Hace poquito en un encuentro con un grupo de escritoras dije «este libro, siendo ficción tiene mucho de mí», y fue muy interesante la conversación que surgió a partir de esas simples palabras. Tendemos a separar lo que es vida de lo que es literatura, lo que es invento de lo que es memoria; sin embargo, a la hora de trazar con seguridad esa línea divisoria entre lo real y lo fantasmático, nos topamos con numerosos escollos. Leer Fuerzas de la imaginación. Escritos sobre escritura de Barbara Guest —Traducción de Claudia González Caparrós y Aníbal Cristobo— (Kriller 71 Ediciones), puede servirnos para reflexionar en torno a este fascinante tema. Voy a partir de esta idea: «No existe ningún conflicto entre el realismo y la imaginación». Creo que esta frase define mucho la indagación de la autora y nombra los dos temas que irán abriéndose poco a poco en la lectura de este libro. Un ensayo extraordinario, hondo, sincero y revelador. Que nadie se quede fuera.
Es ensayo extraordinario, hondo, sincero y revelador.
Tradición y modernidad. En la historia de la cultura no existe ni un sólo momento en el que este binomio no haya acaparado parte de las discusiones intelectuales. ¿Se puede renovar la cultura si no se mira el pasado? ¿Qué convierte un texto en verdaderamente moderno? En Fuerzas de la imaginación Barbara Guest observa los cambios en la poesía. «Las formas de la poesía también están empezando a liberarse, inquietas», dice. Y pone sobre la mesa las diferencias entre la poesía conservadora («esta poesía promete realidad, aunque, en un espacio cerrado, el poema mismo nunca es libre») y la poesía modernista (donde las formas «se preparan para una nueva incursión en un territorio más desinhibido y, por lo que podemos atisbar, más fragmentario»). A partir de ese momento el libro irá indagando en los aspectos más importantes de la creación poética, poniendo en el centro del asunto a la imaginación.
Defender la imaginación es defender una mirada. Un decir único y propio, y también rebelde. «Quiero hablar sobre vivir por uno mismo, ya que esto nos lleva hacia el reino interior de la imaginación». Barbara Guest anima a quien se acerque a este libro a seguir la pulsión de la voz interna, esa mirada siempre entusiasta que nos insta a pensar el mundo con palabras nuevas y que, de alguna forma, nos posiciona a mitad de camino entre tradición y modernidad. En ese exacto punto en el que todo lo nuevo puede ser innovador o, como poco, contarnos verdaderamente, con honestidad y autenticidad. Ese punto en el que las cosas son porque son miradas. «Una de las características implícitas en la imaginación es que rechaza el significado nítido y absoluto. Si no se coarta, nos invita a una actividad que nos guía hacia nuestro propio universo, donde respira la creatividad», leemos.
Un ensayo lúcido sobre la escritura poética |
La deriva del pensamiento de Guest es estimulante. Sobre todo cuando llega a la pulsión estructural del poema. En un tiempo en el que parece haber cierta reticencia a pensar en la forma, defenderla es importante. En la forma, el sentido o el espíritu del poema. «Una arquitectura invisible a menudo sostiene la superficie del poema», escribe Guest. Y luego dirá: «La autoridad invisible puede ser el inconsciente que habita en un nivel inferior, en el sustrato que hay bajo la superficie del poema y que tiene sus propias referencias». El poema vivo y, al mismo tiempo, único. El poema ligado inevitablemente a la psique creadora, a la voz que da forma a su voz. Blanca Varela escribe en un poema: «En el centro de todo está el poema intacto». Caben para esta sentencia muchas explicaciones, pero me interesa sobre todo pensar en que la verdad del poema está impregnándolo todo, y también que cualquier cosa de la que deseemos hablar tiene semilla de poema. Y yendo un poquito más lejos: el poema está en todo pero sólo desde el centro podremos arribar a la verdad que lo define. En el centro el poema aguarda, y la forma de afrontarlo exige de nosotros una mirada íntima y precisa.
Si como dice Mario Montalbetti, «Pensar y significar no deben llevarse del todo bien», la única forma posible de afrontar un poema es pensando y no significando, es decir, mirando el lenguaje con cierta perplejidad y siendo guiados por la imaginación. Quizá así logremos arribar a la esencia del poema a la que se refería Varela. Quizá así podremos escribir un poema nuevo. Pero voy a decirlo mejor con Guest: «Respeta tu lenguaje privado» (¡qué importante esto!). Luego dirá: «Entras al poema como Ulises embarcándose para un hermoso viaje. Cuando estés en problemas, guíate por la imaginación». No podría defenderse mejor la fuerza de la creatividad, la pulsión de la imaginación. Parece que para Guest nuestra capacidad creadora es indivisible de nuestra capacidad para irnos de la realidad, sobrevolarla, y volver a ella guiados por lo insólito. Y sigamos escuchando: «Permítete encontrar lo arcaico en el poema». Quizá Guest nos esté invitando a dejar de temerle al pasado para aprender a mirar lo arcaico como semilla de novedad o de misterio, porque «el poema necesita lo arcaico para sostenerse».
No sé cómo podría defenderse mejor la fuerza de la creatividad.
«El poema empieza con el silencio». Esta idea apuntala todo lo que escribe Guest en este libro. Escuchar el silencio puede ser muy importante a la hora de pensar el poema, porque la creatividad necesita de la calma para conectar con la sensibilidad más honda y hacer surgir desde ese lugar de semitinieblas la voz dormida que todos llevamos dentro. Hablaban los superrealista de la importancia de lo no visible para dar forma y sentido al poema. En lo Maravilloso, que decían ellos, que es fuerza colectiva e individual donde lo arcaico se funde con lo insospechado, reside la capacidad de un poema de erigirse y ser verdaderamente libre. Guest lo dice distinto, pero creo que apunta a cosas parecidas. Dice: «Hay algo en la poesía que siempre desea lo invisible». El silencio y lo invisible como portadores rotundos de la voz del poema.
Volviendo a la ficción. «La poesía activa y establece un mundo de ficción», escribe Guest. Nadie como los vanguardistas han sabido enseñarnos ese lazo inexpugnable. No la realidad, la ficción será quien explique la vida. Porque cuando no hay una explicación razonable para las cosas, la creatividad y la imaginación pueden ayudarnos a encontrar caminos, sino de entendimiento, de asimilación. Pero también es importante el equilibrio. Y aquí es importante cuidar con atención la relación entre tradición y modernidad. «El poema debe cuidarse del desequilibrio, de volverse rígido o de detenerse bruscamente, dejando al lector al borde del precipicio», dice Guest. Y citará después a Willem de Kooning: «Tienes que mantenerte al borde de las cosas todo el tiempo. Si no la imagen se muere». Esta idea extraordinaria podría explicarnos el sentido de la creación poética y de la voz del poema para esta autora.
Y quiero terminar con un concepto fascinante sobre el que Guest sobrevuela con acierto: la oscuridad clara. «Los franceses tienen una expresión, clair-obscur, que puede traducirse como "oscuridad clara" y que se refiere al lado misterioso del pensamiento. Esto bien podría definir la Imaginación», escribe. Y quizá no leamos en mucho tiempo una defensa más soberbia sobre la imaginación. Barbara Guest nos invita a pensar en la importancia de la mirada y a romper con las encorsetadas teorías que postulan lo poético como una verdad realista y no como un espacio donde lo imposible construye mundo. Imaginar, escribir, y que importe la mirada más que el objeto mirado. El poema ahí-aquí, en el centro, intacto, y que fracase el significado para dar espacio al movimiento del pensamiento a la luz de la imaginación. «Bajo la superficie del poema está la presencia de "el algo más". Mallarmé dijo: "No la cosa, sino su efecto"». Y que no se nos olvide.
FUERZAS DE LA IMAGINACIÓN
ESCRITOS SOBRE ESCRITURA
BARBARA GUEST
KRILLER 71 EDICIONES
2023
ESCRITOS SOBRE ESCRITURA
BARBARA GUEST
KRILLER 71 EDICIONES
2023
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