«Horizontes verticales», de Antonio Ríos (Ediciones Algorfa)

Poemas sobre el presente, que se apoyan en el pasado con la mirada en el futuro.

Reseña de «Horizontes verticales» de Antonio Ríos (Ediciones Algorfa)

¿Por qué escribimos? ¿Y por qué poesía y no otro género? ¿De qué nos salva la poesía? ¿Y dónde la luz? En su poemario Horizontes verticales Antonio Ríos (Ediciones Algorfa) explora la cimiente de la escritura y reconstruye una visión de la realidad y de los instantes a través de una estética que bebe de la tradición y se estira hacia lo cotidiano. Un poemario que tiene muchos aciertos y que, sobre todo, nos permite descubrir a un poeta joven con muchas inquietudes existenciales que se transfiguran a través de sus poemas. Te lo recomendamos.


Un poemario que tiene muchos aciertos y nos invita a pensar mejor el presente.

«¿Quién empieza un hogar por el tejado?» Una de las ideas fundamentales de Horizontes verticales es la construcción de la verdad. Escribimos para responder a las preguntas importantes y, en este camino de búsqueda, la edificación de una estética es importante porque nos explica. Ríos pone los cimientos de su poesía apoyándose en la tradición pero reconociendo el deseo de una escritura viva, afín a nuestros días, y nos ofrece un poemario lleno de preguntas y de inquietudes en torno a la desesperación de ser mortales y a las pequeñas luces que avivan nuestro deseo de ser aves.

A través de un juego de opuestos —que se acerca a la tradición pero apoyándose en un lenguaje que echa raíces en lo cotidiano— Ríos construye un poemario donde la herida está muy presente. Y en esa herida, la infancia. Y en la infancia, la soledad y el desconcierto. Pero también —y esto me parece importante— donde la palabra apunta hacia la luz, hacia el movimiento. «Vivo en el cráter / que dejó tu meteorito». Y esto, creo, explica su búsqueda, que es afrontar la poesía como un espacio de cultivo y de transformación del daño en palabra. La vida abriéndose paso a través de la poesía. En ese sentido, encontramos algunos poemas casi religiosos, donde la idea de un dios empuja la mística del lenguaje, pero transformando lo sensible en material. Creo que de una manera sorprendente.

Entre los puntos que dan intensidad a este libro habría que señalar el uso de frases hiperbólicas que ahondan en lo simultáneo de las luces y sombras, en el desconcierto que provoca el lenguaje y en las posibilidades que se escapan de la palabra. Leemos, por ejemplo: «¡Qué vaivén de destinos! / ¡Qué desvelos en flor!». A medida que avanzamos en la lectura de este poemario descubrimos esa contradicción que nos caracteriza a los humanos, siempre al borde del abismo y, al mismo tiempo, a punto de echar a volar. En esa intensidad de los instantes vividos a pleno entre la angustia y la alegría nacen muchos de estos poemas.


Reseña de «Horizontes verticales» de Antonio Ríos (Ediciones Algorfa)
La realidad, el deseo y la infancia

Encontramos en este libro muchos guiños a la tradición, como decía, y quiero señalar el poema en tres actos, que recuerda la obra más popular de Calderón de la Barca —«Oh, la vida, ¿acaso no es soñada?», escribe Ríos— y que viene a reafirmar esa extrañeza que produce la vida, este estar y no estar. De hecho, esta idea se asoma a lo largo de todo el poemario, y nos invita a pensarnos y a hacernos preguntas en torno al origen del lenguaje y a la materialidad de la vida. En ese sentido, es un poemario que intenta indagar en la pregunta sobre la realidad, y es éste su gran acierto. El empeño por una estética clásica, como toda apuesta audaz, tiene su peligro: la monotonía que impone el ritmo impide cierta libertad en el vuelo del lenguaje y quita un poco de posibilidad a la transformación de las preguntas importantes; no obstante, me parece destacable esta búsqueda estética en su intento de conjugar en ese decir clásico una voz contemporánea.


Un poemario que intenta indagar en la pregunta sobre la realidad.

Antonio Ríos trabaja también aquí con poemas narrativos (en los que cuenta historias), poemas visuales (imagenes contundentes que se dibujan inmediatamente en nuestra mente) y otros poemas más reflexivos. Y pienso que en ese sentido es un libro asombroso en cuanto a que permite imaginar la realidad desde diferentes miradas, todas desde el lenguaje y la poesía. Me parece que aquí llegamos a lo más interesante del libro: parece un trabajo empeñado en atravesar la realidad a través del lenguaje, para construir una mirada nueva, vertical, que nos invite a observar la realidad con el deseo de transformarla.

Horizontes verticales es, en definitiva, un poemario que abraza el tiempo presente, con su desconcierto y su luz, y trata de tocar las preguntas filosóficas importantes a través de un lenguaje cercano. Y que no se olvida del mundo de lo sensible, invisible: «El destino porta el eco / de todo cuanto callamos. / Es el fruto el abogado / de oficio de la semilla». La infancia y el futuro confluyen en este libro de Antonio Ríos, donde quien escribe es médium y no artífice; el poema, dice, «me encuentra en las esquinas». Que nos encuentre este libro con el asombro y el deseo intactos.


Reseña de «Horizontes verticales» de Antonio Ríos (Ediciones Algorfa)

HORIZONTES VERTICALES
ANTONIO RÍOS
EDICIONES ALGORFA
2023

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