«Todas las cosas del mundo». Lo real y lo metafórico en la obra de Ricky Dávila

«Hay tardes en las que cada objeto encuentra su nombre», leemos en uno de los poemas que conforman la exposición «Todas las cosas del mundo» del artista Ricky Dávila que puede visitarse hasta el 12 de julio en el Centro Cultural Provincial de Málaga, Ollerías 34. Una muestra fotográfica y verbal estimulante, donde realidad y sueños acontecen al unísono para plasmar una idea de la verdad poética, que es también la verdad fotográfica. El movimiento, las luces y las sombras, el dolor y el paso del tiempo son algunos de los hilos conductores de esta exposición fabulosa. Si estás de paso por Málaga no dejes de visitarla.

Una de las cosas que más me impactó cuando descubrí la fotografía de Ricky Dávila fue su gran capacidad para jugar con un lenguaje realista donde el mundo de los sueños se está colando todo el rato. Esta exposición es un buen ejemplo de ello. Junto a retratos de un realismo brutal encontramos otras imágenes más metafóricas, que pueden hacernos pensar la realidad desde lo abstracto, pero sin alejarnos demasiado del cuerpo de las cosas. Esta mirada tan poética convierte sus fotografías en estampas imposibles de lo subliminal, y te impulsan a observar mejorando tu perspectiva en cada cuadro, y siempre pensando que se te está escapando lo verdaderamente importante.

Ricky Dávila nació en Bilbao en 1964 y se define a sí mismo como un «fotógrafo en sustancia» y «escritor a ratos». En su larga trayectoria ha colaborado con medios de referencia internacional y participado de numerosas muestras. Actualmente es el director del Centro de Fotografía Contemporánea de Bilbao. A pesar de su forma de presentarse, donde parece que la escritura sólo se asome de a ratos, acercarse a su obra es entender el estrecho vínculo que existe entre imagen y palabra. Sus fotografías se nutren de un lenguaje vivo y consiguen sacudirnos por la poesía que podemos encontrar en ellas y sus poemas presentan cuadros fotográficos mágicos. En esta fusión de mundos reside la maravilla de su trabajo estético.

«Todas las cosas del mundo» reúne su trabajo fotográfico y su trabajo poético y supone un «proyecto de descenso e introspección personal». Es una muestra que se ha expuesto en diversos espacios culturales, tales como el MAC Fenosa de Barcelona (en 2014) y el Torreón de Lozoya de Segovia (en 2017), donde el artista «combina su imaginario visual con su poesía escrita». Hasta el 12 de julio se puede visitar esta hermosa exposición, que ocupa las dos salas del Centro Cultural Provincial de Málaga bajo la gestión del Centro Cultural Generación del 27. Es una gran oportunidad para conocer la potencia artística de Dávila.

Al entrar en la sala nos recibe un paisaje otoñal con un inmenso árbol de ramas nudosas y desnudas. Una plaza en invierno, vacía, en blanco y negro, que nos permite asomarnos al universo de Dávila donde el silencio y el paisaje (rural y urbano) ocuparán un lugar fundamental. En ese árbol, que acapara nuestra mirada y nos invita a pensar en las infinitas conexiones que existen entre el mundo real y el subjetivo —y estoy pensando que también esa imagen de las ramas puede ser un perfecto símil de esto— se concentra la intensidad y el misterio que caracterizan el trabajo del fotógrafo bilbaíno. Una caída brutal a través de esta fotografía en la hondura de su obra.

Poco a poco vamos adentrándonos en un viaje al profundo silencio de la fotografía de Dávila, donde los rostros siempre están señalando algo que no está en el texto y el paisaje canaliza emociones de una forma fascinante. Otro aspecto interesante es el trabajo del movimiento. La quietud en algunas fotografías y la extrema velocidad en otras nos permiten intuir una reflexión profunda sobre la dualidad del mundo en que vivimos, y también sobre las dos fuerzas que tiran de nosotros: la necesidad de la intimidad y el recogimiento y la frenéticos estímulos de la vida que va cada día más deprisa. Dávila capta perfectamente este encuentro entre fuerzas opuestas y nos invita a incorporar a nuestra vida una pregunta sobre nuestra relación entre quietud y movimiento.

Los retratos de Dávila nos permiten asumir nuevas miradas sobre el dolor, la pobreza y la violencia. Una mirada que se posa mucho también sobre los animales. Y la forma de mirar a esos otros tan parecidos y tan distintos me parece verdaderamente destacable. En todos los retratos de Dávila el cuidado del contexto es importante: los retratados están en estrecho vínculo con el lugar que los contiene, y ese lugar nos habla tanto como esos rostros, como esos ojos. Son imágenes poderosas, cargadas de energía vital, aunque nos muestren el drama de una vida herida. Y aquí podemos señalar lo más fascinante de su trabajo: su capacidad para dotar de luz la oscuridad. Algo que podemos percibir tanto en sus fotografías como en sus poemas.

La exposición «Todas las cosas del mundo» nos permite adentrarnos en la naturaleza diversa del arte de Dávila, donde palabra e imagen están constantemente rozándose. De este modo, en sus poemas encontramos paisajes ineludibles y en sus imágenes un trabajo del lenguaje hondísimo. Y aunque su fotografía se caracterice por su extremado realismo, la capacidad para trabajar con un material onírico y abstracto entremezclándolo con los elementos que conforman esa realidad retratada convierten su trabajo en una impactante visión simbólica que nos permite volver a la realidad para observarla con nuevos ojos.

«Abrazado a estas nubes de sombra, sé que no moriré nunca», leemos en uno de los poemas. Y esta frase podría servirnos para entender el trabajo estético de Dávila, que explora el paso del tiempo, la violencia y la eterna pregunta sobre la nada a través de un cruce fascinante entre el mundo real y el mundo de los sueños. En estas salas blanquísimas y silenciosas la intuición de un decir distinto nos sacude. Dávila nos presenta una forma de entender el arte que se sale de lo convencional invitándonos a explorar las fronteras mestizas entre géneros y a construir una nueva versión del mundo aprovechando el contraste entre blancos y negros, realidad y onirismo y lenguaje e imagen. Es difícil acercarse a las fotografías de Dávila sin sentir cierto cosquilleo. Sin duda es una muestra estimulante, que nos invita a pensar el mundo huyendo de las barreras bidimensionales que nos propone la sociedad, es decir, intentando llegar a las preguntas importantes por caminos inexplorados. Si estás en Málaga estos días, no dejes de visitar esta muestra fabulosa.

TODAS LAS COSAS DEL MUNDO
EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA DE RICKY DÁVILA
CENTRO CULTURAL PROVINCIAL DE MÁLAGA
OLLERÍAS, 34
2 DE JUNIO - 12 DE JULIO 2023