El poema se abre al mundo desde un lugar incierto para intentar describirlo pero también para plantear nuevas posibilidades; por eso la poesía es infinita: caben en ella todas las miradas que se nos antojen. Una antología que muestre, entonces, todo lo que se está escribiendo en un lugar o entre un grupo de personas siempre fracasa, porque reduce ese todo a un abanico restringido de posibilidades. Sin embargo, a veces, puede llegar a ser abarcativa, ofreciendo una amplia gama de posibilidades poéticas y mostrando una gran versatilidad estética. Y es lo que sucede con Amaruka: disonancia de la serpiente. Poetas latinoamericanos en la península ibérica (Polibea). Nos presenta a una serie de poetas latinoamericanos con caminos poéticos diferentes que trabajan con un lenguaje disidente y cuya voz usa la extrañeza para elaborar una crítica social a la sociedad contemporánea.
Cambiar de piel
La serpiente, ése símbolo de transformación y de movimiento aparentemente aleatorio, cambia de piel para protegerse de los cambios ambientales y para mantener una ruda fortaleza exterior de cara a los depredadores. Así también la poesía, que va cambiando su forma para explorar nuevos mundos, intenta reforzar la identidad. Saber desde dónde se escribe es el punto de partida y es lo que tienen en común todos los poetas reunidos en este libro.
Hay en todas estas expresiones estéticas un afán de movimiento que es, seguramente, una de las cosas más destacadas de todas ellas. La poesía, si se mueve, es capaz de transformar el mundo. La poesía, a diferencia del resto de discursos literarios, es la única capaz de romperse hasta el hartazgo y volver a ser, siempre nueva, sin perder el contacto con las otras vidas, sin perderse del hilo primigenio de la voz poética.
Plantear una antología supone varios riesgos. El principal de ellos es que entre las poéticas reunidas debe existir algún punto en común, un tema o tono que aborde la poesía desde un mismo prisma. Y eso es lo que encontramos en Amaruka.... Pese a que las voces son todas distintas presentan una cierta homogeneidad en el tratamiento de los temas y el uso de ciertos recursos del lenguaje; esto colabora con que la lectura sea fluida y la forma del libro cumpla con su cometido.
Aunque las serpientes presentan diferentes colores y estilos de vida, se parecen en algo: buscan mimetizarse para atrapar a sus presas cuando se encuentran distraídas. Se van moviendo suavemente por el escenario hasta discernir el momento adecuado del impacto. Así, la poesía de este libro se va moviendo y abriendo lentamente hasta enrededarnos en la red de las palabras.
Como decía, plantear una antología latinoamericana es un riesgo que supone fracasar antes de comenzar el trabajo. La diversidad estética y la amplitud geográfica que intenta contener este trabajo es un imposible. No obstante, dado que existen numerosas antologías canónicas, recibir un libro como éste, con propuestas periféricas y sólidas me parece un gran acierto. Perfectamente podría leerse Amaruka... como un mapa de escritura latinoamericana, que contiene diversas estéticas y cuyos poetas comparten la experiencia de la escritura desde la extranjería, desde la península ibérica.
Mapa de voces latinoamericanas
Amaruka nos presenta a trece poetas de diferentes países latinoamericanos reunidos en una edición cuidada que ha desarrollado Jorge Coco Serrano y que ha sido prologada por Giovanni Collazos y epilogada por Arturo Borra. Con esto ya sumamos quince poetas que nos invita a leer este libro.
En Amaruka... encontramos diversas poéticas. Algunas con un juego más narrativo, otras que presentan una ruptura rítmica constante. En todas ellas, encontramos una misma fe, que en poesía es intención de escritura. En este caso, el deseo de saberse (y pensarse) fuera del mundo para buscar nuevas formas de experimentar la vida y la poesía.
Recogemos aquí un mínimo ejemplo de cada uno de los poetas incluidos. Y, de este modo, te invitamos a leer esta antología, para descubrir una variedad de estéticas y sentidos.
Freddy Ayala Plazarte (Ecuador, 1983)
Aquel caminante había llegado a otro mundo, cuando las cariátides y las apolíneas damas aún eran sostenidas por el mármol, y tan sólo para incinerar el último dígito de un meridiano bajo la estación de un ferrocarril, era cuestión de una despedida antes del ruido.
Carla Badillo Coronado (Ecuador, 1985)
vengo de un animal extinto
en la boca de una mujer
como una palabra pronunciada
únicamente bajo la primera lluvia.
en la boca de una mujer
como una palabra pronunciada
únicamente bajo la primera lluvia.
Noni Benegas (Argentina, 1951)
Temes que tu escritura no se haga nuna en un
lugar propio
o definido para tal propósito, sino en
[un lugar perverso
que desvías de su uso para darle
[el tuyo.
Un lugar robado.
lugar propio
o definido para tal propósito, sino en
[un lugar perverso
que desvías de su uso para darle
[el tuyo.
Un lugar robado.
Eduardo Fariña Poveda (Chile, 1982)
La lucha de la palabra, de la voz
estirando al máximo las vocales
cuerdas que intervienen la médula,
su sintagma.
Este es un fuego regalón,
serpentea con sus chispas.
estirando al máximo las vocales
cuerdas que intervienen la médula,
su sintagma.
Este es un fuego regalón,
serpentea con sus chispas.
Rodrigo Galarza (Argentina, 1972)
palabras
para soportar el peso de la noche
el agua endurecida de la muerte
bailamos
hacemos el amor con la intemperie
cantamos
como si fuera la primera vez
y naciéramos a la luz
con el pecho desgarrado por el alba
néctar-aliento de la verdad
cantamos
(...)
para soportar el peso de la noche
el agua endurecida de la muerte
bailamos
hacemos el amor con la intemperie
cantamos
como si fuera la primera vez
y naciéramos a la luz
con el pecho desgarrado por el alba
néctar-aliento de la verdad
cantamos
(...)
Rodolfo Häsler (Cuba, 1958)
La luz se parte en infinitas línea rectas frente a las ventanas pensadas para truncar al sol. Las flores del insomnio caen lentamente de las manos y las nubes que anuncian lluvias nos despiertan y ordenan alejarnos de semejante esplendor.
Viviana Paletta (Argentina, 1967)
Uno es otro
irremediablemente
a un lado y al otro
del cielo.
(...)
Se rumia el paisaje
de memoria errónea.
Cortejo de migrantes
sin exequias
para encender una vida con otra
con pétalos de cal.
irremediablemente
a un lado y al otro
del cielo.
(...)
Se rumia el paisaje
de memoria errónea.
Cortejo de migrantes
sin exequias
para encender una vida con otra
con pétalos de cal.
Diego Palmath (Perú, 1977)
Practico mi voz en un césped de púas
Enervo mi pasado en un túnel de asteriscos
Quiebro
Lúdico
el estereotipo que me mira
Lúcido
estómago que me vomita
Enervo mi pasado en un túnel de asteriscos
Quiebro
Lúdico
el estereotipo que me mira
Lúcido
estómago que me vomita
Cristina Elena Pardo (Venezuela, 1993)
una línea ajena dividién do me piensa en
[aquella
forma restringe tenue su otra la misma forma
[o la
misma línea no procura distancia sino
se escucha un borde se diluye dividien do
[un suelo pro
cura ¿
[aquella
forma restringe tenue su otra la misma forma
[o la
misma línea no procura distancia sino
se escucha un borde se diluye dividien do
[un suelo pro
cura ¿
Óscar Pirot (México, 1979)
Hechizada raíz
que siempre fluye
en telúrico
vapor de mudanzas
y arrastrándose
se vuelve un espejismo
carnoso
que el águila devora.
que siempre fluye
en telúrico
vapor de mudanzas
y arrastrándose
se vuelve un espejismo
carnoso
que el águila devora.
Giovanni S. Bayas (Ecuador, 1990)
La amazónica aduana nos golpea metálicamente
con 2 horas de retraso,
la esférica aduana acaricia los párpados
(...)
cuando un ouroboros se avienta a la aduana
siglos de asfixia se le trepan al pecho.
con 2 horas de retraso,
la esférica aduana acaricia los párpados
(...)
cuando un ouroboros se avienta a la aduana
siglos de asfixia se le trepan al pecho.
Agustina Roca (Argentina, 1949)
Un ave cruza el escenario, se pierde en el aire.
¿Qué es el aire? ¿Qué es el fuego? ¿Qué es la vida? Si hay vida ¿hay no vida? Vida vid vil vodevil. La mujer arrastra sus pies por el decorado, tropieza, se endereza, continúa.
¿Qué es el aire? ¿Qué es el fuego? ¿Qué es la vida? Si hay vida ¿hay no vida? Vida vid vil vodevil. La mujer arrastra sus pies por el decorado, tropieza, se endereza, continúa.
Jorge Serrano (Perú, 1974)
Arrojado al laberinto
repto mis estepas
soy pregunta destino
el que tiene zeth
desde
la sed
(...)
toco mis extremos
río que aflora en mí
desemboca en mí.
repto mis estepas
soy pregunta destino
el que tiene zeth
desde
la sed
(...)
toco mis extremos
río que aflora en mí
desemboca en mí.
Amaruka... se presenta como una antología poética latinoamericana del exilio que puede servirnos para descubrir múltiples voces y reconstruir una idea de terruño distinta, extraña a la vez que cercana.
AMARUKA: DISONANCIA DE LA SERPIENTE.
VARIOS AUTORES
EDITORIAL POLIBEA
2021
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