Revisar el pasado para pensar mejor el futuro. Ésa es la gran idea que aparece en La historia oculta de la creación del Estado de Israel de Alison Weir (Capitán Swing), un ensayo lúcido a la vez que durísimo en torno a los pilares de uno de los estados modernos que más polémica ha levantado. Una reflexión sobre los subterráneos ideológicos que sostienen en pie la política internacional de Estados Unidos. Un texto imprescindible para entender muchas de las cosas que suceden en este mismo momento en el mundo.
El sionismo como fuerza política
«La única esperanza para el sionismo son los judíos de América». Esta afirmación de Max Nordan le sirve a Alison Weir para tejer una duda. ¿Fueron realmente los judíos los primeros interesados en una tierra propia, un campo que llevara su nombre, la recuperación de un lugar abandonado muy atrás en el tiempo? Esta pregunta tiene trampa, claro: ¿quién puede no desear un sitio al que llamar hogar? Como extranjeros que somos nos pasamos la vida buscando esa casa. Los judíos también. Sin embargo, no estamos dispuestos a asumir ese deseo a cualquier coste. Los judíos tampoco.
¿Cuál fue el punto de partida de la creación de Israel? ¿Qué situaciones favorecieron este proceso? ¿Por qué la comunidad internacional ha hecho tan poco a lo largo del último siglo por intervenir en un conflicto tan desproporcionado? Éstas son las preguntas sobre las que va ahondando Weir, tratando de buscar una respuesta razonable. Pero la indagación no es sencilla porque el silenciamiento en torno al tema es patológico. Los americanos no tienen idea de lo que sucede y el sionismo niega su responsabilidad en lo que es más un acto de guerra que de justicia.
El primer nombre que aparece en el libro es el de Theodor Herzl, el padre del sionismo y también del Estado Judío. Promotor de la segunda gran migración a Palestina (Aliyá) que devendría el primer kibutz en Degania. Pero no será el único. Weir escarba en la historia para demostrar que los caminos tomados para el asentamiento masivo de judíos en Israel no fueron razonables. El trabajo de los sionistas pasó desapercibido para muchos, porque trabajaban de forma subterfugia. «Una organización con objetivos como los nuestros tiene que ser anónima, tiene que trabajar en silencio».
Historia del desamparo
La instauración del estado judío en Israel fue posible gracias al apoyo internacional, y no puede pasarse por alto aquí la gran influencia que los partidarios del sionismo tenían sobre el gobierno estadounidenses. Los sionistas presionaron, fundaron organismos silenciosos que socavaron la firmeza de los opositores a la idea y consiguieron mover los hilos a su favor. De este modo en 1948 se declaró la independencia del Estado de Israel, como la patria recuperada del pueblo judío. Sus consecuencias fueron terribles. Nakba es la palabra con la que se define el exilio palestino provocado por estos acontecimientos, la persecución y la expulsión de todos los ciudadanos que no practicaran el judaísmo, que significó el 92 % de la población residente en aquel territorio.
Un detalle: «al principio todos los judíos se oponían al sionismo». Pero quienes deseaban convertir ese sueño en realidad, sin importar el baño de sangre que debieran cometer para conseguirlo, eran hombres poderosos, infiltrados en el gobierno norteamericano, patrocinadores fundamentales de la industria y el capital económico del país. ¿Quién podría obligarles a renunciar a su locura? Podrían haberlo hecho, pero no lo hicieron. Sobre las razones que cimentaron el apoyo a este ideal encontramos en este libro lúcidas explicaciones.
Al principio, el Estado americano se oponía a esta idea, pero los sionistas tuvieron un sólido argumento para hacerlos cambiar de opinión: apoyar esa idea era salvar a un pueblo herido, quienes se opusieran a ella eran antisemitas. Finalmente, si el sionismo no era apoyado por el gobierno, el dinero del pueblo judío dejaría de llegar a las arcas del Estado. En palabras de Naomi Cohen: «De no haber sido por la ayuda económica y la presión política de los judíos de Estados Unidos es posible que Israel no hubiera nacido en 1948».
Nuevos fundamentalismos occidentales
Hay en este libro de Weir muchas preguntas que se cruzan con lo que ya estudió y explicó muy bien Hanna Arendt, que los sionistas no tenían interés alguno en ayudar a su pueblo, sino que perseguían fines egoístas y perversos. Su plan consistió en volver imposible la vida de los judíos fuera de ese Estado prometido. A través del bloqueo legislativo para asentarse en otros lugares y el rechazo de la posibilidad de refugio internacional durante el Holocausto en otro lugar que no fuera Palestina consiguieron que la única salida para los damnificados por la crueldad nazi fuera traslado a Israel.
«Todo forma parte de un plan urdido sin conciencia y a sangre fría para hacer que la situación de los judíos en Polonia sea tan mala que tengan que buscar ayuda ayuda en el sionismo». Si a esto le sumamos que la idea sionista iba mucho más allá de recuperar un territorio: implicaba principalmente la instauración de un sistema totalitario que expulsara de Palestina a todo aquel que no profesara esa religión para formar una gran nación unívoca en términos culturales y religiosos. Saber esto nos puede servir para entender mejor el panorama. «El sionismo ya buscaba ese ejército antes de de que empezara el Holocausto nazi». De hecho, «Hitler se convirtió en el principal patrocinador económico de Israel». Los nazis querían a los judíos fuera de Alemania; los sionistas querían que se instalaran en Palestina. El resultado, un trato perverso que se ha silenciado de forma salvaje y que fue apoyado por diversas instituciones y por el cristianismo.
Alison Weir nos ofrece un estudio detallado y lleno de fundamentos bibliográficos para comprender uno de los conflictos más importantes de nuestro siglo. Es un ensayo breve, donde las notas al pie pueden servirnos para conocer una potente documentación que podría aclararnos aquellas dudas que tuviéramos al terminar esta lectura.
«George Orwell dijo: 'quien controla el pasado controla el futuro: quien controla el presente controla el pasado'. Es posible que redescubrir el pasado nos permita controla el presente y salvar el futuro». Weir nos invita a revisar nuestra historia a través de un ensayo lúcido, cercano y absolutamente necesario para comprender las ideas fundacionales del conflicto Palestina-Israel. Que nadie se lo pierda.
LA HISTORIA OCULTA DE LA CREACIÓN DEL ESTADO DE ISRAEL.
ALISON WEIR.
TRADUCCIÓN: CATALINA MARTÍNEZ MUÑOZ.
CAPITÁN SWING.
2021.
ALISON WEIR.
TRADUCCIÓN: CATALINA MARTÍNEZ MUÑOZ.
CAPITÁN SWING.
2021.
2 Comentarios
hola :)
ResponderEliminarwow esta suena como una lectura muy interesante pero fuerte, así que personalmente la dejo pasar.
saludos
Querida Xing: siento que no te haya interesado lo suficiente. Es un libro necesario para comprender nuestro mundo pero sí, por supuesto, lo que vemos duele y nos desespera un poco. Un abrazo, querida.
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