invitación para que lo leas.


Ramo floral con pájaros (Remedios Varo, 1960)

Todo es levitación,
desde los tallos
al diminuto colibrí en el centro.
Todo es envés
de la quietud
y en su iconografía
quizás se escuchen trinos.

El canto está en el rojo de los trópicos.
Hay cierta sensación de aplazamiento
entre la hoja de oro y la madera.
Hay raíces salvajes
y lo ignoran los pétalos.


Remedios Varo en la poesía de Verónica Aranda

COBALTO OSCURO. VERÓNICA ARANDA. CÉNLIT EDICIONES. 2020

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