Emma Prieto en «Lunes de Poesía»

«Hay tardes / en las que quisiera ser otra»¿Cómo salir del dolor? ¿Cómo salir de la pérdida? Cuenta Joan Didion en su maravilloso libro El año del pensamiento mágico que la mejor manera de tratar contra ese monstruo que nos acecha y arrebata lo que más amamos es abriendo la cabeza, llenándonos de bibliografía que explique la raíz de ese dolor. Me parece un consejo lúcido y sé por experiencia propia que funciona: no elimina el dolor pero permite entender las razones lógicas por las que las cosas se han dado como se dieron, y es una buena forma de huir de las paranoias y las obsesiones metafísicas, que campan a sus anchas cuando una está devastada. Pienso en Didion mientras leo Radiografía de ausencias, de Emma Prieto (Libros Indie), donde la escritura es el salvavidas a la pérdida: una isla de luz que ayude a contrarrestar tanta oscuridad. En nuestro «Lunes de Poesía» te hablamos de este libro fabuloso.

Una de las cosas más impactantes de la poesía de Emma Prieto es su capacidad para trabajar el lenguaje del dolor con un brillo de esperanza. Aunque sus poemas son sumamente fuertes y demoledores, en todos ellos parece percibirse un pimpollo, como si las ausencias no fueran lo suficientemente fuertes como para quedarse con el valor de la vida.

La enfermedad podría ser el hilo vertebral de este poemario. La enfermedad que se lleva a las personas que amamos. Un hospital, un hijo arrancado por la violencia de la vida. Escenas conmovedoras que nos permiten intuir, asomarnos al abismo desde el que parte la escritura de este libro estremecedor. «Te nacieron a un tiempo / el niño y el tumor (se vuelve, / a veces, la vida despiadada)».

En Radiografía de ausencias Prieto va hacia el fondo de la herida, para tratar de asirse a una identidad inocente, a una experiencia de vida entusiasta, antes del daño. En esta idea podemos sentirnos muy identificados. Cuando la pérdida atraviesa nuestro esqueleto arrasa con todo, y entonces aparece la nostalgia de aquello que tuvimos antes: el deseo de volver a ver la vida como entonces. «¿Puede conservarse intacto / lo que está herido?».

En medio del dolor y del paso del tiempo (que rasura lo suyo en el cuerpo y el alma de los vivos), Emma Prieto escoge mirar y escoger formas distintas de pensar para creer; porque cuando todo es gris, basta repetirse que tiene que existir la luz para que podamos visualizarla, aunque tarden mucho en verse sus chispazos de luminiscencia. «Elijo un camino que no sé adónde lleva». ¿Se refiere acaso a nadar mar adentro, dolor adentro, como Didion, para entender y descubrir la posibilidad, esa frontera con lo absoluto?

Y en ese salvaje deshielo, la voz poética intenta mirar donde no hay grisura. Reaprender la mirada es otra de las cosas que exige de nosotros la ausencia: buscar donde antes no mirábamos, con tal de descubrir un hueco distinto. «Esta felicidad de trinos y plumas, ¿querrá decir algo?»

«Y ¿qué es caer? / ¿Perder el equilibrio?» Las preguntas entran y salen en estos poemas mostrando la cara herida de la experiencia, pero con esa curiosidad y ese empeño de quien no quiere quedarse navegando en su tristeza, quien desea entender. Ahí encontramos la gran lucidez de Prieto, en poemas que pueden ayudarnos a entender cómo la poesía sirve para poner en palabras lo que en un lenguaje cotidiano, narrativo, no podemos. Poder contarse a través de un poema: ésta parece la gran búsqueda de este libro, y pienso que Emma ha conseguido contarse y contarnos, ofreciéndonos un espacio de luz y calor donde sentirnos en casa.

La poesía de Emma Prieto está llena de rincones donde mirarnos, desde la ternura y la capacidad de imaginar una realidad distinta. Me gusta pensar que la poesía que vencerá es ésa: la que nos nombra desde la luz. «Soy una mujer en llamas. / ¿Dónde guarecerme?», leemos. La necesidad de apagar tanto deseo fragmentado por el paso del tiempo, tanta rabia dibujada en roles. Pero nos queda el mar (que es una de las imágenes más hermosas que hay sobre la poesía) «Sólo el mar me salvará. / Sólo el mar».

Como corresponde con este ciclo, vamos a terminar con un fragmento de este maravilloso libro: una nueva e insistente invitación para que le des una oportunidad. «La vida, que es lo que nos queda», escribe Emma. ¡Que nadie se pierda el entusiasmo vital que esconde este libro de ausencias!

«Han vuelto los pájaros a la ciudad. Créeme que han vuelto. Ignoro si son los que se fueron aunque quién es el mismo cuando regresa.
(...)
Y los gorriones. Los audaces gorriones que se me acercan sin apenas precaución. Yo les doy algo tan ajeno a mí como migas de pan. Ellos me ofrecen su desnudez inocente de pájaro».

RADIOGRAFÍA DE AUSENCIAS. EMMA PRIETO. LIBROS INDIE. 2021