James Joyce es uno de los personajes más importantes de la literatura moderna; su novela Ulises supuso un viraje total en el rumbo de la narrativa occidental. A cien años de su publicación continúa siendo una de las novelas clásicas más leídas.
James Joyce nació el 2 de febrero de 1882 en Dublín en el seno de una familia católica de clase media. Su paso durante su formación en un colegio jesuita dejó en él una gran marca, que se vería reflejada en su obra y en su forma de relacionarse con la espiritualidad.
Posteriormente se matriculó en la Universidad de Dublín, cuando ésta estaba recién inaugurada, donde estudió gramática comparada y se interesó por la música de los idiomas. Su interés por los sonidos en la literatura le determinó como un escritor revolucionario, capaz de romper las costuras de la gramática con tal de que sus textos depuraran musicalidad.Este rasgo que hoy tanto admiramos de su obra, sin embargo, le trajo muchas dificultades para ver sus libros publicados.
En lo que respecta a su vida personal, en 1904 se casó con Nora Joseph Barnacle, con quien pasaría el resto de su vida, y con quien tuvo dos hijos. Uno de los peores problemas que juntos debieron enfrentar fue la enfermedad mental de su hija Lucía, hecho que se encuentra plasmado en la obra de Joyce con contundencia.
Durante la Segunda Guerra Mundial se mudó a Zúrich, donde falleció el 13 de enero de 1941.
La obra de James Joyce
A James Joyce le costó muchísimo conseguir un lugar en la literatura, dado el carácter vanguardista de su obra. No obstante, su novela Ulises conseguiría la atención que se merecía, y esta fabulosa obra lo ubicaría en el centro de la vanguardia del modernismo anglosajón, lugar que comparte con Virginia Woolf, Ezra Pound y T.S. Eliot.
Dublineses, Retrato del artista adolescente, Ulises, Música de cámara y Finnegans Wake, las obras de James Joyce nos invitan a visitar un universo desconocido y fabuloso, donde el lenguaje es el que marca el ritmo y el destino de las historias. Leer a Joyce es zambullirse en una obra sublime y estéticamente fascinante.
Al leer a Joyce encontramos un autor implicado con el sentimiento y con la experiencia humana. A través del uso de recursos como el fluir de la conciencia ha construido una obra rotunda que siempre nos deja pensando. En su narrativa tradición y modernidad se cruzan, para ofrecernos una nueva visión de la vida y la literatura.
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