«En el reino del toro sagrado», de Jordi Soler (Alfaguara)

Una novela deslumbrante e hipnótica.

«En el reino del toro sagrado», de Jordi Soler (Alfaguara)

«El mundo se detuvo». El comienzo de En el reino del toro sagrado de Jordi Soler (Alfaguara) es un punto hueco en el tiempo. La parálisis de la brisa y del sonido anteceden a la aparición de Artemisa. Una semidiosa y una visión esplendorosa: «Un enorme toro blanco que surgió como un milagro llegó andando hasta la orilla». El encuentro de la protagonista con un animal que creía haber visto antes, como si se tratara de su propio animal totémico, es el disparador de una novela que combina a la perfección el drama y la intriga, y que se encuentra ambientada en un contexto realista donde lo mítico inscribe un desvío en el predecible suceder de los acontecimientos instalando la semilla de lo fabuloso. A medio camino entre el realismo y lo sobrenatural, sin llegar a asentarse en el realismo mágico, el tono de la novela se alimenta de la simbología clásica helénica fusionada con el potente imaginario del México precolombino. Sorprende la inmensa capacidad de Soler para imponer un relato sumamente consistente que se sostiene en la fuerza magmática del mestizaje, la raíz de los sueños y el origen de la fábula. «Abrió los ojos a mitad de la noche y se encontró con el toro sagrado, que miraba fijamente el cuerpo dormido de Artemisa». Una novela apasionante cuya estructura y ritmo han sido tejidos con acierto y buen gusto.


Una novela apasionante cuya estructura y ritmo han sido tejidos con acierto y buen gusto.

Todos los mitos tienen otro mito que los funda. Ésta es quizá la gran idea que subyace en la nueva novela de Jordi Soler, En el reino del toro sagrado (Alfaguara). La literatura es un árbol gigantesco de ramas y raíces entrecruzadas. Todas las historias se nutren del mismo suelo, que es la pulsión dramática del deseo humano, y oxigenan el mismo mundo, el territorio de los que buscamos en la palabra consuelo, cierta complicidad o redención. Así, el mito del minotauro que tiene su origen en la obsesión de Pasífae, reina de Creta, por un toro, podría ser uno de los pilares de esta novela; Artemisa es Pasífae, Wenceslao es Dédalo y el toro sagrado, la obsesión que impondrá sobre la narración las preguntas sobre el origen. El toro, que apareció sorpresivamente y tiñó de sombras la rutina tranquila de Los Abismos. «El toro blanco apareció entre la neblina que subía de la selva y su majestuosidad dejó a todos admirados», leemos.

La madre griega de Artemisa dio a luz a su hija en un pueblo aislado donde lo sobrenatural controla el correr del tiempo, Santocristo Quetzalcóatl. En la mitología, la hija de Zeus nace en una isla surgida del océano, desterrada antes de su nacimiento. Si bien para disfrutar de la novela de Jordi no es imprescindible conocer la historia griega, creo que es una maravillosa excusa para asomarse a la tradición, y me gusta pensar que en el empeño de Soler existe el deseo de inculcar este interés. Basta intentar destejer suavemente los hilos de esta novela para encontrar asombrosas similitudes entre ella y las apasionantes historias de nuestra heterogénea tradición. Al igual que ocurre con esas historias fundacionales, este relato parece una excusa para lanzar preguntas y reflexiones sobre asuntos importantes como podrían ser el racismo, la discriminación de clase, los mecanismos de seducción, los límites de la libertad y la fuerza con la que el deseo puede llevarnos a destruir lo que más amamos. Soler consigue contar una buena historia y desplegar, de fondo, una serie de preguntas que amplían el impacto de la narración; estas inquietudes filosóficas y antropológicas dotan de sentido y permiten apreciar mejor la belleza de la obra. Y en el punto de partida tenemos a Artemisa, esa diosa griega de Veracruz que por su condición de hija de migrantes pertenece y no pertenece al sitio en el que habita, como la hija de Zeus y Leto, mujeres marcadas por el designio de pertenencia al borde del mundo.


«En el reino del toro sagrado», de Jordi Soler (Alfaguara)
Una historia salvaje sobre deseo y venganza.

Un mito fundamenta otro mito como la corrupción se asienta sobre la violencia. La narración se adentra en la relación fallida que tuvieron en el pasado Artemisa y Teodorico, donde la sensualidad y el rechazo irán construyendo en una la desidia y en el otro el ideal. Muchos años después esa relación no consumada tendrá su oportunidad, y la visión borrosa de ambos sembrará el caos para siempre. Artemisa, esa diosa para el pequeño pueblo de Veracruz, de carácter dominante y orgulloso, será la gran debilidad del hombre más poderoso del pueblo, quien hará lo imposible por conquistarla. «Ese hombre omnipotente, célebre por su crueldad y su falta de escrúpulos, quedaba neutralizado frente a Artemisa». Soler construye con maestría una novela en la que las relaciones sostienen el hilo de las historias a fuerza de tragedia y humor, en una atmósfera de fábula. El marco es una historia de seducción, que permite apreciar que lo que cimienta el deseo es siempre el misterio y que, una vez se ha movido el tupido velo de lo incierto, lo que queda son cuerpos torpes incapaces de desearse.


Lo que cimienta el deseo es siempre el misterio.

Entre los rasgos distintivos de la novela habría que señalar la fluidez del discurso, selva brutal que avanza sobre nosotros de forma ininterrumpida. El humor, la intriga y el paisaje humano de esta novela nos permitirán zambullirnos en un universo hipnótico, del que no saldremos ilesos. La incorporación directa de los diálogos en el propio hilo de la narración colabora con esta afluencia ininterrumpida. Llama la atención la presencia de un narrador en tercera persona que comienza el relato desde una distancia objetiva pero que, poco a poco, va transformándose en personaje de la historia. El giro de este narrador es uno de los grandes aciertos de la novela porque modifica nuestra propia mirada sobre el relato. A medida que avanzamos en la lectura también nosotros cambiamos de lugar: de simples observadores pasamos a ser personajes cayendo vertiginosamente en el centro de Los Abismos, criaturas magnetizadas por la atmósfera literaria de la narración y la visión de una criatura que no es de este mundo. Este desplazamiento en el discurso opera de forma magistral imantándonos a la obsesión de Artemisa. «Cada noche sentía Artemisa el influjo del toro sagrado que le llegaba desde el corral».


«En el reino del toro sagrado», de Jordi Soler (Alfaguara)
Una novela hipnótica y humanista.

Soler pertenece a ese raro grupo de escritores que defienden el humanismo. Esta novela nos permite apreciar la magnitud de la cultura, sus desvíos, los cruces internos que devienen construcción de un decir colectivo que sobrepasa los límites de las geografías dibujados por nuestra especie. Un buen ejemplo de este interés no solamente es esa convivencia de mitos helénicos y precolombinos sino también la incorporación de personajes de diversos estratos de la sociedad y elementos tanto de la cultura popular como del arte pictórico. Frida Kahlo y Domenico Ghirlandaio son dos de los ejemplos magníficos: artistas que se encuentran en la contundente capacidad para trabajar los contrastes, cosa que también los acerca a Soler. En el reino del toro sagrado nos permite acercarnos a una narración que fusiona con lucidez lo religioso y lo profano, ofreciendo imágenes fabulosas que se nutren del fascinante imaginario colectivo ancestral de México. Y en este punto de ruptura estética también se acerca a las obras de los artistas citados.

El toro sagrado absorbe toda la atención, sostiene el misterio e impone un giro a los acontecimientos que permite comprender el compromiso literario del autor, que asume los riesgos de tratar la violencia y de impulsarnos a repensar los mitos, poniéndonos como lectores en una situación de incomodidad, que es el mejor regalo que puede hacernos un novelista. De aquella inmensa criatura que Artemisa aseguraba haber visto salir del agua y caminar hacia ella, «comenzó a brotar/ como/ una/ flor/ maligna/ la/ desventura». Una flor de pecíolos brillantes, la savia de la tierra, que nos dejará desconcertadas y algo rotas al terminar la lectura. Asomarse a esta novela es proponerse indagar en los mitos que la fundan y confirmar que todos los mitos, todas las historias, comparten una misma semilla: la pulsión del deseo, ese misterio de equilibrado potencial hacia la salvación y el hundimiento. ¡Que nadie se pierda esta novela extraordinaria!


La nueva novela de Jordi Soler
EN EL REINO DEL TORO SAGRADO
JORDI SOLER
ALFAGUARA
2024

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