Herencia y literatura. «La última estación»

«La última estación». Un acercamiento al pensamiento tolstoiano.



«La última estación» es una película sobre la vida de Lev Tolstói

Mucho se ha dicho y escrito de Lev Tolstói. Pero quienes le adoramos, nunca tenemos suficiente. Seguramente quienes le hemos leído con pasión en la adolescencia y nos hemos apoyado en sus obras para crear una interpretación propia de lo que nos rodea, cada vez que vemos su nombre sentimos un leve cosquilleo interior. Por eso, aunque lo que se diga de él no sea nuevo, volvemos a él. En «La última estación» podemos volver a imaginarlo en aquella Rusia de antaño. No obstante, quienes sentimos también una gran admiración por Sofía Andreyevna tendremos nuestros resquemores sobre algunos aspectos del guion, relacionados con la forma en la que nos la muestran. Pese a ello, es una película que merece la pena, y te contaremos por qué.



Lo que se dijo de ella


«La última estación» trata sobre las diferencias que abrieron un muro entre Lev Tolstói y su esposa Sofía Andreyevna, en torno a los derechos del patrimonio literario del escritor. Se ubica en la etapa final de la vida del creador de Ana Karenina y nos permite visualizar los intereses que se pusieron en juego para la comunidad intelectual, sobre todo, entre aquellos que se asumieron dentro del movimiento que Tolstói creó.

Si bien es una película que ya tiene unos años, creemos que merece la pena una reseña sobre ella, porque en el desarrollo de la trama y la escenografía nos resulta fabulosa. Al tratarse de una creación de Hoffman («El sueño de una noche de verano») y tratar sobre un escritor crucial para la literatura universal, sin duda es una de las candidatas a convertirse en clásico del cine.

«La última estación» se publicó en el año 2009 y recibió una crítica modesta. Recogemos algunos fragmentos de las reseñas publicadas en español.

«Película más interesante que conseguida (...) Hoffman nunca resta con su puesta en escena, montaje y utilización musical, pero es incapaz de sumar». [Javier Ocaña, en El País]

«Cada segundo en el que Helen Mirren aparece en pantalla, es un estudio de un talento sin parangón (...)» [Claudia Puig, en USA Today]

«La película es al mismo tiempo un ardiente enfrentamiento matrimonial y un gélido debate político, una "Guerra y Paz" en versión doméstica (...) un drama histórico enormemente entretenido». [Lisa Schwarzbaum, en Entertainment Weekly]


Interpretaciones y guion



Hay dos buenas razones para ver «La última estación». Las interpretaciones de Helen Mirren y de James McAvoy. Ella en el papel de Sofía Andreyevna, James en la piel de Valentin Bulgakov. Si bien existen muchas críticas que hacerle al trabajo biográfico que nos presenta la película, sales de ella con las emociones arrasadas por estos dos impresionantes actores.

El resto del elenco lo completan Christopher Plummer en el papel de Lev Tolstói, Paul Giamatti interpretando a Vladimir Chertkov, Anne-Marie Duff en el papel de Sasha Tolstói y Kerry Condon en el de Masha. El director y guionista es Michael Hoffman, y se ha basado en una novela de Jay Parini. La música ha estado a cargo de ‎Sergey Yevtushenko.

El tema principal es la dificultad de un noble apasionado de la vida y la justicia de soportar una vida de riquezas y sus contradicciones que volvieron cada día más difícil la consecución de una vida donde fama y escritura pudieran ir de la mano. Lo principal que habría que criticarle es la representación de una Sofía Andreyevna desquiciada e histérica, cosa que a poco que nos llenemos de bibliografía descubrimos que es una falacia. Esta mirada retorcida sobre la imagen de quien no sólo fue esposa de Tolstói, sino que pasó de forma manuscrita muchas de sus obras, nos resulta bastante indignante.

Hay una escena que es realmente fascinante. Cuando un joven Bulgakov llega a casa de Tolstói, a quien admira profundamente y de cuyo movimiento se siente parte, y descubre que el hombre que tiene delante también sabe escuchar y está interesado en él, en su vida, en su escritura, se echa a llorar. Sin duda es una de las escenas más conmovedoras de la película. Aunque, en la voz, en la piel de James McAvoy cualquier personaje puede resultar entrañable; incluso Bruce Robertson (el desagradable policía de «Filth»). Hay muy pocos actores con su capacidad interpretativa, su versatilidad y sus matices.


Helen Mirren y James McAvoy atraviesan la pantalla

Conclusión


«La última estación» es una película muy bien llevada, con un buen ritmo y una revisión de la relación entre herencia y literatura que puede ser interesante. Tiene varias escenas donde se podría destacar la elección de la perfecta iluminación para el asunto que se quiere tratar y un par de actuaciones de las que se disfruta mucho. Pese a sus inconsistencias biográficas es una buena manera de acercarse al pensamiento de uno de los escritores rusos más grandes que ha dado la historia, y al contexto en el cual surgió su lucha y su literatura.


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