«Animales invisibles» de Gabi Martínez, Jordi Serrallonga y Joana Santamans (Capitán Swing - Nórdica Libros)

«Animales invisibles» de Gabi Martínez y Jordi Serrallonga. Ilustrado por Joana Santamans y prologado por Viggo Mortensen. (Capitán Swing - Nórdica Libros)

«Animales invisibles» de Gabi Martínez, Jordi Serrallonga y Joana Santamans (Capitán Swing - Nórdica Libros)
Foto: Capitán Swing - Nórdica Libros

Pocos días antes de leer Animales invisibles de Gabi Martínez y Jordi Serrallonga (Capitán Swing - Nórdica Libros) conversando con una amiga le expresé mi fascinación por una escena de Jurassic Park. Cuando los paleontólogos Ellie Sattler y Allan Grant observan por primera vez un dinosaurio. La fiebre en los ojos, la certeza de que nunca han visto nada igual y el convencimiento de que han vivido para llegar a ese momento. ¿Quién podría no conmoverse? Evidentemente, también los autores de este libro le prestaron especial atención: ¡y qué asombroso hallazgo! La pasión tiene la capacidad de nublarnos el entendimiento. «Los ojos abiertos de par en par, las piernas que se doblan por la emoción, balbuceos...» Así la describen. Esta lectura también despierta en nosotros esa sensación. Nos ofrece reflexiones fascinantes en torno a la vida extinta e imaginaria y a nuestra relación con los demás animales. Cuenta con la luminosa mirada de Joana Santamans, que ha realizado unas ilustraciones fabulosas. ¡Un libro increíble!


Qué duerme debajo del monte


Animales invisibles tiene «un lenguaje asequible para el lector que no sea especialista», nos cuenta Viggo Mortensen en el prólogo. Y agrega que nos presenta «un catálogo de lo que hubo y pudo haber, de lo que pueda existir y desearíamos descubrir». En esa frase todo el pulso del libro: la posibilidad de descubrir lo que nos hemos perdido pero también de fantasear con lo que podríamos toparnos si decidiéramos viajar al fondo del océano o a los rincones más salvajes del planeta o, incluso, si decidiéramos dar rienda suelta a nuestra imaginación.

Una de las cualidades de este libro es que se halla escrito a medio camino entre ciencia y literatura. Esto nos obliga a leerlo desde un lugar de asombro y de afán de conocimiento pero también con un deseo de sueño. Creo que este es uno de sus grandes aciertos, porque nos permite conocer datos sobre la extinción, sobre la vida y sobre los mitos; pero también nos invita a involucrarnos, tanto en el respeto hacia los animales que aún existen como en la reflexión sobre la huella que imprimimos en el medioambiente. Los animales invisibles son inabarcables, infinitos y extraordinarios. ¿Quién va a resistirse a observarlos con sus propios ojos?


Viggo Mortensen prologa «Animales invisibles» de Gabi Martínez, Jordi Serrallonga y Joana Santamans (Capitán Swing - Nórdica Libros)

Ciencia y fábula del porvenir


«La vanidad y el deseo de superioridad humanos» es una de las principales causas de la extinción de ciertas especies. También una razón que ha provocado que algunos animales hayan cambiado sus hábitos, para evitar cruzarse con nosotros.

Afortunadamente, también han existido y existen personas que buscan el latido del bosque y defienden nuestra condición animal por sobre todas las cosas. Y, en ese sentido, este libro es un homenaje a científicos, viajeros y amantes de la vida que nos han regalado imágenes o historias para conocer la vida del otro lado del mar. Y estos son otros animales invisibles que podrás descubrir en estas páginas: primatólogos (Jordi Sabater Pi, Dian Fossey), exploradores (Marco Polo, Henry Morton Stanley, Harry Johnston, Félix Rodríguez de la Fuente) y naturalistas (Cynthia Moss, Karl Von Frisch, Darwin Marjorie Courtenay-Latimer, George Schaller). Y me ha hecho feliz encontrarme con Mary Anning, la primera paleontóloga de la historia: «ella descubría y otros se llevaban el mérito», leemos. Porque en ese sentido, esta también es una obra que reivindica la labor de las invisibles.

Entre ciencia y literatura, dije. Y es que, además de visibilizar el trabajo de científicos y naturalistas, Martínez y Serrallonga nos ofrecen un viaje lector: a través de la obra de esos fabuladores que nos han invitado a creer en la posibilidad de que los mitos puedan tener algo de cierto. Julio Verne, Lewis Carroll, Karen Blixen, Steven Spielberg. Es, en definitiva, una mirada heterodoxa y valiente en torno a la vida, a lo que sabemos y a lo que podemos imaginar.


Ilustración de Joana Santamans para «Animales invisibles» de Gabi Martínez y Jordi Serrallonga (Capitán Swing - Nórdica Libros)

La muerte de los animales


Un hombre revela frente a la cámara que se dedica a cazar rinocerontes porque es la única salida en ese pueblo. Estamos en Mozambique. Nos ha llevado David Beriain con su equipo, para contarnos acerca de la lucha entre rangers y cazadores furtivos. Y para mostrarnos el dolor de los rinocerontes que son asesinados o, peor aún, se les seda para extirparles los cuernos, y luego se los deja totalmente vulnerables: muchos mueren desangrados o a causa de las infecciones provocadas por el trauma. ¡Un horror!

Ese documental, como este libro, visibiliza una realidad que no siempre tenemos presente. La caza furtiva se presenta como única alternativa de supervivencia en países que continúan viviendo como parte de una colonia. La violencia colonial continúa asolando los bosques y las sabanas. Eliminar el colonialismo es el único camino posible para acabar con la violencia contra los animales. Porque, como leemos aquí, «mientras existan países receptores de marfil, la caza furtiva del elefante, junto con la reducción de los hábitats naturales, seguirá haciendo peligrar la existencia de esta magnífica criatura». La cadena de muerte es posible porque en un país remoto, una persona adinerada demanda ese hueso sagrado. ¿Nos hemos parado a pensar esto?

Gobiernos que sacan leyes que permiten asesinar a los animales. Desde helicópteros. Incluso a hembras embarazadas. Como hizo Frank Murkowsi en Estados Unidos contra el lobo. Lo extinguieron. El desequilibrio se hizo insostenible. Sin el lobo proliferaron sus presas destruyendo el equilibrio medioambiental. Recién entonces, los humanos entendieron que habían metido la pata, una vez más.

Pero el maltrato a los animales y los abusos no son una cosa del capitalismo. Aunque evidentemente se ha exacerbado con él, desde tiempos antiquísimos el ser humano ha invadido la naturaleza. Desde el origen del colonialismo, los países han llegado a los lugares y se han apoderado de él, modificando la vida de sus gentes, de su flora y de su fauna. «El treinta y tres por ciento de los mamíferos de Australia Occidental han sido extinguidos o están en peligro a causa, entre otros motivos, de las plagas desencadenadas por el desequilibrio colonial».


Joana Santamans ilustra «Animales invisibles» de Gabi Martínez y Jordi Serrallonga

Animales invisibles nos propone un viaje a través de bosques, sabanas, islas, profundidades del océano para visualizar a criaturas fascinantes que por una razón u otra no palpitan junto a nosotros. Nos propone fundamentalmente una actitud de apertura y de contemplación, de protección desde el no daño, que es sin duda la mejor que podemos adoptar.

A veces se tiene la idea de que para proteger a los demás animales hay que hacer grandes cosas, como convertirse en activistas a tiempo completo. Olvidamos que empezar por no dañar, por no matar, por no destruir ya es estar haciendo algo. Quizá no viene mal recordarlo. Y eso hacen Gabi y Jordi, mostrándonos a estas criaturas o recordándonos aquel aviso de Einstein. «Cuando desaparezca la última abeja desaparecerá la raza humana».

La caza furtiva, la sobreexplotación y el aumento de las temperaturas en el Planeta están destruyendo los hábitats de miles de especies. Amenazan los bosques, las pampas, pero también los arrecifes y el fondo marino. Leemos sobre la Gran Barrera de Australia: «Este yacimiento de coral, el más grande y protegido del mundo, fue reducido a la mitad entre los años 1960 y 2000. Si la temperatura del planeta continúa aumentando, se prevé que una tercera parte de la Gran Barrera perezca en los próximos treinta años». Y, pienso, la lectura de este libro puede arroparnos e iluminarnos para saber qué vamos a hacer a partir de ahora. «Abejas y corales son iconos de toda esa magnífica vida invisible que nos interroga sobre cómo, a partir de ahora, vamos a actuar».


«Animales invisibles» de Gabi Martínez, Jordi Serrallonga y Joana Santamans (Capitán Swing - Nórdica Libros)

La fábula y lo salvaje


Una de las cosas fascinantes de este libro es que no sólo presenta criaturas extintas sino también animales que pueblan el imaginario colectivo. Criaturas que nacen de mitos y que no terminamos de saber si realmente existen (o existieron alguna vez). «La realidad suele superar a la ficción. ¡Hace veinte millones de años existió un tiburón colosal! El Megalodón».

¿Un tesoro o un monstruo? leemos acerca del ornitorrinco. Revisitamos el mundo en diversos tiempos históricos y eras geológicas. Conocemos al Megaterio, el Gran Monstruo del Río Lujan, el Megalodón o el Archaeoindris: «La caza acabó con el Archaeoindris», leemos. Pero también visualizamos criaturas que están a mitad de camino de vida y fantasía. Ahí está el Ave Roc: parece ser que, al igual que duendes y ondinas, su invisibilidad se debe a la falta de esperanza humana. Debemos creer en ellos para poder verlos. «Dejó de volar cuando los hombres dejaron de creer en ellas».

A lo largo de la lectura nuestra pasión por la vida salvaje convulsiona. Porque, verdaderamente, es un libro que nos invita a creer y a desear la vida en toda su intensidad. Y, al mismo tiempo, también despierta en nosotros la empatía y el respeto por los demás animales. Y aquí viene algo fundamental. Cuando hablamos de fauna no nos referimos a la vida que existe a miles de kilómetros nada más. Desde que cruzamos la puerta de casa hay criaturas viviendo y sintiendo: entrenar el ojo desde lo que nos rodea es la mejor forma de empezar a entender que no estamos solos, ni somos el centro de la vida en el Planeta. Esto también podemos intuirlo al leer este libro. Y me quedo con esta sentencia maravillosa: «Aprendamos a observarlos, no a destruirlos».

Y no quiero dejarme fuera una reflexión interesantísima que nos proponen los autores. «El árbol genealógico de la humanidad, a medida que avanzan las investigaciones, sigue ramificándose y aparecen otros hallazgos que permiten replantear ciertos tópicos». Las sociedades cazadoras-recolectoras, a las que vemos como criaturas agresivas y rústicas, fueron fundamentales en la evolución de la especie e «hicieron el amor y no la guerra: se hibridaron». Recordarlo es importante, como tampoco viene mal recordar que «estamos sometidos a las mismas presiones evolutivas que el resto de los animales». Recordar de dónde venimos es la mejor forma de intuir hacia dónde vamos. Quizá ahí, en esa sensibilidad, planee la única luz que podríamos dejar sobre este mundo.

Y quiero volver a Mortensen, porque creo que ha dado en el clavo sobre lo más hermoso que nos ofrece esta lectura. Dice: «Llegar al sitio soñado o por fin hallar un animal que siempre ha sido invisible para nosotros es lo de menos. El ejercicio de buscar sin garantías de encontrar lo que deseamos es un fin valioso en sí mismo». Necesitamos revisar nuestras prioridades y también nuestras certezas. Al igual que Mortensen quiero quedarme con esa afirmación que leemos en el libro y que puede servirnos en la vida y en la literatura «Existen muchas cosas que no he visto nunca pero en las que creo. Sería muy tonto creer que el mundo sólo es lo que veo». Y vuelvo a esa imagen de Jurassic Park. La pasión encendida. Los animales devolviéndonos a la conciencia de lo salvaje. ¡Nadie nadie debería perderse este libro!


«Animales invisibles» de Gabi Martínez, Jordi Serrallonga y Joana Santamans (Capitán Swing - Nórdica Libros)


ANIMALES INVISIBLES. GABI MARTÍNEZ - JORDI SERRALLONGA. JOANA SANTAMANS (ILUSTRACIONES). VIGGO MORTENSEN (PRÓLOGO). CAPITÁN SWING - NÓRDICA LIBROS. 2021

0 Comentarios