«Peces en la lengua», de Ana Sánchez Huéscar (Olé Libros)

Crear un nuevo mundo para salvarse. Un poemario asombroso.

Reseña de «Peces en la lengua» de Ana Sánchez Huéscar (Olé Libros)

El acto poético supone una entrega al lenguaje y también una puesta en escena del cuerpo. Aunque en ocasiones nos encontramos con poetas que incluso hablando del cuerpo lo dejan fuera, a veces tenemos la fortuna de dar con libros que trabajan de forma fabulosa la carne del cuerpo y consiguen ponerlo enteramente en el poema. Y esta es una de las principales características del libro Peces en la lengua de Ana Sánchez Huéscar (Olé Libros): una maravillosa lectura para explorar temas como el amor, la madurez, la violencia y nuestra relación con el mundo. Que nadie se lo pierda.


Una maravillosa lectura para explorar temas como el amor, la madurez, la violencia y nuestra relación con el mundo.

Lo dice Martín Rodríguez-Gaona en el epílogo de Peces en la lengua: «Ana Sánchez Huéscar se desliza entre aquellos delicados territorios de frontera, a veces intrigándonos y, en otras ocasiones, haciéndonos testigos y cómplices de una imaginación que logra transformar el paisaje cotidiano en una peculiar belleza». Creo que esta frase define de forma precisa lo que encontramos en este maravilloso poemario. La autora trabaja con absoluta fineza en ese territorio ambiguo donde el lenguaje nombra pero también deja en el aire.

Entre las cualidades asombrosas de este libro me gustaría señalar el uso de un tono narrativo plasmado a través de un lenguaje tremendamente poético. Ana Sánchez Huéscar consigue contarnos historias, mostrarnos escenas, presentarnos personajes sin perder nunca la intención poética. Y lo hace, precisamente, estableciendo un juego constante entre lo material y lo simbólico. Y aquí veo el mayor acierto de este libro: la construcción de un mapa imaginario donde confluyen elementos de realidad y de su imaginario simbólico. Esto significa que no se contenta con plasmar una nueva mirada sobre lo que ya existe, sino que crea un nuevo mundo. Pone el cuerpo en el poema: su corporeidad pero también su memoria. «Parecemos los tres / habitantes únicos / de un espacio imaginado», leemos en uno de los poemas. Quizá esta necesidad creadora tenga que ver con apropiarse de la soledad, el abandono y las heridas para construir un espacio-tiempo poético que borre todo lo que exista y reinicie el asombro.


Reseña de «Peces en la lengua» de Ana Sánchez Huéscar (Olé Libros)
Una maravillosa lectura para explorar temas como el amor

En ese empeño por crear un mundo distinto, Ana Sánchez Huéscar, conjuga presente y mitología y les da la vuelta a ciertas creencias, mitos e imágenes cristalizadas en la memoria colectiva, para reinventar también la mirada en torno a la tradición. Esto no sólo se manifiesta a través de las referencias temáticas sino también en la búsqueda formal. Esta peculiaridad de su poesía me ha interesado muchísimo. Leemos por ejemplo: «Corazón anfibio, / o tres mil cabellos y Darío el Grande / por la ruta de la seda».

Estamos ante un libro escrito con sensibilidad e inteligencia, donde hay una reconstrucción de la memoria pero también una visión del mundo que se nos queda grabada para siempre. Un mundo nuevo amasado con los recuerdos pero sobre todo con el riguroso trabajo de una poeta. «Oh, si existiera el mundo largo / y no hubiera que contar heridas / y yo supiera exactamente qué hacer / con las gotas ovaladas / de tu perfume mojado».


Un libro escrito con sensibilidad e inteligencia.

Peces en la lengua se encuentra dividido en cuatro partes: «Ictios», «Abisal», «Dipnoos» y «Dos artes poéticas y otros estados líricos», y su estructura puede leerse como un mapa: viajamos desde el agua y las profundidades a la superficie donde está la poesía, el aire, el lirismo; pero antes tendremos que pasar por ese espacio intermedio, donde hay capacidad de nado y también de respiración anfibia, por ende, donde las posibilidades del cuerpo parecen infinitas, tal cual como el daño. Por eso, aunque comenzamos con poemas de profundidad amorosa, donde la voz se mueve en líquidos estimulantes, después avanzamos en tinieblas, para descubrir el daño del abuso, la violencia de un accidente, la rotura absoluta del cuerpo. «Creo que aquí empezó todo», tantea una voz poética que tiene en lugar de dedos membranas interdigitales, que van deshaciéndose a medida que avanza la vida. Sin embargo, esa realidad dramática sólo será visible desde la poesía, cuando el cuerpo abandone sus capacidades natatorias y hunda los pies sobre el mundo. «Acabo de perder mi infancia. / Pero aún no lo sé», leemos.

Y llegamos al amor que aquí parece una buena respuesta para el dolor, pero sobre todo una forma de volver cierto el cuerpo y su deseo. Ese amor que se reinicia en cada relación, en cada nueva persona que conocemos, ese entusiasmo por el encuentro que alimentamos sin darnos cuenta porque es la única forma de sabernos vivos. «Y la certeza del amor / sosteniendo / en equilibrio / tu imagen de acuarela». Quizá sea una lectura que sirva para recordarnos esto. Las pocas certezas que tenemos están en la poesía. Y vuelvo a Martín Rodríguez-Gaona que termina diciendo que lo que encontramos en este libro es una inmersión en la memoria para indagar al otro lado de la fantasía, porque se trata de una autora que «para expresar un mundo con inteligencia, valentía y precisión, no duda en elaborar minuciosos y líquidos paisajes imaginarios». ¡Que nadie deje de visitar estos sorprendentes paisajes!


Reseña de «Peces en la lengua» de Ana Sánchez Huéscar (Olé Libros)

PECES EN LA LENGUA
ANA SÁNCHEZ HUÉSCAR
OLÉ LIBROS
2023

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