«Astroblema», de Carlos Asensio (Isla de Siltolá)

Un poemario sobre el dolor, y las posibilidades que crecen al borde de la herida.

«Astroblema», de Carlos Asensio (Isla de Siltolá)
"«Astroblema», de Carlos Asensio (Isla de Siltolá)"

«Estamos de pie / esperando el golpe / del rayo / sobre las manos quejumbrosas». Estamos de pie. Y esperamos. El mundo conocido se hace añicos, y nosotros esperamos. Éste es el hilo conductor de los poemas de Astroblema de Carlos Asensio (Isla de Siltolá), donde la voz poética, mientras espera el fin de la era, dialoga con Vicente Huidobro y trata de encontrar refugio para la desidia, palabras que sanen, palabras que salven. Es un libro intenso que se construye con una narrativa silente que va moviéndose a través de imágenes contundentes que permiten configurar dos mundos, el que termina y la semilla del nuevo, mientras nos ofrece preguntas sobre el dolor, el pasado y el futuro.


Una narrativa silente que va moviéndose a través de imágenes contundentes.

Muchas veces a lo largo de la historia de la humanidad el mundo se vino abajo. Y cada vez que esto sucedió, se volvió necesaria la pregunta sobre el futuro. Astroblema puede leerse en sintonía con cualquiera de esos hitos en la historia. Una buena lectura nos permite, por ejemplo, pensar en el más reciente descalabro: la crisis sanitaria. A través de los poemas podemos encontrar hilos de entendimiento para el fracaso del capitalismo y la muerte de la esperanza. Asensio se para en el hueco, y en la sombra del hueco, para ofrecernos una poesía con potencial sanador. En geología se conoce con este nombre, astroblema, al hueco que deja un meteorito al caer sobre la tierra. Los poemas caen así, y dejan en nosotros un pozo hondo del que tenemos la oportunidad de sacar algo que permita nuestra reconstrucción. El mundo se viene abajo y nosotros esperamos el golpe. Y el golpe es la palabra, siempre al borde de destruirlo o arreglarlo todo. Estos poemas.


«Astroblema», de Carlos Asensio (Isla de Siltolá)
"«Astroblema», de Carlos Asensio (Isla de Siltolá)"

A través de un diálogo exquisito con la poesía de Vicente Huidobro, principalmente de su obra cumbre, Altazor, Asensio conquista nuestro interés proponiendo una pregunta sobre el modo en que vivimos, y las posibilidades de afrontar una vida distinta. Al igual que en Huidobro aquí hay hortensias, hay herida y, sobre todo, el lenguaje es todo posibilidades. «Un cuerpo celeste / desgarra la atmósfera / y / se precipita hacia / vosotros», leemos. El mundo conocido está por ser aniquilado, y en esa realidad el pasado parece un espejo que revela la herida del presente. La voz poética ve acercarse el fin de una época, y reconstruye otros momentos en los que también se creyó que el fin estaba cerca. El fin del mundo tal cual lo conocemos abre también posibilidad de cambio. Asensio ve ahí la luz, y nos la enseña. En cada desastre, en cada caída en picado hay una posibilidad de comienzo, y siempre volver a empezar es tener todas las posibilidades de hacerlo mejor. «Late, una vez más, el pulso de una nueva era», leemos. Pero lejos de quedarse en el sentimiento ñoño del bienestar superficial, Asensio se aferra a la duda, y deja clavada en la tierra la pregunta importante: ¿qué nos hace pensar que esta vez será distinto?.

Una cosa sumamente interesante de este libro es la observación del mundo. Los poemas se construyen como imágenes que se suceden, donde hay predicción y también pasado. El mundo se va abriendo ante nosotros y la claridad nos sacude. La voz poética observa la vida que deja atrás, como si quisiera conservar en la memoria los instantes, antes de que la oscuridad se lo trague todo, quizá con el deseo de poder reconstruirlo todo, de poder regresar a ese instante. Pero «¿cómo volver / a un lugar / que ya no existe?», se pregunta. La única posibilidad parece ser aferrarse a la herida, avanzar en las sombras reconociendo el hueco que ha venido para quedarse. Pensándolo así, el libro nos propone una lectura íntima del dolor, de lo que el dolor nos hace y también de lo que somos capaces de hacer con él. Y leo: «Tantear la exquisita / fragilidad del cráter / y manipular la superficie del barro / hasta hallar la sangre».


La voz poética observa la vida que deja atrás, como si quisiera conservar en la memoria los instantes.

Cuando entras en la poesía de Asensio te asalta la belleza. Hay un eco de luz en lo que leemos, incluso en esa desesperanza que se ciñe sobre el final de los tiempos. Hay una voz que sin convicción pero con deseo busca hallar en el silencio algo de luz para traernos un mañana que se pose sobre la tierra. «El mundo es / y no es / un carnaval de la belleza», leemos. La belleza está aquí, como está en las cosas que nos suceden. Avanza. Nos encuentra. Nos sacude. Y estos poemas dan cuenta de ella, de su luz y su sombra, de su posibilidad en medio del desconcierto. Sólo hay que leerla. Y aferrarse a ella. Que nadie deje escapar estos versos celestiales.


«Astroblema», de Carlos Asensio (Isla de Siltolá)
"«Astroblema», de Carlos Asensio (Isla de Siltolá)"

ASTROBLEMA
CARLOS ASENSIO
ISLA DE SILTOLÁ
2022

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