5 ideas para disfrutar de la lectura

¿Te sabes estos trucos para mejorar tu comprensión lectora?

Foto: Pexels

Aprender a leer es fundamental para convertirse en escritor, es decir, para hacer de la escritura un oficio. Parece fácil. Como creemos que nos resulta fácil hablar, aunque hablemos muy mal. Parece una cosa que viene con nosotros y crece sola, pero no es así. Aprender a leer requiere de paciencia, atención y fortaleza. No resulta sencillo encontrar el alma de los libros pero una vez que hemos aprendido a hacerlo tenemos a nuestra disposición la puerta a infinitos mundos. En nuestra sección de Trucos Lectores hoy vamos a hablar sobre algunas ideas que pueden ser muy útiles para ejercitar la comprensión lectora. ¿Te animas a probarlas para pulir a tu lectora interior?


El buen lector descubre un mundo en cada libro


Comprensión lectora es el nombre que recibe nuestra capacidad para leer y entender aquello que está escrito. Existen dos planos principales en el desarrollo de una lectura: el realista (comprender la literalidad del mensaje) y el plano metafórico (comprender el sentido abstracto o simbólico de aquello que estamos leyendo). Asimismo, un lector avanzado debe saber descubrir y analizar lo estructural, que no tiene que ver con el mensaje sino con la forma. Desarrollar nuestro cerebro para que sea capaz de separar estos aspectos de un texto y nos permita elaborar un conocimiento de lo leído es fundamental para convertirse en un buen lector.

¿Y qué significa ser un buen lector? ¿Cómo convertirse en alguien capaz de leer cada libro descubriendo su espíritu? Un buen lector es quien en cada nuevo libro encuentro un mundo nuevo para habitar. Así como un buen escritor es una persona capaz de dibujar un mapa que nunca haya sido trazado y una buena historia no es aquella que representa a pie juntillas la realidad sino que consigue hacer con los elementos de la realidad un mundo distinto, creativo, rebosante de sensibilidad e imaginación, un buen lector es alguien capaz de llegar a ese mundo nuevo y, apartando sus preconceptos, habitarlo como si nunca antes hubiera estado allí, como un niño preguntando por la muerte.

No podemos decidirnos a leer Madame Bovary con la idea de que es una novela contra la burguesía, debemos entrar como si no supiéramos nada de nada. Como niños aventureros. Algo así escribe Nabokov en su Curso de literatura europea. El autor de Ada o el ardor también dice que un buen lector es aquel que consigue leer combinando su precisión poética y su intuición científica. Esto significa, un individuo que tiene cierta sensibilidad artística pero que, a la hora de leer, desea aprender, descubrir los aspectos técnicos de los textos. Una persona que, en palabras de Nabokov, asume que «la obra de arte es, invariablemente, la creación de un mundo nuevo». Esto nos enseña que debemos enfrentarnos a cualquier lectura centrándonos en los detalles —«acariciarlos», escribe Nabokov; y me encanta que escoja este verbo tan cariñoso—. De alguna manera la lectura exige de nosotros la capacidad para abrazar cada historia como si fuera la cosa más preciada del mundo, con la inocencia de quien se sabe niño y la madurez de quien reconoce que mente y sensibilidad son dos caras de una misma moneda, dos necesidades indivisibles en un único ejercicio ambidiestro, el de la lectura.


Foto: Pexels

5 consejos para mejorar la comprensión lectora


La lectura, si nos dejamos guiar por Nabokov, se nutre de arte y conocimiento. Un buen lector, por lo tanto, debe estar bien despierto para trabajar con actitud cada texto y convertirlo en algo propio. Y aquí viene lo mejor: no se es un buen lector, en todo caso, podemos aspirar a ser buenos relectores. Esto significa que nunca analizamos un texto en la primera lectura. La primera lectura es como la primera cita: sirve para conocernos y dejar fluir los sentidos en dirección al objeto de deseo. El análisis viene en la segunda cita, la tercera y las que hagan falta. La relectura nos permite hacer uso de esa combinación artística y técnica para poder comprender al máximo el texto. Asumiendo, por supuesto, que nunca jamás comprendemos nada a la perfección, que siempre se nos escapa algo y que, para eso, existen las sucesivas relecturas a lo largo de la vida sobre un mismo texto.

Ahora bien. Hay algo que no suele tenerse muy en cuenta pero que es importante. La lectura puede ser un pasatiempo pero también puede convertirse en un oficio. En el primer caso, como ocurre con la afición a la escritura, no se necesita más que corazón y tiempo. En el segundo caso, se requiere esfuerzo y el desarrollo de cierto tecnicismo. La mayoría de los aspectos técnicos de la lectura están vinculados con la comprensión lectora y el perfeccionamiento de la atención. Como todo oficio, requiere pasión —leer es un placer antes que cualquier otra cosa— pero en su desarrollo también pueden resultar muy útiles ciertas estrategias, para interiorizar los mecanismos de composición de un texto y conseguir un trabajo más eficiente y positivo. Dejamos aquí cinco posibles ideas para analizar correctamente un texto, puliendo nuestra atención y agudizando la comprensión lectora.


1. Observar el lenguaje


El lenguaje es, a simple vista, una de las herramientas más sencillas que tenemos. Además de ser, por supuesto, una de las más útiles. A través de él podemos preguntar, responder, aprender, pedir, encontrar, expresar nuestro deseo, argumentar nuestras opiniones... Apenas juntando unas pocas palabras podemos darle la vuelta a las cosas y crear un mundo; pero ¿no te ha ocurrido en ocasiones que no sabes cuáles son las palabras que quieres decir o escribir, que no encuentras el modo de expresar ese deseo o esa inquietud? Sin lugar a dudas, aprender a usar correctamente el lenguaje es un trabajo arduo, una tarea para toda la vida. Cada día estamos aprendiendo nuevas cosas, cada día descubrimos que ciertas estructuras o palabras que utilizábamos con total seguridad no tienen el sentido que les damos y cada día conocemos gente que no nos entiende. Subestimamos la importancia de la buena comunicación, y tenemos que dejar de hacerlo.

Volviendo a la comprensión lectora, ¿sabías que, así como leer puede enseñarnos a hablar mejor, una buena comunicación puede reforzar nuestra comprensión de los textos? Son dos acciones que se retroalimentan y que se vuelven sumamente importantes si deseamos desarrollar una vida plena. ¿De qué manera podemos mejorar este aspecto de nuestra vida? Bastaría con estar un poco más atentos a lo que decimos y a cómo lo decimos, observar la reacción de los demás ante nuestras palabras y aprender a hablar mejor fijándonos en cómo lo hacen las personas cuya forma de comunicarnos nos resulta admirable. Difícil pero no imposible, ¿no?


2. Lo que esconde la estructura


Muchos lectores dejan el análisis estructural de los textos para el final, ¡y no se dan cuenta de que es un grave error! ¿Por qué lo decimos? Porque muchas obras se explican por su estructura; muchos autores ponen una atención especial en la arquitectura de sus textos y si no los tenemos en cuenta nos perderemos detalles importantes. En el género poético, por ejemplo, y si hablamos de un buen poema, la estructura nos está diciendo cosas que no aparecen en el texto y que es fundamental para comprender su sentido. Por eso es muy importante que en nuestra primera relectura nos centremos en la estructura.

Al igual que ocurre en la arquitectura, la estructura de un texto es lo que sostiene y le permite mantenerse en pie, colaborando con la ventilación, los ángulos y el material que conforma ese texto. Por eso, detenernos para comprender cómo se plantea formalmente el texto que tenemos entre manos puede ofrecernos muchas pistas para comprenderlo en profundidad.


Foto: Pexels

3. Un texto es lo que dice


El mensaje es, quizá, el gran protagonista de un texto. Seguramente este aspecto no se le escapa a ningún lector. Es el reconocimiento facial y superficial de la intención del escritor. Podría decirse que es el texto en sí mismo, también denominado fondo, y reúne la idea fundamental de la obra, es decir, lo que el texto viene a decirnos literalmente.

Saber entender de qué va un texto es muy importante. Generalmente, esta lectura es invariable. Si pensamos en una novela cualquiera, Crimen y Castigo, por ejemplo. Podríamos decir que lo que el texto contiene es la historia de un joven estudiante que malvive en San Petersburgo, y que en determinado momento toma la decisión de asesinar a una anciana prestamista que está estafando a muchos jóvenes como él. Cualquiera que haya leído esta obra de Dostoyevski sabe que eso es lo que dice el texto.


4. Un texto es lo que no dice


Pero, al igual que ocurre con la música, un texto es sobre todo lo que calla. Aquello que no aparece a simple vista pero que se esconde en él. El uso de desvíos o recursos literarios que puedan servir para demostrar que, en verdad, lo que el texto quiere decirnos es otra cosa. Es decir, que la razón de su existencia no es su literalidad sino una idea subyacente.

Saber descubrir estos desvíos y las posibilidades dormidas dentro del texto puede ser fundamental para convertirse en un buen lector. Si hemos hecho un análisis hondo de la estructura, nos resultará mucho más fácil descubrir ese mensaje subliminal, porque, generalmente se encuentra absolutamente vinculado a la forma en la que el texto se muestra.

Si volvemos a la gran novela rusa podríamos decir que una de las cosas que el texto no dice pero que justifica su existencia es la reflexión sobre la soledad y el desamparo juvenil, entre otras muchas ideas que se duermen debajo de la trama principal.


5. Buscar comparaciones en la literatura clásica


Este último consejo es el que muchos lectores se saltan y que resulta fundamental para convertirse en un buen investigador de libros. Conocer la tradición nos puede servir para comprender mejor la literatura contemporánea. Si no estás acostumbrado a leer libros clásicos, puedes proponerte un título cada mes. Poco a poco irás teniendo un buen bagaje lector y podrás analizar mejor la literatura de nuestro tiempo. ¿Qué te parece?

Aprender a leer es cultivar un oficio. A diferencia de lo que suele creerse, la lectura exige mucha dedicación porque no basta comprender superficialmente los libros, hay que aprender a habitarlos, y eso sólo es posible con pasión y esfuerzo. ¿Te animas a intentarlo mejor?


2 Comentarios

  1. Buenos consejos para diseminarnos visual, intelectual y anímicamente entre los libros que leemos! Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por tu comentarío! ¡Qué alegría que te haya gustado!

      Eliminar