En la literatura italiana del siglo pasado el nombre de Natalia Ginzburg es uno de los mas destacados. Fue dramaturga, novelista y ensayista y nos dejó obras inolvidables.
Natalia Ginzburg nació el 14 de julio de 1916 en Palermo (Italia). Se crió en un entorno liberal y desde pequeña estuvo expuesta a la violencia de Estado. Varios miembros de su familia fueron perseguidos por el fascismo, por sus raíces judías y su pensamiento liberal.
Natalia estuvo casada con Leone Ginzburg, un intelectual ruso de ideas antifascistas con quien compartió no sólo un pensamiento rebelde sino también el gusto y el empeño por la literatura y las ideas. Durante el régimen de Mussolini, Leone fue desterrado y comenzó una época sumamente oscura para la familia.
Durante su vida, Natalia Ginzburg recibió una notable acogida de la crítica y fue merecedora de varios premios; sin embargo, el verdadero prestigio le llegaría tarde, como a la mayoría de las autoras. Al día de hoy su obra es de fundamental referencia para hablar sobre la literatura europea del siglo XX.
Además de ser una escritora de renombre, Ginzburg tradujo a importantes clásicos, entre los que se destaca la obra de Proust y de Mauppassant. Posteriormente, también estuvo involucrada en política. Fue elegida diputada del Parlamento, representando al Partido Comunista Italiano, y fue un trabajo en el que demostró sus inmensas dotes intelectuales y comunicativas.
Natalia Ginzburg falleció en Roma a los 75 años, el 7 de octubre de 1991, dejándonos una obra intimista que reflexiona sobre la decandencia de la cultura y las consecuencias de la ambición desmedida.
La obra de Natalia Ginzburg
Toda la obra de Ginzburg se encuentra atravesada por el dolor pero desde una mirada crítica. ¿Cuánto de todo este sufrimiento fue innecesario? Parece la larga pregunta que surge de la lectura de esta increíble autora.
La familia es seguramente el punto de partida de la mayoría de sus textos, pero lejos de tratar el tema desde el conformismo o la comodidad de su clase, supo hacer una búsqueda profunda en torno al rol de la mujer en la sociedad y a las muchas formas de expoliación emocional al que nos condena el compromiso marital.
Sobre el fascismo, la violencia de estado y los múltiples mecanismos de opresión social, encontramos numerosas y contundentes citas en su obra. Natalia Ginzburg es seguramente una de las autoras más lúcidas de la Europa de los años cincuenta.
Entre sus obras más destacadas habría que mencionar Los niños, Léxico familiar, Todos nuestros ayeres, Las pequeñas virtudes, Las palabras de la noche, Querido Miguel y El camino que va a la ciudad. ¡Nadie debería dejar de leerla!
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