«Lugar, no territorio», de Carmen Crespo (Polibea)

Un poemario que hace pie en imágenes naturales para expresar la vulnerabilidad.

Reseña de «lugar, no territorio» de Carmen Crespo (Polibea)
¿Desde qué lugar se escribe?, se pregunta José Luis Gómez Toré en el prologo de lugar, no territorio, de Carmen Crespo (Polibea). Y esta pregunta ejerce de espina vertebral de este fabuloso poemario, en el que hay una indagación de la vulnerabilidad y precariedad de la vida, y la construcción del imaginario poético se cruza con el movimiento de la naturaleza.


Una indagación de la vulnerabilidad y precariedad de la vida.

La naturaleza nos ofrece numerosas representaciones de los mecanismos que ponen en pie nuestra vida. Somos naturaleza. Esta idea es la primera que asoma a este poemario «:como si todos los árboles cupieran en el pulmón». Encontramos desde el comienzo una exposición del desastre medioambiental. «:adónde fueron los cantos las dríadas el humo / :adónde encinas árboles míos» y parece haber un deseo profundo de sacudirnos para replantearnos nuestra relación con lo que nos rodea.

Carmen Crespo trabaja con un lenguaje sin ataduras, a tal punto que cada verso se inicia con dos puntos (:). He estado pensando mucho en el sentido de esa elección estética. ¿Sería posible la idea de que no hay ideas aliadas y que, como la naturaleza, somos seres en constante movimiento donde todo lo que decimos, hacemos y pensamos tiene su origen más atrás en el tiempo? Tal vez, como leemos en el prólogo, «frases que se persiguen por puro goce como en un juego infantil, palabras que huyen no sin cierta angustia, sintagmas que tejen y destejen la tela de Penélope del significado. El recurso repetido de los dos puntos parece apuntar a un objetivo que el propio poema, en su marcha, desmiente». Quizas este empeño de decir contradictorio nos esté hablando de la honda naturaleza del libro. El tono del libro, entonces, es una marcha constante hacia el centro del bosque para encontrar «palabras al arrullo» y acercarse a la herida y a la incertidumbre que imprime en nosotros la vida como un «pájaro cerca del vislumbre».


Somos seres en constante movimiento.

lugar, no territorio es un manifiesto a favor de la vida en contra de la explotación humana. Esto está muy presente, sobre todo cuando la voz poética se hace preguntas como «:qué será de estos árboles». La autora va tras el asombro que produce la marcha sinfín de la naturaleza pero también intenta articular el daño que por no observarla le imprimimos, y se acerca a cada escenario con una mirada que intenta aferrarse a «la luz lenta de las formas». Escribe: «:del mar su nombre» y procura «:pedir desde la distancia un corazón nuevo».


Reseña de «lugar, no territorio» de Carmen Crespo (Polibea)
Hay una mirada atenta al borde de las cosas.
Es un libro fascinante que trabaja al borde de la certeza: en ese punto donde el cuerpo nos afirma en la existencia pero no podemos precisar hasta cuando. Y esa incertidumbre nos cuelga de una soga frente al precipicio «:donde el agua prolonga su orfandad».

La curiosidad y el asombro son los dos motores que van llevando el poemario hacia delante. «:el asombro era tocar la piedra y dentellear», y nos ofrece un mensaje luminoso en torno al aquí y ahora y a todas las posibilidades que se abren ante nosotros cuando aceptamos la incertidumbre de li desconocido.lo que desconocemos.

Vuelvo al prólogo de José Luis Gómez Toré porque, sinceramente, creo que atina en todo lo que formula en torno a este mágico libro y la pulsión de la escritura. Y vuelvo para recordar esto: «Tal vez siempre estamos fuera de lugar». Ese estar fuera de lugar es lo que le permite a Crespo construir un libro de márgenes y reflexiones necesarias, donde el lenguaje aparece en primer plano como una púa para hendir en el borde de las cosas y conocer sus entrañas. Porque «:cómo podría la mano resistirse a tanta luz». Que nadie se pierda estos asombrosos poemas.


Reseña de «lugar, no territorio» de Carmen Crespo (Polibea)

LUGAR, NO TERRITORIO
CARMEN CRESPO
POLIBEA
2023

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