La obra de Remedios Zafra se ubica entre lo realista y lo poético, entre el mundo material y el mundo configurado por las pantallas. A través de esa perspectiva transversal, la autora reflexiona sobre las relaciones que establecemos con las cosas, con el trabajo y con los otros. Zafra es una intelectual que ha sabido guiarnos para pensar en las muchas formas en las que el deseo cambia cuando se produce por el contacto sin piel, y también sobre las formas en que las fuerzas con poder intentan controlar y dirigir ese deseo. En su nuevo libro El bucle invisible—XXVIII Premio Internacional de Ensayo Jovellanos— (Ediciones Nobel) profundiza en estos temas de una forma nueva, pero con la misma esperanza. Un libro inmenso que nos puede servir para indagar más en nuestros mecanismos de supervivencia y de disfrute.
Un libro inmenso, de una de las grandes filósofas de nuestro tiempo.
«Vivimos entre erráticas denominaciones de lo que hacemos y lo que esperamos». Quizá esta frase nos sirva para captar el primer gran tema de este libro: nuestra tendencia a postergar el goce por pensarnos seres productivos que caminan en pos de un sueño. Nos pasamos gran parte de la vida viviendo de las expectativas y de los sueños que nos han/hemos planteado, aunque no sabemos si finalmente podremos conquistarlos. Y aquí se asoma la primera y gran pregunta de este libro: «¿Qué significa trabajar?¿Qué supone vivir?». A través de un discurso que punza nuestra seguridad y nos invita a ver la raja, Zafra plantea inquietudes en torno a las formas en las que la concepción del trabajo se ha torcido en estos tiempos hiperconectados. La vida laboral ocupa todo nuestro tiempo. También nuestro descanso. ¿En qué punto ubicamos la franja entre vida y trabajo? Como éstas se desgranan muchísimas preguntas en torno a este importantísimo tema.
El bucle invisible simboliza esa desaforada forma de vivir siempre hacia delante, siempre en movimiento, sin detenernos a disfrutar, a pensar, a cuidarnos. Pero también, y sobre todo, es un símil de la forma en la que los ciudadanos somos vistos por el sistema: entes productivos que incluso cuando disfrutan deben estar produciendo. El análisis de Zafra, como siempre, es agudo y nos ofrece algunos hilos de los que tirar para ahondar en nuestra propia forma de trabajar y de vivir. «El exceso y la aceleración complican los tiempos necesarios para el desvío». El desvío aquí se presenta como un camino alternativo, que nos permita huir de lo que el mundo espera de nosotros, de lo que las voces de la realidad intentan gritar tapando nuestra propia voz.
Es un símil de la forma en la que los ciudadanos somos vistos por el sistema
Una reflexión sobre la realidad exige una pregunta sobre la tecnología. Esto nos lo viene repitiendo Zafra hasta el cansancio; quizá todavía no le hemos prestado la suficiente atención. Cada vez más nuestra vida se encuentra vinculada a lo tecnológico. Aunque esto no sea nuevo —la tecnología ha estado vinculada y guiando nuestros pasos desde que nuestras antepasadas construyeron un hacha de piedra y encendieron una hoguera: somos criaturas ligadas a nuestras herramientas—. En ese sentido, «lo que percibimos viene de nuestro cuerpo atravesado de tecnología». Esta idea, además, está presente en toda la obra de Zafra, sobre todo en dos mágicos y magistrales libros que puede leerse como manuales para sobrevivir al capitalismo: Ojo y capital (Consonni) y Frágiles (Anagrama). La forma en la que trabaja el lenguaje es poética a la vez que concreta. Su facilidad para crear una atmósfera íntima aunque estemos tratando temas colectivos es asombrosa, como si consiguiera emular esa fuerza que tienen las pantallas de hacernos sentir como íntimo aquello que es de todas.
Un ensayo sobre nuestra vida atravesada de tecnología |
Y en esa reflexión sobre nuestra vida alcanzada por la tecnología hay que identificar de dónde viene la herida. «Identificar al que manda es complicado en la interconectada red de empresas y servicios que estructuran el hábitat digital». En este punto, Zafra llega a un tema delicado: sólo si trabajamos de forma excesiva podremos conseguir nuestros sueños. Ésta que parece la gran premisa del capitalismo, sin embargo, es un sueño sólo posible para unos pocos. Y sin embargo, hay un empeño generalizado por asomarse con insistencia al mundo productivo, para alcanzar una realidad que promete el capital. En un abrir y cerrar de ojos nuestra propia vida se vuelve productiva; el trabajo y el ocio, en la red es una misma cosa que persigue un me gusta que dará prestigio y una realidad económica soñada. ¿Hasta cuándo? ¿En qué momento deberíamos detenernos? Estas dudas se asoman a este texto y nos sirven para pensar la vorágine en la que estamos metidas. ¿Salir? ¿Cuándo? Leer a Zafra es encontrar la fuerza necesaria para intentarlo al menos.
Porque en la obra de Zafra siempre hay luz, y viene desde el sitio menos pensado, desde el lugar donde las palabras significan otra cosa, el desvío del que nos hablaba, donde las voces silenciosas no facturan ni ofrecen prestigio, pero dan abrigo. «Las palabras son habituales interruptores del bucle invisible», leemos. Las palabras, con las que podemos construir puentes para aliarnos con empatía con los otros y las otras. Las palabras con las que podemos construir una nueva existencia, que no se ajuste a las imposiciones del mercado, pero que nos asegure una vida plena y nos prometa una libertad cierta. Lo que en palabras de Zafra podría ser: «Ser tú misma habiéndote hecho distinta». Que nadie se pierda este ensayo extraordinario, que viene a confirmar la belleza que atraviesa el pensamiento de una de las mejores intelectuales de nuestro mundo actual.
EL HILO INVISIBLE
REMEDIOS ZAFRA
EDICIONES NOBEL
PREMIO JOVELLANOS DE ENSAYO
2022
REMEDIOS ZAFRA
EDICIONES NOBEL
PREMIO JOVELLANOS DE ENSAYO
2022
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