La literatura española está repleta de nombres, generalmente de mujeres, que han sido tristemente eclipsados por otros, frecuentemente sus parejas masculinas. El gran desafío del presente es recuperar aquellas voces y darles la visibilidad que se merecen. Y ése es el trabajo que desde hace una década se está haciendo con la obra de María Teresa León.
María Teresa León nació el 31 de octubre de 1903 en Logroño. Pasó su infancia entre Burgos, Madrid y Barcelona, convirtiéndose en una mujer con amplias cualidades y conocimientos. Recibió una educación sofisticada, en el Instituto Libre de Enseñanza, formándose de forma contundente en un ambiente ilustrado.
Su pasión por el lenguaje la llevó a escribir desde pequeña y antes de los veinte años publicaba artículos en el "Diario de Burgos".
En 1920 se casó con Gonzalo de Sebastián Alfaro, con quien tuvo dos hijos. En 1932 se divorció y se fue a vivir a Mallorca con Rafael Alberti. Que Alberti y León se conocieran fue sumamente beneficioso para la obra de ambos; sin embargo, lentamente el poeta fue eclipsando la voz de León.
La guerra civil y la situación política en España empujaron al matrimonio a exiliarse en América, donde residieron durante 23 años. Regresaron a España en los años setenta. La voz de Teresa de León fue oscurecida por su duradera relación con uno de los poetas de la Generación del 27 que mejor publicidad ha tenido.
Teresa de León falleció en un sanatorio de Madrid el 13 de diciembre de 1988, aquejada de Alzheimer. Tenía 85 años.
La obra de María Teresa León
María Teresa León no sólo fue una gran estudiosa de su tiempo sino que también publicó importantísimas obras.
Entre sus títulos más destacados encontramos Cuentos para soñar, La bella del mal amor y Huelga en el puerto.
Cuando en el año 2003 se conmemoró el centenario de su nacimiento se realizó una exposición con textos de León sobre la obra de algunos escritores españoles, como García Lorca y Lope de Vega.
Recuperar su nombre, leerla e incorporarla con contundencia como una de las figuras principales de la Generación del 27 sigue siendo nuestro trabajo. Se lo debemos.
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