Irène Némirovsky es una narradora extraordinaria que vivió gran parte de su vida en Francia y se hizo famosa escribiendo en lengua francesa, aunque era de origen ucraniano. Su vida y su obra son una pintura árida y triste de una época que dejó en evidencia lo hipócrita y miserable que puede ser nuestra especie.
Irène Némirovsky nació en Kiev el 11 de febrero de 1903 en el seno de una familia acomodada. Como sus padres encomendaron su educación a una institutriz francesa, Irène aprendió desde pequeñita a hablar este idioma y llegó a convertirse en el único que hablaba porque con sus padres no tenía gran relación y pasaba prácticamente todo el día sola con su educadora. No obstante, su pasión por los idiomas la llevó a aprender ruso, polaco, inglés, yiddish y finés.
Cuando Irène tenía dieciseis años la familia huyó a Francia cuando el padre comenzó a ser perseguido por la dictadura de Lenin por ser judío. En París, ella realizó la carrera de Letras en la Sorbona y se entregó al oficio de la escritura.
En 1939 se convirtió al catolicismo ante la negación del Gobierno Francés de otorgarle la ciudadanía por ser judía. Pero la persecución antisemita llegó a Francia y tanto ella como su marido perdieron sus trabajos y tuvieron que huir a Issy-l'Évêque. Pero la gendarmería francesa la encontró y fue deportada a Auschwitz.
Irène falleció de tifus en el campo de concentración de Auschwitz, el 17 de agosto de 1942. Separada de su familia. Absolutamente olvidada por la sociedad culta e intelectual que había dicho admirarla. Muchas de sus obras todavía se hallaban inéditas.
La obra de Irène Némirovsky
La mayoría de los manuscritos de Irène Némirovsky no vieron la luz hasta mucho tiempo después de que terminara la guerra. Sus hijas, llevaron durante años una maleta con todos esos textos, dispuestas a darlos a conocer cuando supieran que era el momento, tal cual se los había suplicado su madre. Y cuando esto ocurrió, el mundo fue consciente de la gran pérdida a la que la indiferencia y la violencia habían condenado a las letras universales.
Algunos de los rasgos identitarios de la obra de Irène Némirovsky son la búsqueda de la libertad por parte de los personajes y el empeño por dejar constancia de la sociedad de mitad de siglo XIX.
Entre sus obras más importantes podemos señalar El baile, El malentendido, El caso Kurílov, El vino de la soledad y El ardor en la sangre. Aquí te recomendamos otros títulos de esta autora.
Su novela, El baile fue adaptada a una ópera homónima por parte de Oscar Strasnoy (música) y Matthew Jocelyn (libreto), y se estrenó en la Ópera de Hamburgo en el 2010. Leer a Irène Némirovsky es una buena forma de mantener viva la memoria no sólo de una etapa oscura y doliente, sino la voz de una de las narradoras más impresionantes del siglo XIX.
2 Comentarios
Hola!!
ResponderEliminarPues reconozco que es la primera vez que escucho hablar de esta autora, así que la biografía me ha parecido más que interesante. Me ha parecido una mujer muy valiente, ya no solo por la carrera que estudió en La Sorbona, sino por los idiomas que aprendió. Es una pena que falleciese en Auschwitz, pero mucho más que fuese olvidada por aquellos que la admiraban :(
Me llevo sus libros anotados, muchas gracias por las recomendaciones!!
Besos :33
Sí, absolutamente de acuerdo. Es muy triste su historia. A mí es una autora que realmente me fascina; quizá precisamente por todo lo que sufrió es que fue capaz de pintar con tanto acierto la hipocresía social. Ojalá que te guste, Sandra. Ya me irás contando. Un besote grande y mil gracias por pasarte.
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