«Qualityland». ¿Así será nuestro futuro?

Reseña de Yohana Anaya Ruiz para Bestia Lectora

Cubierta de «Qualityland», de Marc-Uwe Kling —traducido al español por Carles Andreu— (Tusquets)

Yohana Anaya Ruiz

A medida que pasan los años la tecnología va mejorando a pasos agigantados. Ya no necesitamos salir de casa para comprar, para hablar con amigos, para conocer a nuevas personas, ni siquiera para ver una película a la carta. Todo nuestro mundo está al alcance de un botón. Pero, ¿somos conscientes de ello? ¿Desde cuándo no nos planteamos si es esto lo que queremos? Peter Sinempleo lo hace. Él es el protagonista de una obra satírica que describe un mundo gobernado por la tecnología inteligente. Si quieres algo, sólo tienes que desearlo y, en breves minutos, lo tendrás en la puerta de tu casa en manos de un robot diseñado especialmente para enviarte todo aquello que necesitas. ¿No es un poco parecido a las sugerencias que te ofrecen las redes sociales? ¿Cuántas veces nos hemos sentido espiados por nuestros teléfonos? Qualityland, de Marc-Uwe Kling —traducido al español por Carles Andreu— (Tusquets) es un libro que nos hace pensar mucho en la realidad que habitamos..

En este mundo distópico, la normalidad es que espíen tus más íntimos recuerdos para que las empresas puedan venderte mejor sus productos. Y todos lo aceptan. Menos uno. Los ciudadanos tienen el apellido del cargo que ocupó su padre antes de concebirlo. Eso repercute directamente en la vida social de todos los habitantes de la ciudad. Además, siguiendo muy de cerca un capítulo de Black Mirror, las capas sociales se dividen por puntos. Peter Sinempleo apenas tiene 10 puntos, por lo que está en el estamento más bajo de la sociedad. Esto le condiciona el tipo de empleo, dónde puede vivir y solo puede tener una pareja que esté en el mismo rango. Aquel hombre no puede escapar de su apellido ni de sus escasos puntos ante una sociedad capitalista, prejuiciosa y egoísta.

Los personajes de Qualityland viven absortos en sus pantallas, y el trabajo, sea cual sea, es llevado a cabo por robots (incluso los presentadores de los programas de televisión lo son). Por otro lado, la política se divide en dos ideologías totalmente radicales y parece que las elecciones las va a ganar el partido de derechas. Para contratacar, el partido contrario coloca a un robot superinteligente como representante. Es un aparato que no puede mentir, que desea lo mejor, pero las personas no buscan refutaciones ni pensamientos lógicos, solo diversión. A esto se le une el odio radical hacia los extranjeros, un sentimiento que el partido de derecha apoya y anima a levantarse contra ellos.

En mitad de esta realidad, Peter Sinempleo se queda soltero. Esto, sumado a su posición pobre, le hace replantearse su existencia. Aquella misma noche, recibe un paquete: un consolador con forma de delfín. Él afirma rotundamente que jamás había deseado algo así y quiere ponerse en contacto con la empresa que lo ha enviado, advirtiéndoles de que ha habido un error. Por mucho que lo intenta y lucha, no tiene manera de poder quejarse y los robots que le atienden sólo se limitan a repetirle que sí, que lo ha deseado y que lo necesita.

Qualityland es una recopilación de todos los miedos que podemos sentir si nos planteamos cómo será nuestro futuro en unos años. Ya están investigando sobre los microchips debajo de nuestra piel y una inteligencia que nos permitirá mover un objeto con tan solo pensar una orden. Mientras se leen sus páginas, llegan reminiscencias de Black Mirror, Fahrenheit 451, Un mundo feliz, 1984… Un libro que puede tener la clave de cómo será el futuro de nuestras futuras generaciones. La pregunta es, ¿estamos aún a tiempo de cambiarlo? O mejor: ¿queremos cambiarlo?

Yohana Anaya Ruiz nació en Estepona (Málaga) en 1994, Periodismo y Filología Hispánica, además del Máster de Gestión del Patrimonio lingüístico y cultural y el Máster habilitante para ser profesora. En estos momentos es profesora de Lengua y Literatura en el IES Santa Emerenciana, en Teruel. Ha publicado siete libros que reúnen su obra poética y narrativa hasta el momento. Dos de ellos provienen de su experiencia como voluntaria en Honduras y en Panamá y han sido publicados por el sello vinculado a la Universidad de Málaga, Las mujeres del istmo y Pájaros enjaulados. Colabora en Bestia Lectora publicando su lectura de Qualityland, de Marc-Uwe Kling —traducido al español por Carles Andreu— (Tusquets).

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