Biografía de Hanan al-Shaykh

Escritora destacada de la literatura árabe del siglo XX.




El documental «Palabra de mujer» nos presenta la vida de tres escritoras de origen árabe que han sido capaces de trascender las barreras étnicas y culturales y contarnos cómo es de puertas adentros ese mundo. Una de estas autoras es Hanan Al Shaykh, una intelectual comprometida con su tiempo y con el feminismo musulmán.

Hanan al-Shaykh nació el 12 de noviembre de 1945 en Beirut, en el seno de una familia islámica de origen chiíta. En un contexto bastante ortodoxo pero con sus peculiaridades. Su madre se fugó con un amante, cuando Hanan era pequeña, y ella se crió en una casa sin madre y con un padre controlador.

Pese a las presiones familiares de ser una mujer al servicio del patriarcado, Hanan al-Shaykh consiguió mantenerse firme en su propia búsqueda: dedicarse a la escritura. Tanto es así que aún siendo adolescente consiguió publicar algunos de sus poemas en revistas y publicaciones regionales.

Trabajó como periodista en Beirut donde conoció a un hombre del que se enamoró. Y aunque él era de origen, se casaron. En la década del ochenta se mudaron a Londres, donde viven desde entonces.




La obra de Hanan al-Shaykn


El tema principal de la obra de Hanan al-Shaykn tiene que ver con el lugar que ocupa la mujer en la evolución social. El segundo gran tema es la Guerra del Líbano. Sus afirmaciones y su crítica a la estructura social la convierten en una de las autoras destacadas de su generación.

En todas sus obras notamos ese empeño de denunciar las injusticias de las políticas patriarcales; desafiando nociones de rol, sexualidad y nacionalismo.

Los personajes de Al-Shaykn se destacan por ser fuertes y oponerse a la obediencia tradicional; asimismo, se hallan enmarcados en contextos familiares y sociales de corte opresivo, y deben luchar contra esas barreras para liberarse y construirse a ellas mismas.

Algunas de sus obras más destacadas son La Historia de Zahra, Esto es Londres, El caballo del diablo y Mujeres de arena y mirra.

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