En la literatura española y, sobre todo, en el teatro español el nombre de María Lejárraga es sumamente importante. Una verdadera pionera de la literatura, que se ganó la confianza y el respeto de las mentes más asombrosas de su generación. Una mujer, sin embargo, que pasó toda su vida en las sombras.
María Lejárraga nació en San Millán de Cogolla el 28 de diciembre de 1874, en el seno de una familia riojana de clase aristocrática. Recibió una educación exquisita en casa, donde tomó contacto con la cultura alta de Europa. Durante varios años trabajó como maestra y estudió en Bélgica, lo que le sirvió para conocer uno de los sistemas educativos más avanzados de la época. Asistió al Congreso Pedagógico Hispanoamericano, postulándose a favor de los proyectos educativos de Emilia Pardo Bazán.
En 1899 publicó su primer libro, Cuentos breves, que sería el único que saldría con su nombre. Al año siguiente, al casarse con Gregorio Martínez Sierra, comenzó a publicar su obra usando el nombre de su marido.
Es común leer que Martínez Sierra y Lejárraga formaron una de las parejas literarias más fructíferas de la época. Pero esto es sólo un eufemismo. Gregorio Martínez Sierra convenció a María de esconderse detrás de sus textos, haciéndose pasar por el autor de todo lo que ella escribía: un contrato de apropiación contra el que ella no supo luchar, algo comprensible teniendo en cuenta la inmensa dificultad que suponía en aquella época tener una vida intelectual siendo mujer.
El matrimonió fracasó cuando él se enamoró de Catalina Bárcena. Esto llevó a su divorcio, aunque María Lejárraga continuó colaborando con su exmarido, quien seguía firmando las obras como suyas. Algo que, visto desde el presente, nos hace pensar en un mecanismo retorcido de abuso y sometimiento. Cuando él murió, la hija que había tenido con Bárcena exigió los derechos de la obra de su padre, lo que supuso un golpe nuevamente duro para Lejárraga.
En ese momento, María llevaba una vida complicada. Obligada al exilio por sus ideas republicanas y viviendo en la extrema pobreza, decidió contraatacar publicando la obra Gregorio y yo, en la que por primera vez puso en palabras ese pacto silencioso al que se sometió durante su matrimonio.
María Lejárraga falleció el 28 de junio de 1974 en Buenos Aires. Su última etapa fue dolorosa, marcada por un exilio solitario, donde la pobreza y la falta de reconocimiento hacia el trabajo de toda una vida, horadaban su ánimo. Como novelista y dramaturga es una de las personas que más ha sabido innovar, y una de las menos recordadas. Vamos a trabajar por cambiar esta triste realidad.
La obra de María Lejárraga
El nombre de María Lejárraga tardó muchísimo en darse a conocer. La mayoría de sus obras todavía figuran bajo la autoría de Gregorio Martínez Sierra.
Lejárraga ha escrito desde historias para niños hasta novelas y teatro de corte feminista. Algunos de sus títulos son Viajes de una gota de agua, Cartas a las mujeres de España, Gregorio y Yo y Una mujer por los caminos de España.
Se la considera una de las autoras pioneras de la Edad de Plata, que supo trabajar desde un mestizaje léxico muy peculiar y transformador. Sus obras se encuentran teñidas de actualidad y también nos ofrecen un tono de humor y de filosofía muy interesante. ¿Vamos a leerla?
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