«La poesía en An Lu es también una revelación de intervalos y silencios», escribe Verónica Aranda en el prólogo de Es tirar el dado de An Lu (BajAmar Editores). Y esto es importante porque nos permite prepararnos para el encuentro con una poesía donde el cuerpo está atravesado por el aire y el lenguaje, por las pausas. An Lu construye imágenes concretas, muy visuales, que nos invitan a pensar en nuestra relación con el mundo y con los discursos del mundo. Un poemario lúdico escrito con asombrosa sensibilidad que estoy segura no te dejará indiferente.
Un poemario lúdico escrito con asombrosa sensibilidad.
El cuerpo y lenguaje
«Ella recorre / la selva / esperando que ese / fruto / alguna vez / caiga». Este libro es un viaje hondo a la naturaleza de lo sensible. A medida que avanzamos en la lectura podemos encontrar maravillosas inquietudes en torno al cuerpo y a la relación del yo con el mundo. El cuerpo que se quiebra, leemos: «el cuerpo desarmado». Impacta la forma en la que la autora consigue plasmar la plasticidad del cuerpo y su relación con el lenguaje. De hecho, parece establecer los contornos del mundo, los límites del mundo, en el lenguaje. La senación principal al leer estos poemas es la de estar tocando esos límites. En ese sentido es una experiencia de lectura muy física; lo cual tiene sentido, tratándose de una autora que cultiva el arte escénico.
Pero aquí aparece la primera contradicción. Toda poesía para ser verdadera debe tener un punto de contradicción: en nuestro credo poético esta idea siempre está en el fundamento del lenguaje. En An Lu la contradicción aparece cuando se asoma el misterio. La voz poética es sacudida de pronto, en esa búsqueda del lenguaje que explique el mundo, por la idea de que ciertas cosas no pueden ser abarcadas por las palabras. Ahí la experiencia del cuerpo excede al lenguaje, y en su poesía se plasma en el uso de elipsis o de ideas inconclusas donde «el misterio / es misterio».
La poesía de An Lu se apoya en los silencios. Creo que Verónica Aranda nos traza el mejor mapa para entender este libro en un prólogo que va abarcando todos los temas importantes del poemario. Tenemos aquí una poética tremendamente visual pero también muy musical, que se va abriendo camino por los silencios: ahí donde no llega el lenguaje hay un espacio vacío, que en lugar de pasar desapercibido termina conquistando el centro del poema. Y esos silencios son el material del que parte la autora para cavar en las profundidades del dolor: «en la mesa / la historia / desplegada». Y nos acerca la pregunta sobre el dolor que, bien ejercitada, siempre aterriza en el vacío.
Para pensar el dolor hay que tener una casa. Esta idea también sobresale en Es tirar los dados. La voz poética practica el empeño de construir una casa que sea hogar, quizá con el deseo de poder pensar la herida desde un lugar de cierta contención. Pero se quiebra, porque parece imposible sujetar todas las cuerdas, armar un andamiaje sólido, siempre algo falta, siempre sobra justo lo que hará tambalear la estructura. Hay aquí, me parece una interesante metáfora entre vida y escritura, entre tiempo real y tiempo interior. Y la tensión se disuelve cuando aparece la pulsión creativa. Leemos: «en el momento de armar un hogar. Improvisarlo».
Un libro prologado por Verónica Aranda |
¿Por qué Mallarmé y los dados?
Y antes de terminar quiero volver a la plasticidad. Los cuerpos importan mucho en la poesía de An Lu, en este libro. Y es posible que la mejor forma de entender un cuerpo sea abarcando su silencio, es decir, intentando entender de qué forma lo que no está de forma visible aparece sin embargo en el mundo. ¿De qué manera un cuerpo expresa lo que le duele, lo que le avergüenza? «Las líneas de la mano / develan / los secretos de tus silencios», leemos.
An Lu intenta llegar más allá del lenguaje (¿Dónde y de qué forma avanza el silencio?) y construye un libro tremendamente sensible a la vez que elocuente y reflexivo. ¿Con qué fin? Quizá con el deseo de trabajar sobre el tema que más le importa a la poesía, la construcción de la memoria. «Registrar / para una memoria perdida / en el lugar equivocado». Y pienso que precisamente por eso escogió brillar de la mano de Mallarmé, con este título que remite al poema del escritor francés y que nos recuerda la imposibilidad del lenguaje de poner en palabras la vida.
Pero hay que señalar aquí la otra contradicción: si Mallarmé intentó plasmar ese vínculo imposible entre lenguaje y experiencia, entre poesía y oralidad, a través de una estructura absolutamente fragmentaria, donde el desorden es raja que manifiesta ese trabajo imposible, en An Lu hay una organización distinta del lenguaje, más ordenado por momentos. Y aquí quizá nos permite una pregunta nueva, más cerca de la pulsión de la escritura que del anhelo de explicar el mundo. En la autora la escritura se basta a sí misma, construye un mundo para habitar el cuerpo, se abre rotundamente de cualquier pregunta utilitaria sobre la creación poética para poner sobre el mundo una verdad: la poesía no tiene la finalidad de explicar el mundo sino de hacerlo más soportable. Es un poemario, sin duda que nos recuerda que hay una mirada que siempre se nos escapa, sobre el cuerpo pero también sobre el lenguaje. ¡Que nadie se pierda este libro maravilloso!
ES TIRAR EL DADO
AN LU
BAJAMAR EDITORES
2023
AN LU
BAJAMAR EDITORES
2023
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