«Juan Gelman. Poética y gramática contra el olvido», de VV. AA. (Universidad de Sevilla)

Ensayos fabulosos para pensar la poética Gelmaniana.

Libro «Juan Gelman. Poética y gramática contra el olvido» de VV.AA.

«El alma despegada contempla/ las partes de sí que no partieron», escribe Juan Gelman en Emperrado corazón amora, dibujando de forma contundente la dislocación de la psique que experimenta el migrante. En Gelman el compromiso con la palabra estuvo acompañado de una experiencia personal brutal: su hijo Marcelo fue secuestrado y asesinado durante la dictadura militar argentina, cuando el poeta ya estaba en el exilio. Estas dos experiencias transformaron de forma contundente su relación con la palabra. Tendrían que pasar trece años para que finalmente Gelman pudiera recuperar y enterrar su cuerpo, «lo he recuperado de la neblina», diría el poeta en aquel momento. Juan Gelman. Poética y gramática contra el olvido nos permite adentrarnos en la escritura Gelmaniana y contemplar los elementos que la condicionaron. Diferentes autores conversan entre sí a través de una serie de textos que constituyen una reflexión fabulosa en torno a la obra del autor de Gotan. La coordinación y organización de estos textos a cargo del filólogo Aníbal Salazar Anglada es otro de los puntos a destacar.


Un libro dirigido por el filólogo Aníbal Salazar Anglada.

Bajo la coordinación de Aníbal Salazar Anglada encontramos este precioso tesoro para pensar el exilio desde la voz de uno de los más grandes poetas argentinos, Juan Gelman. El libro presenta numerosos ensayos con enfoques diversos. El exilio, la violencia institucional y el duelo son quizás los temas más significativos, que atravesaron la obra de Gelman y cuya reflexión afrontan estos autores. ¿Quién fue Juan Gelman? ¿De qué manera su poesía se vio transformada por el exilio? ¿Qué tipo de compromiso asumió como escritor y como hombre? Son algunas de las preguntas que intentarán responder los investigadores a través de ensayos lúcidos que nos permiten adentrarnos en los aristas de la obra de uno de los mayores poetas argentinos del siglo XX.

Explica Aníbal Salazar en un prólogo que nos abre las puertas a este abanico de reflexiones: «el exilio, en Gelman, va unido a la convivencia con la muerte». La pérdida del hijo a manos de la dictadura, la desaparición de su nuera que estaba embarazada (y cuyo cuerpo todavía no ha aparecido) y los crímenes de lesa humanidad cometidos por los dictadores en su patria, alimentarían un nuevo estado en él y en su poesía, donde la muerte está en el centro. A través de los ensayos se intenta abordar su compromiso político que se ve reflejado no sólo en los temas sino también en una forma brutal y peculiar de afrontar el lenguaje, la agramaticalidad; los autores intentan «explorar los límites del lenguaje» para comprender más a fondo la transformación que ese contacto trágico con la muerte provocó en su manera de pensar la palabra.

A lo largo de la lectura nos encontramos con miradas diversas que intentan explicar esa flexibilidad en la forma. Daniel Mesa Gancedo atraviesa la dimensión y el límite que esa exploración semántica y sintáctica supone. María Ángeles Pérez López, por su parte, se interesa por la búsqueda identitaria que implica la escritura en Gelman; «el poema indaga con enorme riesgo en las formas movedizas de la identidad», leemos. También en esta línea opera el texto de Ana Porrúa, pero enfocado desde la identidad migratoria y yendo detrás de la dislocación de ese poeta dividido. Miguel Dalmaroni se pregunta sobre las costuras que trama el poeta para acercarse y, al mismo tiempo, alejarse de los límites que contienen el lenguaje, la comunicación y el entendimiento. «¿Cuánto más lejos de sí podría ser conducido el idioma para empujarlo al advenimiento de una experiencia sin nombre?», se pregunta.


¿Cuánto más lejos de sí podría ser conducido el idioma para empujarlo al advenimiento de una experiencia sin nombre?

Alberto Julián Pérez dedica un interesante texto a reflexionar sobre el desdoblamiento del hombre-poeta a través de los muertos de la ciudad ficticia de Melody Springs. Edgardo Dobry reflexiona de forma honda y lúcida sobre la pregunta retórica que sobrevuela la poesía de Gelman, y que siempre tiene que ver con esos otros temas que tocan sus compañeros: el exilio, la muerte, la pérdida. Por su parte, José Luis de Diego afronta una reflexión sobre el exilio y la imposición de la huida. Se pregunta «¿Cómo ordenar el relato múltiple y diferenciado de la experiencia del exilio?» y nos recuerda esto de Blas Matamoro: «Argentina es un país que expulsa (...) Un escritor argentino puede escribir fuera del país para la literatura argentina» Algo que corrobora otra idea del contemporáneo de Gelman, tan bueno y tan olvidado, «la literatura argentina fue fundada por emigrados».


Libros «Juan Gelman. Poética y gramática contra el olvido» y «Emperrado corazón amora»
El exilio, la muerte, la pérdida, elementos fundamentales de la obra gelmaniana

La gran búsqueda de este libro es hacer el viaje de vínculo entre la experiencia del exilio y la de la escritura, que en Gelman es una pero a la vez es una mirada que se multiplica y enriquece toda la literatura. Y en él el exilio es doble, porque está el quiebre y el desarraigo pero en medio de esa conmoción también la pérdida del hijo, que marcará definitivamente su compromiso con la justicia. Sobre esto trabaja Geneviève Fabry y el lugar que ocupa ahí la fantasía y esa convivencia entre los vivos y los muertos tan presente en su obra. «El lugar del entredós compartido entre vivos y muertos es el espacio limítrofe de la vida atraída hacia la muerte, es algún sitio invisible que no reúne sino 'sombras'», leemos.

Gelman enterró a su hijo 1990. En 2000 compartió la alegría de haber hallado finalmente a su nieta, María Candela, después de una búsqueda incansable. Durante quince años escribió poemas desgarradores de «un padre que no sabe si su hijo 'acabó de morir'» y construyó una poética del duelo que sería una de las más significativas de la literatura argentina y, al mismo tiempo, se convertiría en un testimonio contundente de un tiempo de oscuridad cuyas consecuencias siguen más vivas que nunca. En un presente que sigue dándonos miedo y rabia.


Un testimonio contundente de un tiempo de oscuridad

Delfina Muschietti explora los territorios de la ternura y el desgarramiento en Carta a mi madre; dice que esta lectura «nos abre las puertas al infinito devenir de una pregunta que nunca se detiene». Aníbal Salazar Anglada se ocupa con acierto de las máscaras y las formas en que muta la identidad con el uso de éstas. Algo en lo que se acerca y se aleja de forma paradójica del espíritu de sombras que instaló Pessoa en la literatura «Gelman se siente partícipe de esa genealogía histórica y ese linaje literario que instaura el exilio (...) él es el heredero de gente derrotada». Gabriela Esquivada, por su parte, piensa en el compromiso hondo con la palabra que asumió el poeta, donde hay una transgresión de géneros siempre al servicio de la verdad. «Siempre creí que el periodismo surge del nervio de la vida que nos hace», cita Esquivada a Gelman para poner un sello definitivo a su explicación. En Gelman la palabra es el material indivisible con el que se expresa la vida, y la poesía debe contaminar el periodismo así como la verdad de la pregunta debe estar siempre sobrevolando la poesía.

El libro se cierra con una magnífica entrevista de Aníbal Salazar realizada en 2011 en Barcelona, cuando Juan Gelman viajó para la presentación de su libro El emperrado corazón amora. Una conversación magnífica sobre los orígenes mestizos de Gelman, que nos obligan a pensar en las cuestiones de la identidad y la infancia. Este libro, sin duda, recoge la convulsa experiencia vital del poeta entre la muerte y el deseo de justicia: una mirada donde la poesía sirve como arma secreta frente al olvido y donde se puede percibir cierta paz en medio de tanta herida sin cerrar.

«ANÍBAL SALAZAR ANGLADA: ¿Pero usted cree que la poesía nacional existe?
JUAN GELMAN: ¡Desde luego que no! Hablamos de imaginarios, de relatos identitarios que hoy la historiografía trata poco menos que como ficciones. (...) De alguna manera, la crítica, para no perder el hábito, intenta armar...
JG: Su etiquetero.
ASA: Exacto, su etiquetero, es una palabra que lo define bien. Desde los años 30 sobre todo, ya no puede articularse la historia de la poesía argentina a partir de grupos y estéticas delimitados, de encasillamientos puros, sin entrar con ello en contradicción. ¿No lo cree así?»

¿Existe la literatura nacional? De ser así, ¿puede escribirse lejos del terruño? ¿Cómo se puede contribuir a esa idiosincrasia literaria estando lejos? Estas preguntas que importaron a Gelman y a otros exiliados como Blas Matamoro o Griselda Gambaro también aparecen en la fabulosa conversación que da el carpetazo a este libro y creo que esto es importante. Leer a Gelman, como acercarse a estos ensayos, puede servirnos para pensar la forma en la que la lengua se transforma y la voz echa raíces en diversos terrenos para contribuir con una idea más amplia, diversa y necesaria de la literatura. Este libro nos permite adentrarnos aún más en estas cuestiones desde la voz fundamental del exiliado Gelman. Que nadie se lo pierda.


Libros «Juan Gelman. Poética y gramática contra el olvido» y «Emperrado corazón amora»
JUAN GELMAN. POÉTICA Y GRAMÁTICA CONTRA EL OLVIDO. VV.AA. COORD. ANÍBAL SALAZAR ANGLADA. UNIVERSIDAD DE SEVILLA

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