Los amantes fronterizos: cartas para invocar tu sombra

«El matrimonio anarquista», de Begoña Méndez y Nadal Suau (Hurtado & Ortega), un ensayo epistolar en torno a la fragilidad y la fuerza en el amor.

«El matrimonio anarquista» de Begoña Méndez y Nadal Suau (Hurtado & Ortega)

El matrimonio, una institución de amor y odio gestada en las entrañas de una bestia imparable, el patriarcado. ¿Qué se puede decir de esta unión tan curtida de tradición que pueda salvarla? O mejor aún, ¿qué podríamos decir para salvar la intimidad de dos que se aman? ¿Cómo construir una pareja de criaturas individuales? Se me ocurre que estas preguntas pueden servir de punto de partida para comprender El matrimonio anarquista, de Begoña Méndez y Nadal Suau (Hurtado & Ortega), un texto epistolar inteligente, rebelde y cariñoso. Una lectura extraordinaria que te deseo con entusiasmo.


Amarse contra el capitalismo


Breve sinopsis: Un matrimonio anarquista nos presenta a dos criaturas que han decidido renunciar a los lujos de la soltería para construir un hogar nuevo. Begoña Méndez y Josep Nadal Suau deciden compartir ideas, pensamientos y experiencias de otras vidas enviándose cartas. Mantienen así un jugoso intercambio epistolar en el que debaten acerca de las posibilidades y los límites de esa alianza que materializa «la idea de que el amor que sienten es el lugar exacto en el que deben estar». La contradicción, el dolor, la enorme dificultad que supone querer de verdad a alguien —ese alguien que siempre será una sombra, una criatura extraña tremendamente conocida— son algunos de los temas que abordan en las cartas.

El dolor de la escritura. La alegría de la escritura. La natación. La pandemia y el desgarro. La picadura de una flota de medusas. Los gatos que unen y ayudan a gestionar una rutina de mimos y alegría. La familia. La mirada de los otros. La relación conflictiva con la comida. El mito de la escritura. La pasión por la escritura. La soledad de dos. El deseo ajeno que horada el vínculo. La sensación de que tener un hogar, de que compartir la vida con ese otro es estar finalmente en casa. A vuela pluma se asoman los principales temas de un libro que explora las orillas del encuentro: que es disputa, malentendido y herida, pero también alegría, complicidad y belleza. Quienes firman se apoyan en la idea del casamiento como «La declaración pública de que hay un otro al que queremos como hogar y como casa frente a la hostilidad del mundo». No como renuncia a la libertad sino como un «acto poético y político de defensa de la libertad».

Es una lectura ciertamente distinta. Desgarradora por momentos. Revitalizadora también. Y fundamentalmente llena de esperanza en lo colectivo. Begoña y Josep practican en este ensayo epistolar lo que pedían Mayakovski y los futuristas: tenerse en pie sobre la palabra «NOSOTROS» pese a la inmensa abulia del mundo para otorgar solidez a los vínculos en lo recíproco. En una época donde el pronombre personal con mejor publicidad es el de la primera persona del singular, leer un libro como éste, que nos recuerda las bases de nuestra lucha anarquista, es aprender a respirar mejor.

La propuesta de este libro es la construcción de un país íntimo donde, sin perder las diferencias individuales, haya un sentimiento de grupo, un deseo genuino de la alegría del otro. Nos invita a pensar en la urgente necesidad de gestar lazos de resistencia íntima. Y resulta una brutal trompada a las nuevas lecturas que ha tenido la lucha anarquista, donde la abolición del Estado deviene individualismo. Es imposible no leerlo como un fabuloso manifiesto contra la idea de que poesía eres tú; porque se adentra en el yo para desde ahí encontrar las vías subterráneas que conectan mundo y sentido hasta alcanzar la identificación con otros, con ese otro extraño que es hogar. De pie sobre la palabra que nos redime, este libro nos brinda la posibilidad de pensar nuestra individualidad en comunión con otras, de aunar diversas subjetividades animales para levantar el rancho, la casa. ¡Es un libro raro, alegre, hondo, imprescindible para estos tiempos tan desolados que perforan nuestro entusiasmo!


Begoña Méndez y Nadal Suau: «El matrimonio anarquista» (Hurtado & Ortega)


Epístolas para invocar al amado


«Las epístolas de amor sirven para convocar al amado que no está» escribe Begoña en una de sus cartas. Y me quedo prendida a esa idea. Siempre la escritura, así como el diálogo, convoca lo que no está. El otro es un lugar desconocido al que deseamos llegar sabiendo que nunca lo conoceremos del todo. Un misterio fascinante que vuelve excitante la idea del encuentro. Convocar al amado que no está, deseando llegar un poco más lejos en ese nosotros.

«Me gustaría que nos pasara eso, que lográramos dejar atrás nuestro ego sin que por ello perdiéramos el instinto de desplegar las uñas cuando se pone en peligro nuestra individualidad», escribe Josep. Internarse en el corazón del otro para construir una nueva historia. Porque la verdadera rebeldía de nuestro tiempo está en reconocer esa cueva profunda y desconocida que es el otro (los otros) y animarnos a entrar sin perder nuestra linterna. Iluminar el mundo desde el encuentro y tirar abajo las frases bonitas del capitalismo que nos invita a quedarnos solos y solas —el mejor mecanismo de control jamás inventado—. Contra esa nueva religión de nuestro tiempo escriben Begoña y Josep.

Convocar al otro y sincerarse mutuamente. Abrir el pecho y que salga esa mucosidad verde que se ha estancado con el paso —y peso— de los años. Y por el camino ofrecer una reflexión sobre muchísimos aspectos vinculados al matrimonio: la maternidad, la fidelidad, las mentiras, las amistades, el dinero. Y aquí llegamos a lo más fascinante: es un libro que intenta romper con esa idea del sagrado lazo matrimonial como prolongación de la especie. Dos que se aman pero que no van a dejar descendencia. Defender un matrimonio sin hijos, el amor de dos, me parece de un valor excepcional. Pocas defensas más contundentes de lo colectivo como vínculo del presente inmediato y de la libertad individual. «Cada vez me parece más obsceno parir hijos en un mundo tan feo, me mata de pena la idea de engendrar vida en un planeta atiborrado de miseria y de gente», escribe Begoña. Y recuerdo unos versos maravillosos de Erika Martínez: «Si soy nulípara, / la vida que retengo / no destruye la vida. / ¿Sí? ¿No? ¿Correcto?».

Romper con la idea judeocristiana del vínculo matrimonial. Una manera absolutamente revolucionaria y anarquista de darle la vuelta al asunto, de arañar las costuras del sistema desde dentro. La forma simplista en la que se analiza el anarquismo lo pinta como la ausencia de reglas en el sistema. Ay, tan pero tan lejos de la idea fundacional del movimiento. No la ausencia de reglas, de Estado, sino la posibilidad de crear un mundo donde uno pueda elegir sus propias reglas, su propio país. Sin reglas no hay vida. El funcionamiento de cualquier sistema depende de algoritmos, recetas, instrucciones; por eso fundar un país propio con sus propios mecanismos y límites es un gesto de libertad y compromiso sin igual. Fundar un «hogar descentrado y multiespecie» es poner una bomba en el centro de equilibrio de la bestia. ¡Sensacional!


«El matrimonio anarquista» de Begoña Méndez y Nadal Suau (Hurtado & Ortega)

La amistad como hogar


¿Qué relevancia tiene la realidad socioeconómica cuando escribimos? ¿Qué lugar ocupa la fantasía en la construcción de «una entidad de amor y de trabajo alejada del poder y en el vientre de la bestia»? Estos dos temas ocupan indirectamente gran parte de las misivas. La literatura atraviesa los textos, no sólo desde la propia escritura de las cartas sino también desde la reflexión sobre el oficio. Y pienso en esa idea del matrimonio como algo a mitad de camino entre fantasía e imaginación, que escribe Nadal Suau. «La fantasía» como «ausencia de forma» y «la imaginación» como «una exigencia de forma». Ideas maravillosas y válidas también para pensar en la escritura. Una metáfora hermosa del arduo trabajo y del compromiso que exigen ambos caminos, el de la escritura y el de la vida compartida.

«Me gusta pensar que nuestro matrimonio no es una ficción literaria, sino una escritura ritual que hace de nuestras vidas algo un poco más justo, algo quizás más sabio», escribe Josep. La piedra del «NOSOTROS» como un refugio de escritura, trabajo, pasión y alegría. Entre dos estilos muy distintos, Begoña y Josep han sabido crear un libro simbólico y sensible. Desde la escritura salvaje y desde la escritura como juego. La forma en la que cada uno ve al otro nos permite intuir el tipo de relación que cada uno tiene con la escritura, tan distinta, tan extraña para el otro, tan como la vida matrimonial. Dos distintos que se aman.

El matrimonio anarquista es un libro bellísimo, de una gran calidad literaria, con elementos fabulosos de reflexión común y, sobre todo, con una invitación a mirar el nosotros de otra manera. La idea fundamental del libro —el deseo de dos que se aman, de los que se paran sobre la piedra del «NOSOTROS»— es pensar el matrimonio como la construcción de «una amistad sagrada, carnal. Una imaginación que no se quiebra». Y me parece que, aunque hablan desde los vínculos de pareja, es una lectura válida para la reflexión de cualquier construcción común. La agudeza y la sensibilidad de estas cartas te van a conmover dulcemente. ¡Por favor, no te pierdas esta maravilla!


Reseña de «El matrimonio anarquista» de Begoña Méndez y Nadal Suau (Hurtado & Ortega)

EL MATRIMONIO ANARQUISTA.
BEGOÑA MÉNDEZ Y NADAL SUAU.
HURTADO Y ORTEGA.
2021.

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