«Esta ira», de María García Zambrano (Vaso Roto)

Un poemario brutal sobre la maternidad y la muerte.

Reseña de «Esta ira», de María García Zambrano (Vaso Roto)

La rabia articula el nuevo poemario de María García Zambrano, Esta ira (Vaso Roto). Pero lo hace de una forma novedosa: en su vínculo con lo amoroso. Es un poemario que propone una nueva lectura sobre la ira, que sugiere la imperiosa necesidad de ponerla en palabras para romper con la cíclica costumbre de docilidad en la que se nos educa a las mujeres y que presenta observaciones inteligentes y brutales en torno a la muerte. «Lo cíclico nos obliga a hibernar», y este libro viene a ofrecernos un espacio reflexión y liberación. Que nadie deje de leerlo.


Un poemario que propone una nueva lectura sobre la ira.

El punto de partida de este libro es una bendición y un agradecimiento. "Amar. Conservar vivo. Nombrar". Ya desde el título, esta primera parte nos anuncia que los poemas van a arrastrarnos hacia la desobediencia. En un mundo donde la crueldad está a la orden del día escribir el amor es importante. Aunque la ira aguarde, primero el amor. «Porque hemos sembrado amor y compartimos / las palabras benditas / las bendiciones curan». La segunda parte, titulada "Esta ira" reúne instantáneas de desesperación y duelo. El libro cierra con dos partes luminosas, "Las hermanas" y "La belleza y una coda", donde la voz poética atraviesa lo real para encontrar belleza en los más nimios gestos. Hay aquí una cosa muy interesante. Aunque no hay seguridad, la voz muestra cierta tranquilidad; aunque la enfermedad no se desaparezca los ojos saben encontrar las chispas de luz del movimiento respiratorio. Esto se deja ver también en la forma: hay un cambio rotundo de tono y estructura, y el texto tiende más a lo teatral. Creo que hay mucho que leer debajo de las palabras. Y me parece que en su lúcido epílogo, Julieta Valero lo explica muy bien. Dice: «En este libro la confianza se ha desmoronado. Implosiona el discurso, que es el mismo y es otro rimbaudianamente».

Este libro atravesado por la maternidad y la crianza, pone en palabras el dolor y la soledad de la que para muchas mujeres es una de las experiencias más brutales que puedan experimentarse. Todo el amor y toda la rabia en una misma historia. La reconstrucción de María García Zambrano parte de la «gratitud a los huesos que soportan este astillarse, una y otra vez» y desde ahí sus poemas van abriéndose paso desde la desolación a la fortaleza, donde cierta fe en el porvenir ofrece el ritmo perfecto para que el cuerpo siga. La única manera que muchas personas encuentran en que las experiencias dolorosas de la vida ofrezcan cierta redención es a través de la fe, es decir, de la posibilidad de conectar con otra realidad. Estar preparadas para cuando esto ocurra es un buen objetivo para ellas. Mientras tanto, las mujeres se acompañan, entienden el dolor y se cuidan. Leemos: «Una estirpe de mujeres teje / tu movimiento».


Las experiencias cotidianas pueden redimirnos.

La voz poética es una madre que mira a su hija y mira a la muerte a los ojos. Una madre que asume la fragilidad de su retoño y que intenta romper con todos los estereotipos presumibles para una madre sufriente. Porque en el dolor de la pérdida aquí hay alegría, y esto es verdaderamente estremecedor. La mirla que abre las manitos, la madre que mira el futuro con la incertidumbre prendida a sus pupilas, pero que se aferra a este instante. «Conoces el secreto / -ella que ha visitado / la casa de la muerte / regresa-». Quizá sea uno de los primeros libros que leo en torno al desgarro que la enfermedad infantil puede suponer para una madre. La ira aquí no es arrastrada por el hecho corpóreo de la maternidad sino por la fragilidad de la criatura. Una madre que vela por su hija frágil no puede permitirse la depresión posparto. Esta idea flota en todo el libro y creo que es una de las que unifica las diversas partes.


Reseña de «Esta ira», de María García Zambrano (Vaso Roto)
El nuevo poemario de María García Zambrano en Vaso Roto.

Hay una pregunta árida que articula todos los poemas, y que nos desgarra a medida que avanzamos en la lectura: «¿Cómo se vive dentro de ese miedo?». Y que puede remitir a dos preguntas distintas: ¿qué puedo hacer con este miedo? y ¿cómo vives tú esta vida siempre al borde del abismo? Leer este poemario nos va a llevar a la oscuridad más honda de la soledad, incluso si no somos madres. Hay una exploración que va más allá de esta experiencia y que tiene que ver con nuestra manera de mirar o no la muerte, de negarla, de asumir la vida como algo absoluto y doblegar esa intriga dolorosa que impone sobre nuestros huesos (cada día más cansados) el sentimiento (que es sobre todo experiencia) de mortalidad.

Cuando aparece la palabra, se encienden todas las posibilidades. Nuestra ira puede materializarse en la palabra: «una invisible cicatriz / nos cose / a / la falsa perfección / del día». María García Zambrano consigue ofrecernos un poemario que aún atravesando el dolor tiene muchísima luz y belleza. En su caso, la luz de la poesía aparece gracias a la fe: la construcción de un paraíso mental que permita tolerar la desesperación de este mundo. Y, sin embargo, incluso en esa utopía en la que la voz poética cree, se asoma la rabia. Porque estamos hechas de partículas contradictorias y tenemos en nuestro propio cuerpo el germen de todo el daño y de toda la luz, y ni siquiera podemos controlar del todo cuánto de uno y otra practicaremos. «Cuanto sé de la belleza me ha sido entregado en el latido aún caliente de los metales».


La pregunta de este libro es sobre la maternidad, pero es también sobre la muerte. ¿Cómo es posible la vida? ¿Y cómo no? Los dos opuestos que conforman nuestra realidad, alimentando nuestra esperanza y también nuestro miedo. La poesía de María García Zambrano es crudísima, atómica, encandiladora por momentos. Hay una fuerza del lenguaje y un cuidado en la forma que me resultan verdaderamente asombrosos. No se puede salir igual de esta lectura. La madre no está desesperada. Encuentra las palabras para mencionar el daño, pero no se regocija en la herida. La madre acepta un destino que sabe que no a todas les toca, y avanza con fe. Pero la madre grita. La madre pone en palabras la ira de la desolación, porque toda esta experiencia le ha servido para entender que se nos quiere mudas, y ella sabe que todavía no le ha llegado el momento de hibernar. Por eso escribe. Y reza. Esa madre, ensamblada con metales pesados, que dice: «Tú eres mi hija / pero / yo soy tu hija / guíame». Un libro que recomiendo con entusiasmo. Este libro de María García Zambrano es tremendamente brutal y, al mismo tiempo, luminoso; amable en su violencia, tierno en su oscuridad. Una poesía llena de brillo y donde el lenguaje es espacio de grito y también de salvación.


Reseña de «Esta ira», de María García Zambrano (Vaso Roto)
La maternidad y la rabia en la poesía de María García Zambrano

ESTA IRA
MARÍA GARCÍA ZAMBRANO
VASO ROTO
2023

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