«Quédate este día y esta noche conmigo» de Belén Gopegui (Literatura Random House)

Reseña de «Quédate este día y esta noche conmigo», de Belén Gopegui. Una fábula sobre el nuevo mundo viejo.


Foto: Cartagena Piensa

Cuando leemos, algo se activa en nosotros. Una parte que no podemos tocar pero que sabemos que existe, se mueve en nuestro interior y que nos hace la vida más soportable.La inmaterialidad de la literatura, sabemos, no la hace poco cierta, poco necesaria. Por eso quienes leemos somos capaces de creernos con facilidad cualquier historia que nos cuenten, por descabellada que resulte, porque nuestra capacidad para diferenciar realidad de ficción es una materia que hemos dejado inacabada, que hemos reprobado y no nos interesa recursar. O porque hemos comprendido que relegar la idea de veracidad al mundo de lo tangible es tan descabellado como asumir que estamos hechos de fantasía: dos líneas sobre las que muchos podremos preguntarnos pero sobras las que no encontraremos muchas respuestas. En la obra de Gopegui la fantasía ocupa el hilo fundamental de la trama pero sin desligarse completamente de lo real. Encontramos así una historia con elementos de fantasía que se perfila como un discurso de la realidad en la que nos hallamos inmersos y que nos sirve para entenderla o hacer mejores preguntas sobre ella.

Pensar en Belén Gopegui es reafirmarse en esa idea. «El padre de Blancanieves», «El comité de la noche» y «Quédate este día y esta noche conmigo», sus tres libros más relevantes son un espejo de la realidad, una mirada hacia el futuro, pero también una reflexión sobre el presente. En ella, la ficción adquiere su sentido máximo: ser útil para reflejar el mundo que la atraviesa, sin olvidarse de la magia que toda historia debe tener para volverse inmortal. Así, sus historias parecen narradas desde una atemporalidad que les permite mantenerse vivas aunque pase —y pese— el tiempo sobre ellas.

En las novelas de Gopegui encontramos generalmente una triada de elementos que permiten que la trama funcione: dos personajes que representan grupos sociales equidistantes que se ven en determinado momento afectados por un poder que los controla, y el vértice superior, que hace de conexión entre estos dos personajes, la representación de lo que atañe a lo religioso —generalmente representado por lo económico, ya que sus novelas se encuadran en una sociedad capitalista—. Así, se va gestando la trama, cuyo punto de sutura son los conflictos entre estos tres elementos.

Decía que en Gopegui encontramos dos tipos de protagonistas. Los que saben y enseñan —generalmente son mujeres que han visto más allá de la frontera del género—. Criaturas que han servido al sistema y que en determinado momento, al abrir los ojos, han decidido desplazarse a la periferia y luchar contra él. Y después —y que entran en consonancia con este primer grupo— tenemos personajes inocentes que intuyen el daño, la opresión pero carecen de las herramientas para batallar contra ese hueco gelatinoso que intenta atraerlos y romperles la vida.


En «Quédate este día y esta noche conmigo» tenemos entonces a Olga y a Mateo —ocupando los vértices de los personajes— quienes por circunstancias aleatorias de la vida se cruzan y comienzan a trabajar en equipo para enviar una solicitud de empleo a Google —tercer elemento de la triada—. Sirviendo este último como desencadenante del lazo entre Mateo y Olga, también hace las veces de punto de ruptura, es decir, es una fuerza que contradice la ley de cargas y que ayuda a crear tensión en la narración. Un elemento que Gopegui consigue mantener con bastante agilidad a lo largo de su narración. Entre Olga y Mateo se da una interesante dinámica en la que entran en juego —y conflicto— varios temas: la diferencia de edad, la madurez, el mundo globalizado, los abusos de poder, la mediocridad del mundo capitalista y la verosimilitud de la experiencia en un mundo de postureo, por nombrar tan sólo algunos de ellos. Al leer «Quédate este día y esta noche conmigo» podemos reflexionar, sin salirnos del todo de la ficción, en torno a temas interesantes y preocupantes de nuestro tiempo.

En la obra de Gopegui hay una larga pregunta que va saltando de libro en libro, y que tiene que ver con los cambios sociales que ha supuesto el capitalismo tecnológico. Sin duda en su última novela trabaja especialmente sobre este tema, y sobre la manipulación de la identidad personal y colectiva por parte de las marcas que controlan el rumbo de la Historia —o que intentan hacerse con él—. En particular, resulta interesante la deliberación sobre la forma extremadamente asombrosa en la que hemos permitido que sean las máquinas las encargadas de decidir nuestro futuro, aún sabiendo que carecen de las herramientas que nos vuelven únicos. La intuición salvaje de estar vivos; eso que se activa en nosotros cada vez que nos arrojamos a los brazos de un libro, y sentimos que la vida pesa un poquito menos. Leer a Gopegui es experimentar esas sensaciones pero recuperando más tarde la realidad con buenos argumentos para contradecirla.

QUÉDATE ESTE DÍA Y ESTA NOCHE CONMIGO. BELÉN GOPEGUI. LITERATURA RANDOM HOUSE. 2017

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