Día de las Escritoras: 11 autoras que publicaron bajo seudónimo masculino

Estas 11 escritoras publicaron sus obras con seudónimos masculinos para que se las tomara en serio.


Este mes de octubre leemos autoras y no hay nada más bonito que hacerlo recomendando buenos libros. En Bestia Lectora tenemos algunas autoras predilectas, como ya te habrás dado cuenta, y queremos dedicar este día especial a ellas. Porque un mundo sin libros es un lugar desolado pero sin autoras es irreal e injusto.


Publicar bajo seudónimo


Seudónimo. Falso nombre. A lo largo de la historia de la literatura muchísimos autores han usado este recurso para encubrir su identidad y poder compartir con el mundo su trabajo literario sin sufrir agresiones del sistema. Generalmente se ha usado el seudónimo para evitar problemas políticos, escándalos o como una declaración de principios.

Para las escritoras, usar un seudónimo masculino significó en muchos casos poder publicar, después de que sus obras hubiesen sido rechazadas por prejuicios machistas. Ante el escándalo surgido por el Premio Planeta a tres escritores que firman con seudónimo femenino convendría recordar que, si bien no es un delito lo que han hecho, sí podría leerse como una falta de consideración y de memoria histórica. Convendría señalar también que cuando las mujeres han usado seudónimos masculinos ha sido porque era la única manera de que sus libros fueran aceptados, publicados y leídos.

Es curioso que a lo largo de la historia de la literatura frases como «no lo escribió ella» o «tiene el apoyo intelectual de su marido» se hayan repetido y repetido. En nuestro propio siglo seguimos presenciando historias así. Como ese periodista que le preguntó a Siri Hustvedt si los datos sobre neurociencia que aparecen en sus novelas se los había enseñado su marido. Su respuesta es monumental: «Le dije, muy seria, que mi marido no tenía ni la más remota idea de neurociencia ni de psicoanálisis, y le detallé mis intereses, dejándole completamente fuera de juego, porque no iba a atreverse a dudar de algo que él también desconocía por completo».


Día de las Escritoras en Bestia Lectora

11 escritoras que publicaron bajo seudónimo


El Día de las Escritoras se recuerda en memoria de Santa Teresa de Ávila, una autora fundamental del Siglo de Oro Español. Es un maravilloso día para leer autoras y tener más presente que nunca que, como nos enseñó la Woolf, detrás de cada Anónimo se escondía una mujer y también detrás de muchos nombres masculinos.

En homenaje a todas esas mujeres que no se rindieron y pedalearon en un mundo de hombres imponiendo su lenguaje y su forma de ver el mundo va este artículo. Vamos a recordar a 10 escritoras que a lo largo de la historia publicaron con seudónimo.


Charlotte, Emily y Anne Brontë fueron Currer, Ellis y Acton Bell


Posiblemente no habríamos sabido nada de ellas. No habríamos tenido Hermanas Brontë si estas lúcidas mujeres no hubieran entendido que la única forma de llevar sus novelas a la cumbre borrascosa del mundillo del libro era publicando bajo seudónimo. Y así lo hicieron. Charlotte Brontë (1816) firmó su impresionante Jane Eyre como Currer Bell, Emily Brontë (1818) fue Ellis Bell en Cumbres borrascosas y también en su poesía. Anne Brontë (1820) firmó como Acton Bell su obra Agnes Grey.

Los hermanos Bell, quiero decir las Brontë, demostraron que el mundo de la literatura era rancio pero que el ingenio podía cavar espacios de interés colectivo. En el caso de Jane Eyre, cuando se desveló que no era un autor sino una autora hubo cierta reticencia: no parecía una novela escrita por una mujer, comentaban los literatos de la época.

Las hermanas Brontë fueron fundamentales mujeres para la construcción de otra literatura, de otro canon, por eso debemos leerlas.


Charlotte, Emily y Anne, las hermanas Brontë

Amantine Aurore Dupin fue George Sand


Amantine Aurore Dupin (1804) se dio a conocer al mundo bajo el seudónimo George Sand. Además de ofrecer una literatura rotunda que nadie pudo obviar llamó la atención por rebelarse a todas las imposiciones sociales, comenzando por el protocolo de vestimenta: vestía con ropa masculina y frecuentaba los lugares exclusivos para el público masculino. Fue indómita y dejó un legado literario incuestionable, compuesto por obras tales como Un invierno en Mallorca o Isidora e Historia de mi vida.


Amantine Aurore Dupin

Eva Canel fue Ibo Maza y Fray Jacobo


Eva Canel (1857) fue una periodista y viajera española a la que se recuerda mucho menos de lo que realmente se debería. Usó los seudónimos Ibo Maza y Fray Jacobo con el deseo de que su obra literaria fuera tomada en serio.

Durante su juventud se destacó como periodista en diversos medios periodísticos siendo una gran maestra de la sátira y el humor político. Su carrera periodística no sólo fue importante en España, donde dirigió la revista La Broma, sino que también impulsó diversos medios periodísticos en varios países latinoamericanos: "El Ferrocarril" (Bolivia), "El Petróleo (Argentina), "La Cotorra" (Cuba). Firmó novelas como Manolín y Trapitos al sol y numerosas obras de teatro: La mulata, Agua de limón y De Herodes a Pilatos.


Eva Canel

Carmen de Burgos fue Gabriel Luna


Carmen de Burgos (1867) es una escritora de la que, afortunadamente, se ha hablado mucho en los últimos años. ¿Habría sucedido esto si no se hubiera animado a publicar sus libros con seudónimo masculino? Tal vez no. Gabriel Luna y Perico de los Palotes fueron los nombres que eligió para firmar muchos de sus textos.

Fue la primera periodista profesional de España, miembro de la Generación del 98 y también una de las primeras mujeres en trabajar como corresponsal de guerra en este país. De su obra hay mucho que destacar. Lo más atractivo y de lectura obligatoria son sin lugar a dudas sus ensayos Notas del alma, 1901, El divorcio en España, Cartas sin destinatario y La mujer moderna y sus derechos.


Carmen de Burgos

Matilde Cherner era Rafael Luna


En 1850 vio la luz en España el libro Novelas que parecen dramas, que tuvo un fabuloso recibimiento. Su autor, Rafael Luna parecía esquivo y misterioso. Finalmente se supo que no era un sino una escritora quien estaba detrás. Su nombre: Matilde Cherner, una poeta nacida en Salamanca en 1833.

Uno de sus mayores empeños fue su cruzada contra la legalización de la prostitución. Tema que denunció tanto en sus columnas como en su novela María Magdalena, que supuso un escándalo en su momento. Otros títulos de su autoría son Ocaso y aurora, Don Carlos de Ausdtria. También fue poeta: publicó muchos poemas en la revista madrileña "La Ilustración de la Mujer".


Matilde Cherner

Mary Anne Evans fue George Eliot


Pocas vidas hay más fascinantes en la Inglaterra victoriana que la de Mary Anne Evans (1819). Nacida en el seno de una familia religiosa y aristocrática se opuso a todo precepto. Construyó una línea de pensamiento auténtica destacada fundamentalmente por su agnostismo y su pasión por la libertad.

Escribió numerosas obras que fueron sumamente significativas para la literatura de la época. Bajo el seudónimo de George Eliot Mary Anne Evans luchó por la igualdad de oportunidades y marco un hito sin precedentes en la literatura anglosajona. De ella hay que leer las novelas Middlemarch y El molino del Floss y la poesía en En un salón de Londres y La gitana española.


Mary Anne Evans

María Luz Morales fue Jorge Marineda


A María Luz Morales (1889) se la considera la primera periodista cultural española. También fue la primera mujer en dirigir un periódico. La Vanguardia, durante 1936. Fue cesada durante el franquismo en un acto de censura y machismo.No obstante, no se dio por vencida, continuó trabajando en el anonimato y posteriormente, continuó haciéndolo, convirtiéndose en una de las periodistas más influyentes del periodismo español.

De su obra podemos destacar Trovas de otros tiempos, Romance de media noche, Alguien a quien conocí y Libro de oro de la poesía en lengua castellana. Firmó gran parte de su obra con el seudónimo Jorge Marineda. También usó el de Felipe Centeno, dejando en evidencia su predilección por la obra de Pérez Galdós.


María Luz Morales

Cecilia Böhl de Faber fue Fernán Caballero


El de Cecilia Böhl de Faber (1796) es uno de los primeros nombres que vienen a nuestra mente cuando pensamos en autoras que se escondieron detrás de un seudónimo. En su caso fue el de Fernán Caballero. Un nombre que le permitiría convertirse en una de las autoras más influyentes de Europa de su tiempo.

Podríamos mencionar sus obras La Gaviota, La familia de Alvareda y A lo lejos del río sur. Su obra presenta cierta dificultad en la lectura dada la defensa acérrima de los valores monárquicos y religiosos que presenta; no obstante, es una escritora que todos deberíamos conocer y admirar por su perseverancia para enfrentarse a la dictadura masculina de su tiempo.


Cecilia Böhl de Faber

Louisa May Alcott fue A. M. Barnard


Mujercitas es una novela que, posiblemente, podría haber tenido un recorrido mucho más corto si la autora se hubiera decantado por publicarla bajo su nombre auténtico. Louisa May Alcott escogió un seudónimo masculino, A. M. Barnard, y tanto el mundo literario como la crítica del momento la tomó en serio. En su obra, Alcott defendió el sufragismo, el abolicionismo y la igualdad de oportunidades. Reflexionó con autoridad y contundencia sobre temas silenciados como el incesto y el adulterio y se convirtió en una de las escritoras más importantes de la literatura norteamericana. Otra parte de su obra la publicó de forma anónima.

Además de la popular novela juvenil es autora de libros como La herencia, La llave misteriosa y lo que abrió y Un cuento de enfermera.


Louisa May Alcott

Festejemos el Día de las Escritoras aprendiendo de las que estuvieron antes y de las que escriben contra todo pronóstico y posibilidad en este caótico mundo. Te invitamos a leer también otras recomendaciones de literatura de mujeres que hemos realizado. Aquí, 10 autoras contemporáneas. Y aquí, el Octubre con Autoras.


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