«La sed», de Marina Yuszczuk (Blatt & Ríos)

Una novela entre fronteras que trabaja sobre el deseo, la muerte y la libertad. ¡Maravillosa!

Reseña de «La sed» de Marina Yuszczuk (Blatt & Ríos)

Hay fantasmas que nos acompañan. Voces que se adhieren a nuestra piel y que sólo nosotras podemos oír. Hay un mundo que respira debajo de las capas artificiales de nuestro mundo. Ésa es quizá la idea que sirve de semilla para la nueva novela de Marina Yuszczuk, La sed (Blatt & Ríos). Una historia que aborda nuestra relación con la muerte desde una perspectiva fantasiosa, pero aferrándose a los hilos sólidos de la realidad. Vampiros, epidemias y duelo son los tres grandes temas que van hilvanando las dos historias principales de esta novela. Un libro con buen ritmo y una gran solidez narrativa.


La sed milenaria de las brujas


Una mujer pasea con su hijo por un cementerio. El pesar la invade. El deseo de aferrarse al instante puja, pero hay algo en la escena que la llena de melancolía. A partir de ahora la llamaremos la protagonista del presente. Otra mujer, en un período de tiempo distinto, llega a la ciudad de Buenos Aires de polizona en un barco. A partir de ahora será nuestra protagonista milenaria. Lo que a simple vista se muestra como un relato vampiresco va cobrando tintes realistas, pero con una fusión interesante entre la crueldad de lo gótico y el drama en el que nos sumerge la realidad.

Dos mujeres conectadas en la desesperación de la cercanía de la muerte. Una, porque depende de ella para vivir (debe alimentarse de la sangre humana) y no puede elegir morir. La otra, porque atraviesa un período de duelo que le recuerda todo el rato nuestra fragilidad, y no quiere morir. En estas dos líneas se van tramando los acontecimientos y se proponen valiosas reflexiones sobre los límites de la razón y la necesidad de creer el algo, cuando el mundo material que te sostiene comienza a tambalearse.

Principalmente la historia se centra en la vampiresa. Una mujer que pierde su pasado. Que debe empezar de nuevo en otro continente. La conocemos, descubrimos cómo vive y siente a esa ciudad de Buenos Aires tan de principio de siglo. La epidemia de fiebre amarilla asola las calles. Nuestra protagonista recorre la ciudad. La soledad, el miedo a ser descubierta y la sed son las tres constantes en su vida. Y la ausencia de nombre. «El pasado retrocedió, hasta olvidé mi nombre, y a su debido tiempo recibí uno nuevo en un lenguaje maldito». Olvidé mi nombre, dice. Y se lanza desesperada a las calles de la ciudad para recuperarlo.

«La sed» de Marina Yuszczuk (Blatt & Ríos) en Bestia Lectora

Las herederas de la Condesa Sangrienta


A lo largo de la historia de la literatura, la Condensa Sangrienta, Erzsébet Báthory de Ecsed, ha protagonizado numerosas historias. ¿De dónde nace esta fascinación? Sin duda sentimos una retorcida atracción por los villanos y villanas del cuento. Pero, en este caso en particular, la certeza de que esta mujer existió amplia el campo de la seducción. Para negar esa fascinación, sin embargo, hemos tenido que alojar su identidad en un imaginario mitológico. O quizá esto no responda más que a nuestra incapacidad de creer que el horror sea de este mundo. No cambia la historia. La biografía de Erzsébet Báthory se encuentra teñida de ingredientes fantasmagóricos. Es una leyenda que se ha ido extendiendo hasta llegar a nuestros días. Ahora bien, la protagonista de esta historia no es esa condesa. Aunque hay algunos elementos de su biografía que coinciden y un epígrafe que está puesto para despistarnos, Yuszczuk escribe sobre una joven que ha vivido gran parte de su vida en el encierro y la esclavitud y a quien, de pronto, la violencia del mundo la transforma. Desde ese lugar está contada la historia. Desde la inocencia interrumpida. Una mujer responde ante la hostilidad del mundo. Y ahí veo yo uno de sus grandes aciertos.

Aquí aparece algo que me interesa especialmente. Las buenas historias son aquellas que ofrecen caminos interpretativos diversificados; lo que significa que cada lectora puede transitar aquel que le quede más cómodo o el que la aterre más, según el grado de masoquismo que tenga nuestro perfil lector. En esta novela, Yuszczuk propone una historia que puede leerse en dos claves fundamentales. Como una metáfora de lo que la angustia de la muerte provoca en nosotros (necesidad de creer en lo que sea que nos permita retornar a un punto de la vida o reafirmarnos en la presencia de los seres perdidos). Es decir, una lectura realista, con argumentos psicológicos del comportamiento de los personajes. La otra lectura, que es la que a mí más me interesa, funde lo mitológico y lo fantástico con lo real y le da un vuelo inmenso a la historia. ¿Por qué pensar que lo que explica la vida está flotando en la superficie? Lo desconocido es aterrador, por lo que tiene de misterio, pero también es luminoso por la posibilidad de transformación que nos ofrece.

¿Qué siente una vampiresa, condenada a vagar por las calles de una ciudad en la más absoluta soledad? ¿Cómo reorientarte cuando sientes que te han convertido en alguien que no deseabas, a fuerza de violencia y de dolor? Estas inquietudes que van surgiendo a medida que avanzamos en la historia, nos invitan a pensar la vida de esta protagonista milenaria desde un lugar empático, ahondando en su agonía infinita. El horror, ¿a qué huele? La sangre, ¿a qué sabe? La imposibilidad de satisfacer el deseo, ¿cómo se soporta?

«Contra las nubes encendidas, el ángel que pliega sus alas en lo alto de una de las bóvedas se ve completamente negro». La curiosidad de la narradora en el presente la lleva a conectarse con aquella mujer milenaria y a resignificar a través de ella la historia de sus antepasados. «Hay algo en ella que no pertenece acá». Quizá sea ese misterio el que la lleva a acercarse. Y aquí viene lo interesante, en esa observación hay una mirada ensimismada, el descubrimiento de que quizá ella tampoco pertenece al lugar que hasta ayer sentía como propio. Aquí, la gran fuerza del libro: la posibilidad de que la realidad revele su lado malvado o salvador, según cómo se mire.

Entre las cosas más interesantes de la obra habría que destacar el ritmo. Yuszczuk hace un uso económico del lenguaje y consigue absorber nuestra atención desde el primer momento. En el tono el peso está en monólogos interiores, algo que nos invita a ganar una profunda intimidad con los personajes para conseguir intuir y comprender sus mecanismos de autoprotección, sus vacilaciones y su fuerza. El tratamiento del misterio es otro de los elementos que me han cautivado. Porque las pistas están a nuestra vista desde el principio, la tensión no se sostiene desde el misterio sino desde la anticipación sutil. Esto me ha recordado algo que dice Ronaldo Menéndez, que el recurso más efectivo si deseamos esconder algo es dejarlo a la vista de todos.

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Copia del retrato original perdido de 1585 de Elizabeth Báthory
Fuente: Wikipedia

En el umbral


Más allá de lo fantástico. Más allá de la tradición gótica. Lo que más me ha interesado de esta novela es el tratamiento del duelo. «Estamos parados en el umbral de la muerte; alguien espera para entrar». La manera en la que la protagonista del presente atraviesa esa pérdida cercana, cómo la niebla del duelo va modificando su forma de ver la vida y al resto de las personas me parece potentísima. «Me estaba invadiendo la sensación de que todos, de un día para el otro, estábamos a al intemperie», dice. Desde ese lugar, Yuszczuk permite introducir una posibilidad: que la fantasía y la realidad se fundan y confundan, permitiendo esa doble lectura de la que hablamos antes.

Otro elemento a destacar es la descripción de la ciudad porteña en medio de la epidemia de fiebre amarilla. Ese mundo terrible en el que estaban cerrados los negocios y los cafés y que a tantos nos habrá generado temor en la infancia. Sobre todo aquellos que hemos tenido historias familiares, de antepasados médicos o personajes que por ser de nuestra misma sangre parecieran más reales. Ahora, esa realidad resulta de lo más normal, pero no por eso menos tétrica.

Lo que sostiene el relato es la tensión entre lo vivido y lo soñado. En ese umbral que aguarda entre vida y muerte está la fuerza que nos atrae y nos obliga a leer página a página. Todas las imágenes en torno a ese trance me han resultado fabulosas: a medio camino entre lo tenebroso y lo cálido. «A los muertos les cierran los ojos pero es una precaución que suaviza el horror de los vivos». La prosa de Marina me ha fascinado, al punto de desear leer más de su obra. Me atrevo a decir que es la mejor novela argentina que he leído en los últimos años. Sobre todo por lo que tiene de magia, por meterse en el corazón del horror y atravesar lo macabro desde la dolencia, doblándolo, convirtiendo a la villana de la historia en una mujer doliente que deambula sin paz posible por los cementerios del mundo.

Para que seamos capaces de visualizar este vacío en el que poco a poco se va sumergiendo la protagonista del presente, Yuszczuk nos ofrece varios elementos de la novela de misterio, que son seguramente los que provocan el enganche lector. No obstante, los mezcla con experiencias que a veces quedan apartadas de lo literario aunque son metafóricamente perfectas para trabajar la distancia entre umbrales. Por ejemplo, el sueño lúcido. Un tema que me resulta fascinante y que se encuentra muy bien planteado, siendo un vórtice que ofrece la posibilidad de unir esos dos mundos: el de la realidad y el de esa subrealidad, que está, nos guste o no, al acecho.

Recuperar el nombre. Huir de la desesperación. El vínculo entre estas dos mujeres, sin embargo, nace de la esperanza, de la posibilidad de habitar un espacio cálido, donde refugiarse. «¡Era necesario preservar los ojos de todo signo de destrucción!» Y es en esa luz en la que nos quedamos al terminar la novela. Es una lectura altamente recomendable. Que te entretiene, atemoriza y te impulsa a seguir leyendo y a habitar por un rato en ese umbral. Un sueño lúcido apasionante que te deseo con todo mi entusiasmo.


«La sed» de Marina Yuszczuk (Blatt & Ríos)

LA SED. MARINA YUSZCZUK. BLATT & RÍOS. 2021

2 Comentarios

  1. Hola Tes!! No sabía nada de este título, tomo buena nota de tus impresiones lectoras. Mi lista de pendientes no para de crecer, a ver si hago hueco. ¡Estupenda reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!

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    1. ¡Hola, Ana! Muchas gracias por pasarte y por tus palabras. Creo que Marina te va a encantar, tiene una forma tan intensa y cercana de escribir que es difícil salirse de la atmósfera que crea. Pronto sale su primera novela en esta misma editorial, la voy a leer de cabeza, jeje. Ojalá que le des la oportunidad y que te guste. Cuéntame después qué tal. Besos de vuelta. :)

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