«Querida Yo», de Coloma Fernández Armero (Tres Hermanas)

Aunque el género diarístico siempre ha gozado de buena salud, en determinado momento en torno al comienzo del nuevo milenio ganó absoluta popularidad. Un momento que Nuria Labari describe como la aparición en forma explosiva de «una literatura capaz de romper las costuras de los géneros». En un lúcido prólogo, Labari nos invita a asomarnos al universo de Coloma Fernández Armero porque «si algo distingue a la prosa de Coloma es el trabajo con el lenguaje». En esta nueva edición de Querida Yo de Coloma Fernández Armero (Tres Hermanas) nos lanzamos a una aventura asombrosa en torno a la búsqueda del yo a través de la escritura y también de la vida. Una lectura sumamente recomendable.

Querida yo es una novela, es un diario y es también un retrato generacional, por lo cual también podríamos clasificarlo como un ensayo. Lo primero que llama nuestra atención es una narradora desorientada, que parece desvinculada del mundo que la rodea. Esa ruptura del yo con el entorno será una constante. Leemos: «No hago nada fuera de lo normal y me siento fuera de lo normal». La voz narrativa es intensa a la vez que honda, de pequeñas situaciones cotidianas es capaz de sacar preguntas inquietantes y reflexiones asombrosas. Y aunque dice «la mayoría de las cosas me parecen relativas», parece comprometida con lo que le sucede a cada instante, con el deseo y con las posibilidades de la vida. Esta peculiaridad de la narración le aportan al libro un aire juguetón a la vez que luminoso y aunque abraza la superficie de las cosas nunca se vuelve un texto superficial. Sin duda ahí encontramos uno de los mayores logros de Coloma Fernández Artero.

El yo extrañado, sin embargo, observa el mundo y nos permite entrar en él a través de su memoria. En ese sentido es una lectura que entronca con las narraciones de una nueva época, de una generación que desea éxito y visibilidad, pero a la que le cuesta asirse al compromiso. Cabe destacar la forma en la que se plasma en este diario esa contradicción entre el deseo de una vida tranquila y las ansias de modernidad. Tenemos una narradora que es un trasunto de la autora, y que se nos presenta como una mujer en guerra con el mundo, pero desde un lugar de cierta mansedumbre. «Amor N.º 2 volvió con la intención de quedarse, con Madrid y conmigo, una temporada indefinida». Este aspecto me ha parecido interesante porque mientras los acontecimientos que experimenta parecen superficiales o incluso no demuestra ante ellos una gran conmoción, su interior se ve sacudido y todo ese caos que no muestra a las demás personas lo deja plasmado en su diario. El interior de esta mujer es, definitivamente, un volcán en erupción al que el mínimo roce con el frío o el agua lo afectan. Esta dualidad de la narradora le otorgan al texto una serie de variaciones que lo convierten en una lectura hipnótica.

Hay en este libro muchas preguntas en torno a la realidad, al deseo y a la maternidad. También hay anécdotas e inquietudes que atraviesan nuestra relación la herencia y la forma en la que ciertos legados sanguíneos nos condicionan. «Vengo de una familia de rabiosos», leemos. Transcripciones de conversaciones de extraños que la narradora ha grabado en el móvil, listas de cosas para hacer, diálogos teatrales y anécdotas de la más variopinta índole complementan un libro que atraviesa los mecanismos del dolor, del amor y de la, por momentos, inútil esperanza. Las mentiras que nos contamos, y que les contamos a los que queremos, los besos añorados, los colores de la infancia. «Estas y otras mentiras nos separan. Estas y otras mentiras nos tienen atados». Todos estos elementos discursivos le sirven a la autora para componer un diario fabuloso y lleno de recovecos y de posibilidades literarias.

Coloma Fernández escoge un tono directo pero juega por momentos con un decir poético, que se cuela en la estructura del libro. Parte así de situaciones cotidianas que incomodan o fuerzan reacciones en la narradora para ahondar en diversos aspectos de la condición humana. En este sentido, tenemos un libro que se lee con fluidez pero que siempre nos va dejando un poso de misterio y de líneas reflexivas, que se abren hacia dentro. Entre los temas que va atravesando, no sólo encontramos los referentes a la memoria íntima y a la identidad personal sino también preguntas e inquietudes en torno a la violencia, la pobreza y los peligrosos nacionalismos. Las imposiciones de clase, de rol y de género están también muy presentes. «Siempre que vuelvo trato de mirar la ciudad como la vería un extranjero»

Y en ese misterio que fluye de forma subterfugia al texto está muy presente la soledad. Esto, que sin duda tiene mucho ver con esa extrañeza de la que hablábamos, esa manera de hallarse y no hallarse en el mundo, se encuentra punzando toda la estructura y el discurso de este libro. Ese yo indagante está solo, incluso cuando físicamente no lo está. La soledad es otra constante en la vida de esta mujer. Y no soy la única que ve la soledad como eje central. Labari escribe: «prepárense para el asombro y para afrontar la soledad como una forma de riesgo y de aventura». La soledad aquí está atravesada por el misterio del futuro y por el silencio, y crece como una enredadera en el interior del personaje, como una promesa que siempre va a estar ahí. «La soledad es lo que viene detrás de este capítulo».

Una buena razón para amar este libro es el tono del discurso. Encontramos una narradora que tiene mucho sentido del humor y que, por momentos, resulta algo cínica. Esto hace que la lectura sea totalmente entretenida. Coloma Fernández nos regala un libro fascinante, que volveremos a leer, y que volverá a decirnos algo nuevo cada vez. Un libro maravilloso que te deja pensando en muchos temas importantes y que nos brinda luz para vivir un día más. Que nadie deje de leerlo.

QUERIDA YO
COLOMA FERNÁNDEZ ARMERO
TRES HERMANAS
2022